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Noticia patrocinada

El cine lo ha pillado: los gatos mandan

La gata Mía inicia su carrera como crítica de cine con 'Mascotas 2'

Pedro Zuazua
Mías y Atún posan con el cartel de 'Mascotas 2'.
Mías y Atún posan con el cartel de 'Mascotas 2'.P.Z.

Hola. Soy Mía. Una gata (nada) común europea. Vivo en Madrid con Pedrín, un señor mayor encerrado en el cuerpo de una persona de 37 años. Hace un mes llegó a casa mi hermano pequeño. Se llama Atún. Tiene tres meses y no para quieto. Es muy pesado. A veces tengo que meterle un bufido para que se esté quieto. Otras, se me va un poco la zarpa. Pero siempre desde el cariño.

Hace un par de semanas que estamos juntos. A mí, al principio, no me hacía ninguna gracia la llegada del enano. Me puse de los nervios. Pero a los 4 días ya estábamos jugando y durmiendo juntos. Soy una gata muy buena.

Hace un año, Pedrín publicó un libro sobre mí (las partes que mas gustan a los lectores se las dicté yo) y ahora resulta que hay gente que piensa que sabe algo de gatos. Lo cierto es que sabe más bien poco: Atún y yo lo toreamos todo lo que queremos. E incluso a veces un poco más.

Pero tiene sus cosas buenas. Como algo que sucedió esta semana. La gente de Universal Pictures le envió la película Mascotas 2 para que la viera en casa. Como es un inútil digital, no fue capaz de ponerla y tuvo que ir al autocine a verla. En cuanto cerró la puerta, salté sobre el mueble de la tele, la encendí y me preparé para una sesión de cine de verano.

La sensación de estar sobre el sofá y no rascarlo era un poco rara, pero me olvidé de ella en cuanto comenzaron a aparecer los protagonistas de la película. Es una peli de verdad, sin apenas humanos. Como debe ser. Los humanos actúan fatal. Aquí hay perros (buuu), gatos (¡bien!), conejos que se visten de superhéroes (los gatos no tenemos una opinión formada sobre los conejos, por eso no me pronuncio)… Y todos actúan fenomenal.

La peli es la continuación de Mascotas (seguro que ya lo habíais deducido al ver el número 2), y en esta ocasión Max, el protagonista, se enfrenta a un pequeño drama: sus dueños han tenido un hijo y a Max le preocupa que le pueda suceder algo. Max es un poco agonías, la verdad. Pero es comprensible. Es un perro. Hay otra trama principal en la película, que incluye a un cachorro de tigre (un gato grande, vaya) que está siendo maltratado en un circo. Aquí entran en juego mis congéneres.

Lo que más me gusta de la peli es que tiene perfectamente pillada el alma de los gatos. Nos describe muy bien. Somos los más listos, los más prácticos, los más valientes-inconscientes, los más caraduras… De hecho, hay una parte de la cinta en la que Chloe, una enorme gata gris, ofrece una serie de lecciones para saber actuar como un gato. Lo hace de una forma tan precisa y acertada que se podría considerar como el método Stanislavski felino. Me sentí muy reflejada en todos sus gestos. Por ejemplo: todos los gatos del mundo despertamos a nuestros compañeros de piso humanos justo cinco minutos antes de que suene el despertador.

Me gustaría conocer a los gatos de los guionistas de Mascotas 2, se nota que tiene muy bien educados a sus humanos: todos los rasgos que nos asignan son reales. Doy fe de ello. Me hace mucha ilusión saber que ya estamos conquistando también el mundo del cine.

Cuando sentí que Pedrín llegaba a casa, corrí para apagar la tele y que todo pareciera en orden. Me sorprendió darme cuenta de que Atún se había pasado toda la película a mi lado sin decir ni miau ni moverse. ¡Milagro!

Antes de dormir, escuché una conversación telefónica en la que decía que Mascotas 2 es una película de dibujos animados. Me sorprendió bastante, la verdad, porque a mí me había parecido real como la vida misma (no entiendo que a los humanos les sorprenda tanto que hablemos entre nosotros cuando nos quedamos solos). Pero luego, pensándolo con calma, me di cuenta de un detalle que lo corroboraba: un gato nunca se plegaría a las órdenes de un director de cine. De ahí que todas las actuaciones de felinos en Mascotas 2 sean dignas de una enorme lata de comida húmeda.

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Sobre la firma

Pedro Zuazua
Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Oviedo, máster en Periodismo por la UAM-EL PAÍS y en Recursos Humanos por el IE. En EL PAÍS, pasó por Deportes, Madrid y EL PAÍS SEMANAL. En la actualidad, es director de comunicación del periódico. Fue consejero del Real Oviedo. Es autor del libro En mi casa no entra un gato.

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