José Guirao: “Lo de alta y baja cultura es un invento clasista”
El ministro de Cultura y el politólogo y escritor Christian Felber debaten sobre la cultura en la teoría del bien común
“Si he de empezar de nuevo, empezaría por la cultura”. Con esta frase de Jean Monnet, considerado uno de los padres fundadores de la Unión Europea, comenzó el politólogo y escritor Christian Felber su intervención en el debate que ha protagonizado junto al ministro de Cultura y Deporte, José Guirao. Bajo el título Voces para otras alternativas al modelo imperante ambos licenciados en filología han charlado sobre la cultura y la teoría del bien común. Este modelo económico parte de un compromiso ético, que coloca al ser humano en el centro del debate, reclama a las empresas buenas prácticas y reformula las viejas nociones asociadas al trabajo.
“Lo de alta y baja cultura es un invento clasista”, afirmó Guirao en la Fundación Telefónica, que ha acogido este lunes el encuentro programado en Madrid dentro del III Foro de la Cultura. “Tenemos que darle la oportunidad a cada individuo de participar en algo colectivo. El Ministerio tiene que generar espacios de participación donde se puedan dar el conocimiento, la sensibilidad y, sobre todo, la comunicación entre la gente”, añadió en la conversación moderada por la periodista y subdirectora de EL PAÍS Montserrat Domínguez.
Divulgador, sociólogo, profesor en la Universidad de Economía y Negocios de Viena y cofundador de la organización Attac en Austria, Felber tiene credenciales de sobra para seguir el ritmo al ministro. “Los pilares éticos siempre son los pilares culturales, porque en el corazón de la cultura están los valores”, resaltó creando un espacio común con Guirao. Espacio que se separa en lo más radical de su defensa de un cambio profundo en los modelos económicos: la economía del bien común. Entre otras propuestas, el austriaco defiende la sustitución del Producto Interior Bruto (PIB) como unidad de medida de la riqueza por otro indicador, el Balance del Bien Común, que prima valores como la justicia social, la dignidad humana o la sostenibilidad medioambiental.
“La economía debe ser una herramienta al servicio de las culturas florecidas de las sociedades democráticas y de las civilizaciones sostenibles y obviamente no lo es”, señaló Felber. Entre otras de las propuestas del divulgador destaca limitar los ingresos y poner límites a la propiedad privada, que una persona no pueda acumular posesiones por encima de los 30 millones de euros. Sin entrar a comentar esta idea, Guirao afirmó que “el problema es que hemos convertido a la gente en consumidores, y el consumo es muy insatisfactorio”. Y añadió “la pérdida de la idea de comunidad y el ensalzamiento de la individualidad” a ese dilema.
“Creo que la cultura solo puede tener un papel si la convertimos en espacio de comunicación, en espacio de compartir las cosas y en espacio de generación, en el que la posición del espectador y la del creador pierdan esa separación y confluyan en un foro común”, dijo Guirao, convencido de que “la cultura es una manera de combatir el individualismo”.
El ministro concluyó la intervención señalando que es el lenguaje la primera barrera que hay que romper para que los mensajes no solo sean comprensibles por los expertos. “Hemos recorrido un proceso de elitización de las manifestaciones culturales y no hemos hecho un trabajo de democratización”, comentó el ministro, para quien la educación es un factor fundamental para que los ciudadanos desarrollen interés por la cultura. Y no perdió la oportunidad de señalar al Gobierno anterior: “Resulta hermoso que el Congreso de los Diputados aprobara que la Filosofía volviera a la enseñanza, pero ese es el producto de un fracaso estrepitoso, que es que en un momento desapareciera”.
Babelia
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