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Las artistas exponen más, pero muy pocas logran consolidar sus carreras

El informe anual del Art Basel & UBS constata que la desigualdad de género ha avanzado de forma muy lenta en los últimos 20 años. Los coleccionistas mantienen el 30 % de sus fondos ocultos

Una empleada de Christie's revisa un catálogo junto a 'Retrato de Marjorie Ferry, de Tamara de Lempecka.
Una empleada de Christie's revisa un catálogo junto a 'Retrato de Marjorie Ferry, de Tamara de Lempecka.TOBY MELVILLE (Reuters)

Las mujeres artistas, si bien van aún a la zaga de los hombres, llegaron en el año 2019 al porcentaje récord del 44 % de las exposiciones en el mercado primario (obras recientes), con un aumento del 8 % respecto al año anterior, según el Art Basel & UBS Report, considerado el análisis más completo de la industria del arte, elaborado por la economista cultural Clare McAndrew. Las ventas de obras de artistas femeninas aumentaron en el mismo porcentaje, del 32% en 2018 al 40% en 2019, una tendencia emergente también visible en los artistas de color. Emi Eu, fundadora del Taller Creativo y Galería STPI de Singapur, es prudente: ”Cuando enciendes el fuego de repente, también puede apagarse repentinamente”, señaló a los redactores del informe. También aumentó el número de coleccionistas femeninas: el 36%.

En galería, el precio medio de una obra de arte contemporáneo cae a los 7.000 dólares.

Las cifras estadísticas ofrecen un matiz engañoso: un problema persistente revelado en los datos de la encuesta fue que la proporción de mujeres disminuye a medida que aumenta el nivel de establecimiento de artistas, es decir, que a la mujer le cuesta más que al hombre consolidar sus carreras. La brecha de género se evidencia en el mercado secundario (obras de todas las épocas). Aún teniendo en cuenta que los museos no abrieron sus puertas a las mujeres hasta 1900, la proporción de artistas femeninas fue del 23% y representaron solo el 17% de las ventas, menos de la mitad que las de las galerías del mercado primario. Y en las casas de subastas, la desigualdad aún es mayor: solo el 7 % de lotes vendidos era de mujeres artistas, e igual sucede en las ferias. “La infrarrepresentación de la mujer es lenta y desigual en los últimos 20 años”, opina Clare McAndrew.

El informe indica que “el declive del sector y el cambio de las ventas públicas a las privadas reflejó la incertidumbre en muchas de las principales economías de los mercados del arte, con proveedores atraídos fuera de la arena pública y hacia la relativa seguridad de las ventas privadas”. El arte en galerías y marchantes mueve 36.800 millones de dólares, con un incremento de dos puntos respecto a 2018 y una tendencia a moderar los precios.

Dos empleados de Sotheby's sujetan el cuadro 'Gelee Blanche, Jeune Paysanne enciende un fuego' , de Camille Pissarro.
Dos empleados de Sotheby's sujetan el cuadro 'Gelee Blanche, Jeune Paysanne enciende un fuego' , de Camille Pissarro.SIMON DAWSON (Reuters)

La pandemia del coronavirus es vista como una oportunidad para reforzar la digitalización de las galerías y museos. La pérdida de algunos coleccionistas tradicionales se ve paliada con la aparición de compradores en otros lugares del mundo (India) y de las nuevas generaciones, alentadas por el creciente comercio on line (5.900 millones de dólares). Las galerías que vendieron a través de la web el año pasado vieron que más de la mitad de esas ventas provienen de nuevos compradores. De los más de 1.300 coleccionistas millennials (de 23 a 38 años) de alto nivel neto (NHW) encuestados, el 92% ha comprado arte en línea, lo que abre un futuro esperanzador para el mercado intermedio, aquel en el que hay más variedad de precios. De ellos, el 36% pagaron más de 50.000 dólares por una obra de arte u objeto en línea, incluido el 9% que gastó más de un millón. El hecho de que más de la mitad de los coleccionistas de alto nivel (el 61 %) hayan usado Instagram para sus compras no invalida, no obstante, que siga habiendo una mayoría que remate sus compras de forma directa y entre ellos, curiosamente, los millennials son más propensos a los canales digitales que los de la última generación Z.

El informe detecta que el alto costo de las ferias obliga a que los artistas creen obras cada vez más comerciales.

