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“Por un renacimiento cultural de la economía”: el manifiesto de una veintena de intelectuales para una nueva época

Premios Nobel de Economía, arquitectos, ‘chefs’ o diseñadores de moda firman un escrito con las pautas para una sociedad que “exprese plenamente su carácter humano”

El País
El premio Nobel de Economía 2007, el estadounidense Eric Maskin, uno de los firmantes del manifiesto, en la sede de la Fundación BBVA, en Madrid, 2019.
El premio Nobel de Economía 2007, el estadounidense Eric Maskin, uno de los firmantes del manifiesto, en la sede de la Fundación BBVA, en Madrid, 2019.Claudio Álvarez

Una transformación del mundo donde la economía, impregnada de cultura, exprese plenamente su carácter humano. Este es uno de los puntos básicos del manifiesto Por una renacimiento cultural de la economía, firmado por una veintena de intelectuales preocupados por el mundo que nos queda tras la crisis del coronavirus, vista aquí como una oportunidad para desarrollar un cambio de estrategia. Algunos de los chefs más laureados del mundo (Ferran Adrià, Elena Arzak o Massimo Bottura), arquitectos de primer nivel (Rafael Aranda, Shigeru Ban o Carme Pigem) o premios Nobel de Economía, como los estadounidenses Eric Maskin o Edmund Phelps han expuesto en este manifiesto su preocupación por el escoramiento al que se empuja a lo cultural, en su máxima expresión: “A pesar de su creciente importancia, lo cultural no ha sido suficientemente considerado como un ecosistema; permanece percibido desde un ángulo colateral”.

Este conjunto de intelectuales ofrece soluciones que afectan a sus áreas y se posiciona para desarrollarlas: una arquitectura que reinvente un mundo urbanizado que englobe las líneas de ecología, convivencia y belleza; una alimentación más simple y justa para el planeta, o una tecnología digital que crezca a través de la calidad del contenido.

“A pesar de su creciente importancia, lo cultural no ha sido suficientemente considerado como un ecosistema; permanece percibido desde un ángulo colateral”

Este es el manifiesto íntegro y los firmantes:

"La crisis actual y las restricciones que ésta impone han enfatizado la importancia que cada uno de nosotros le da al entorno circundante. Paralelamente, destacan todas las dimensiones de este entorno, formado por la cultura, la naturaleza y los lazos sociales. Esto coincide con una de las observaciones realizadas durante muchos años por la comunidad internacional - y en particular por la UNESCO -, reconociendo que la cultura tiene su lugar en el concepto de desarrollo sostenible.

Esa dimensión cultural en cuestión da forma a nuestras condiciones de vida; es indisociable de la economía cotidiana y es por eso que encuentra un eco tan fuerte en las circunstancias actuales. El crecimiento en el componente cultural del valor agregado se ha convertido en una tendencia poderosa, que ya está encontrando su lugar en las políticas públicas y las estrategias empresariales. En este contexto, los territorios que mejor preserven los elementos originales de su identidad podrán beneficiarse, si logran desarrollarlas con éxito, en verdaderas ‘ventajas competitivas’.

Esta revitalización cultural de nuestro entorno local no significa una falta de interés en sociedades distantes. Nuestro apetito por otras culturas y la necesidad de conocerlas mejor no puede evitar expandirse en el mundo del mañana. Todos los territorios, incluidos aquellos con menos recursos económicos y tecnológicos, pueden tener un mensaje cultural a transmitir. Por lo tanto, se trata de ofrecer a cada uno de ellos la oportunidad para mostrar que los hace únicos, en un mundo cuya estandarización sería señal de empobrecimiento y desvitalización.

“Los territorios que mejor preserven los elementos originales de su identidad podrán beneficiarse, si logran desarrollarlas con éxito, en verdaderas ‘ventajas competitivas”

A pesar de su creciente importancia, lo cultural no ha sido suficientemente considerado como un ecosistema; permanece percibido desde un ángulo colateral. Las ciudades y pueblos son emblemáticos de este hecho. Los espacios públicos y privados deben ser funcionales y estar en armonía con las aspiraciones de los habitantes. La arquitectura y el diseño pueden contribuir a reinventar un mundo urbanizado que englobe las líneas de ecología, convivencia y belleza.

Esta dinámica alentará un mercado continuo de apreciación cultural por el hábitat. Más allá, el entusiasmo por el arte de vivir continuará su ascenso. Esto es cierto en el caso de la alimentación que en adelante nos gustaría que fuera más simple para el planeta, más justa y significativa. Esto también se aplicará al turismo, que debe asumir un papel más responsable. En cuanto a las tecnologías digitales, su credibilidad aumentará a través de la calidad del contenido creado y difundido.

En este movimiento, la economía púrpura propone un cambio de escala y percepción, al favorecer un enfoque sistémico donde las diversas actividades y factores culturales (educación, información, comunicación y todos los bienes con un fuerte componente imaginario y sensible) no se consideran de forma aislada.

A costa de esta transformación, la economía, impregnada con todo el potencial de la cultura, expresará plenamente su carácter humano. Esta evolución allanaría el camino hacia una prosperidad global, más respetuosa con el medio ambiente natural y más equitativamente distribuida. Lo que alguna vez fue una oportunidad, ahora deberá convertirse en el presente del desarrollo sostenible".

Firmado,

Ferran Adrià, Chef - Massimiliano Alajmo, Chef - Elena Arzak, Chef - Rafael Aranda, Arquitecto (Premio Pritzker 2017) - Shigeru Ban, Arquitecto (Premio Pritzker 2014) - Massimo Bottura, Chef - Mariya Gabriel, Comisaria Europea de Innovación, Investigación, Cultura, Educación y Juventud - Jérôme Gouadain, Secretario General del Prix Versailles - Ángel Gurría, Secretario General de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) - Iris van Herpen, Diseñadora de moda - Kengo Kuma, Arquitecto - Pascal Lamy, Presidente de Les Musiciens du Louvre - Eric Maskin, Premio Nobel de Economía 2007 - Jean Nouvel, Arquitecto (Premio Pritzker 2008) - Edmund Phelps, Premio Nobel de Economía 2006 - Renzo Piano, Arquitecto (Premio Pritzker 1998) - AnneSophie Pic, Chef - Carme Pigem, Arquitecta (Premio Pritzker 2017) - Christopher Pissarides, Premio Nobel de Economía 2010 - Zurab Pololikashvili, Secretario General de la Organización Mundial del Turismo (OMT) - David Sassoli, Presidente del Parlamento Europeo - Vera Songwe, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para África de la Naciones Unidas - Jean-Noël Tronc, Gerente General de la Sociedad de Autores, Compositores y Editores de Música (Sacem) - Ramón Vilalta, Arquitecto (Premio Pritzker 2017).

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