Costa-Gavras: “Hay siempre razones para la resistencia”
El cineasta recibe el premio Donostia y presenta ‘Adults in the Room’, un devastador retrato de Europa frente a la crisis griega
El corazón de Constantin Costa-Gavras sigue latiendo por Grecia. Huyó de su país natal como si de una prisión se tratara antes de cumplir los 20 años para refugiarse en Francia, en el corazón de Europa, pero su mirada continúa hoy fija en aquella tierra que tanto ha sufrido en los últimos tiempos. A sus 86 años, Costa-Gavras, autor de algunos de los mejores títulos del cine político, presenta en el Festival de Cine San Sebastián, donde también recibe el premio Donostia de esta 67ª edición, Adults in the Room, un devastador retrato del poder de Europa y los políticos frente al sufrimiento del pueblo griego en la crisis económica.
La película está basada en las memorias del exministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis, que grabó horas y horas de las reuniones internas de los diferentes órganos de la Unión Europea cuando se dio cuenta de que no se levantaban actas de esas conversaciones y que los asistentes contaban posteriormente a la prensa lo que querían. La obra de Varoufakis, que este mismo viernes anuló su visita a la ciudad donostiarra, le abrió la posibilidad al director de cine afincado en Francia de retratar la dramática situación griega, tras mucho tiempo intentando armar un guion con las noticias que iban apareciendo en la prensa. “Varoufakis no es un héroe. Es un personaje que resiste y yo admiro a los resistentes. En la vida lo más importante es la resistencia, porque es la única manera de cambiar a uno mismo y a la sociedad. Tenemos siempre razones para resistir y no siempre lo hacemos”, confesaba este sábado Costa-Gavras en una entrevista con este periódico, horas antes de recibir el premio Donostia de manos del director de Zinemaldia, José Luis Rebordinos. El filme llegará a las pantallas españolas el próximo 18 de octubre.
El título de Adults in the Room (Comportarse como adultos) surge de una frase de la exresponsable del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, que en medio de una reunión de hombres en Europa aseguró: “En esta habitación lo que faltan son adultos”. Y mujeres, añade el director. “Entre tanto macho, la llegada de Ursula von der Leyen a la presidencia de la Comisión Europea nos traerá una visión femenina. La única esperanza es que las mujeres tomen más poder en Europa y no solo al frente de las instituciones políticas”.
El filme es casi una película de miedo, una gran tragedia griega traída a la actualidad, el relato de cómo unos políticos y su poderosa maquinaria institucional y capitalista arrasan con la esperanza de millones de ciudadanos griegos, de los que más de 500.000 han huido de su país en los últimos años. “Los políticos despiertan algo de miedo, sí, pero también curiosidad”, reconocía Costa-Gavras. “Los políticos no nos dan lo que esperamos, pero los ciudadanos somos también responsables de esa situación, porque si nos dicen la verdad no les votamos, queremos escuchar siempre dulces cantos de sirena”, se lamenta.
Los últimos 15 años han sido ruinosos para Europa, según denuncia este cineasta que pone nombre y apellidos a esta catástrofe: José Manuel Durao Barroso y Jean-Claude Junker, expresidentes de la Comisión Europea. “Se ha demostrado que Barroso trabajó para los americanos todo el tiempo y Junker hizo de Luxemburgo, su país de origen, un paraíso fiscal”, se lamenta. También tiene palabras muy críticas para la izquierda. ”Al contrario que la derecha, la izquierda en Europa no tiene claro hacia dónde ir. Tiene que encontrar otros caminos porque los andados hasta ahora no han funcionado. La poesía de la izquierda no conduce a nada. Debe de asumir que tiene que decir siempre la verdad y proclamar que los cambios pueden ser largos y dolorosos".
“En el cine busco mi placer personal por encima de todo, la pasión por hacer algo que me interesa profundamente y que no sea falso. Si esa pasión interesa luego a más gente me doy por más que satisfecho, aunque me genere una sensación de responsabilidad mucho mayor”, dice un hombre al que todavía le paran por la calle para mostrarle su admiración por películas filmadas hace 50 años. Costa-Gavras dice abiertamente que le hace más ilusión el premio Donostia que los Oscar que ha recibido en su carrera (mejor película extranjera por Z en 1970 y mejor guion adaptado por Desaparecido en 1983). "Los Oscar son muy importantes cuando uno no los tiene. El Donostia para los cineastas es símbolo de calidad, pocos lo tienen y es como entrar en un club muy exclusivo".
Babelia
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