Enrique López Lavigne: “En la producción lo fácil no existe”
El productor reflexiona en torno a su experiencia profesional dentro de una programación especial que se extiende a lo largo del mes de noviembre en TCM
“No creo que haya una película fácil. Me parece igual de complejo producir un cortometraje que un largo”, afirma el productor Enrique López Lavigne. La diferencia, según él, es la responsabilidad: “Es distinto tener una película en la que manejas un presupuesto de 30 millones de euros, como Lo imposible, que una de 15 mil euros hecha en cooperativa, como Gente en sitios”, explica.
Enrique López Lavigne conoce perfectamente ambos mundos, el de la gran y el de la pequeña producción. Ha trabajado recientemente en películas como Oro, de Agustín Díaz Yanes, ambientada a comienzos del siglo XVI en plena selva amazónica y rodada en localizaciones de Canarias, Andalucía y Panamá, pero ha producido también Selfie, de Víctor García León, filmada con pocos medios por las calles de Madrid, aprovechando mítines reales de partidos políticos como Podemos o el PP. “Lo fácil no existe”, sentencia.
Este viernes a las 22.00 h Enrique López Lavigne reflexiona en torno a su experiencia profesional dentro de una programación especial que se extiende a lo largo del mes de noviembre y en la que TCM va a ofrecer entrevistas a varios productores españoles. “En España casi todos los productores somos independientes y la gran mayoría, creativos, porque hacer cine en nuestro país no es sencillo”, explica Lavigne. “Requiere una cierta creatividad en la selección de los temas, en la manera de afrontarlos y en la necesidad de diseñarlos de espaldas a una industria que a veces aparece y a veces desaparece, pero que siempre es precaria”.
Enrique López Lavigne ha producido más de cuarenta títulos y reconoce que casi la mitad de ellos no han funcionado como él quisiera. “Aveces diseñas una película que se parece a otra que acaba de triunfar y llegas tarde. A veces llegas antes”, reflexiona. Lo que tiene claro es que hoy en día hay que desenvolverse en un mercado internacional. “El cine ya no tiene una bandera y, si la tiene, es una bandera global porque la financiación también lo es y más con la llegada de las plataformas y la necesidad de que los catálogos se abastezcan de historias”, dice.
Un ejemplo de lo dicho puede ser Un monstruo viene a verme de Juan Antonio Bayona, rodada en inglés y con estrellas internacionales como Sigourney Weaver. “Estamos en una 'edad de oro' en la que se confunden las pantallas y los formatos. Te plantas ante tu televisor gigantesco y no sabes si vas a ver una serie que dure 25, 50 minutos o una película de hora y media. Como espectador eres capaz de consumir en una sola noche la temporada completa de una serie. La oferta de hoy es brutal”, afirma.
Y el futuro, según su opinión, será aún más complejo. “Los cambios van a ir muy deprisa y las historias se van a multiplicar. Las plataformas van a intentar desarrollar sus propios contenidos y distanciarse y diferenciarse de sus competidores”. Palabra de Enrique López Lavigne. Palabra de un productor de cine.
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