El informe sostiene que “ya sea a través de la sala de visualización de una galería, Facebook, Instagram u otros canales, el aumento de las ventas en línea durante el año anterior es bastante espectacular, según Lucy Mitchell-Innes, de Mitchell-Innes & Nash de Nueva York. "Si la trayectoria que vi continúa”, agregó, "habrá un signo de interrogación sobre si necesitamos espacios físicos”. Sin embargo, no todos cuentan con recursos para crear una plataforma en línea o contratar cineastas para elaborar vídeos o mostrar a sus artistas recorriendo la exposición con música de fondo”. Agustina Ferreyra, quien lanzó su galería homónima en Puerto Rico y ahora dirige un espacio de exhibición en su casa de la Ciudad de México, se pregunta en el documento de Art Basel, “¿Qué es una galería? ¿Tu espacio es tu galería? ¿O es tu programa tu galería? Una galería es una visión, una historia, un grupo de personas que se unen en torno a ideas comunes. Una galería es una visión, una historia, un grupo de personas que se unen en torno a ideas comunes”.

Si a las ventas en galerías se suman las subastas públicas y privadas online y offline, la cifra global del mercado de arte y antigüedades es de 64.100 millones de dólares, un 5% menos que en el año anterior, debido a las tensiones entre China y Estados Unidos, a las medidas proteccionistas de Estados Unidos respecto a Europa, a las revueltas de Hong-Kong y al Brexit, con una drástica caída de las obras valoradas en más de diez millones de dólares. La salida del Reino Unido de la Unión Europea ocasiona que el mercado europeo signifique ahora solo el 12% del global.

Por épocas, las obras de arte moderno siguen siendo el objeto de deseo favorito. Su precio medio en las galerías fue de 42.635 dólares, seis veces más que el pagado por obras de artistas contemporáneos, que pasa de una media de 9.335 dólares a los 7.000. Solo el 1 % de artistas vivos superó el millón de dólares. En este campo, no solo se mantiene sino que se acrecienta el abrumador predominio de las exposiciones que los museos dedican a la reducida minoría de artistas estrella (el 71 % de todas las muestras) y la escasa presencia de artistas emergentes. El panorama no cambia sustancialmente en las casas de subasta, pues en arte de postguerra y contemporáneo, la obra de artistas muertos sigue superando a la de los artistas vivos en una proprorción del 53 a 47. Y en las ferias, cuyo aumento de tarifas es visto con preocupación por las galerías, ”mientras que una variedad de artistas de diferentes niveles se exhiben en ferias, el 2% de los artistas más famosos constituyen un tercio de los programas de exhibición”.

Solo el 1 % de artistas vivos superó el millón de dólares

Según el informe, “el tema del contenido social y político de las exhibiciones de ferias de arte fue planteado por muchos comerciantes, con la sensación de que el aumento de los costos y la competitividad de las ferias les obligó a mostrar una selección más limitada con más obras comerciales para garantizar que puedan vender y cubrir los costos. Algunos temen que esto promueva un grupo de artistas específicos, comerciales y establecidos y dificulte que otros artistas que producen obras históricamente importantes puedan afianzarse en el mercado. Aunque el tema de la ‘fatiga’ del coleccionista (y la galería) se ha hablado durante varios años, muchos distribuidores también notaron que algunos de sus artistas también se sentían cada vez más presionados y agotados por la urgencia de producir nuevas obras de pequeño formato y vendibles para ferias”.

Aunque en Europa se ha legislado recientemente contra el blanqueo de dinero y la evasión fiscal de las zonas francas o freeports, el aumento del número de millonarios en todo el mundo corre paralelo al incremento de zonas libres de impuestos. Según el informe, “en promedio de todos los coleccionistas, más del 30% de las obras de sus colecciones se mantuvieron en un almacenamiento fuera de la vista (en almacenes, bóvedas bancarias o en un puerto franco). Alrededor de un tercio de los coleccionistas tenían partes de su colección almacenadas durante más de tres años y el 12% de ellos durante más de cinco años. La mayoría de estos (60%) tenían al menos la mitad del valor de sus obras de arte almacenadas, y el 29% de esos coleccionistas tenían la mayor parte (90% o más) encerrado y fuera de la vista.” Tras las medidas europeas, los principales freeports se trasladan ahora de Suiza y Luxemburgo a Singapur.

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