El dolmen de Guadalperal seguirá bajo las aguas del embalse
La construcción megalítica se protegerá con sacos de arena
El dolmen de Guadalperal, una construcción megalítica que emergió este verano al descender el nivel del pantano de Valdecañas, en El Gordo (Cáceres), volverá a ser cubierto por las aguas. Los ministerios de Cultura y Deporte y el de Transición Ecológica, así como la Junta de Extremadura, han constituido un grupo de trabajo (Universidad de Alcalá, CSIC, Conjunto Arqueológico de los Dólmenes de Antequera e Instituto de Patrimonio Cultural de España) que ha considerado que “el traslado del grupo megalítico en este momento supondría una pérdida irreversible del contexto histórico-arqueológico”.
El dolmen constituye un “extraordinario ejemplo de construcción megalítica”, según el Gobierno. Por el valor histórico del enclave y la excepcionalidad del conjunto, el grupo de trabajo ha diseñado dos fases de actuación para garantizar su conservación y convertirlo, al mismo tiempo, en un recurso turístico para la zona. La primera fase de reconocimiento, ya en marcha, tiene como objetivo la documentación exhaustiva del conjunto megalítico y de su estado de preservación.
Los técnicos se desplazaron los pasados 3 y 10 de septiembre para tomar muestras de las piedras, actualmente en el laboratorio, con el objetivo de obtener un cuadro exhaustivo de afecciones en los ortostatos. Se ha realizado un escaneado en láser 3D para disponer de una planimetría actual de máxima precisión, y en los próximos días se iniciarán actuaciones de emergencia que contemplan prospecciones intensivas y trabajos de documentación y conservación básica del yacimiento.
Las primeras medidas serán proteger el sitio con sacos de arena, estabilizar y consolidar las piedras más desplomadas y balizar la zona. En una segunda fase, se promoverá un programa de recuperación y puesta en valor del sitio, con el desarrollo de proyectos de investigación aplicada, que incluirán análisis de riesgo y de conservación del yacimiento y de su contexto arqueológico y territorial. Al mismo tiempo, se están llevando a cabo estudios para la presentación del conjunto al público como recurso turístico de la zona.
Paralelamente a los trabajos de investigación, se han iniciado los trámites para la declaración del conjunto megalítico como Bien de Interés Cultural (BIC), la máxima protección que se puede dar a un monumento. El dolmen fue excavado y restaurado en los años veinte del siglo pasado por el arqueólogo alemán Hugo Obermaier.
Sus trabajos no fueron publicados hasta 1960 por otros investigadores alemanes, apenas tres años antes de que el yacimiento fuese cubierto por las aguas del embalse. Por otra parte, los ministerios de Cultura y Deporte y de Transición Ecológica han iniciado conversaciones para explorar la valoración de riesgos del patrimonio cultural sumergido en aguas interiores de toda España.
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