Eva Llorach, el secreto original de ‘Quién te cantará’
La actriz, reina del 'indie', protagoniza el drama de Carlos Vermut
Existe un cine independiente español aún más indie que el que se hace fuera de las cadenas de televisión. Más allá incluso de las salas comerciales. A veces ni siquiera puede verse en filmotecas, cinetecas ni centros culturales. Largometrajes que se distribuyen por Internet en sitios como #LittleSecretFilm, que dirigen veteranos como Pablo Llorca y Juan Cavestany, o gente joven como Pablo Maqueda y Carlo Padial. Y ahí, en ese territorio oculto a los ojos de la mayoría silenciosa, reina Eva Llorach.
La aludida apunta: “Ahora, y lo entiendo, hay comentarios sobre si soy una sorpresa. Como dicen mis amigos: ‘¿Que dónde estaba Eva? ¡Pues currando mucho, mucho, mucho!”, y se echa a reír. Por hacer, solo le falta presentar —como murciana orgullosa que es— una gala de televisión tipo Murcia, qué hermosa eres. “Lo dejo para más adelante [carcajadas]. He trabajado en bastantes películas que, es cierto, no han tenido repercusión mediática ni popular”. Y entre ellas destaca Diamond Flash (2011), el primer largometraje de Carlos Vermut. “Ya sé que a todo el mundo le gusta Magical Girl [donde Llorach tiene un pequeño papel], pero las claves del mundo de Carlos asoman en Diamond. Se oía la voz de un autor inmenso, de alguien que se reinventa en cada trabajo. A mí me llamaron tras Diamond un montón de directores independientes y de repente hubo un vacío”.
Durante dos o tres años Llorach bregó en capítulos de televisión, y poco más. “En Estados Unidos hay un trasvase que no existe en España entre el cine indie y el comercial. Solo Carlos ha confiado en mí a ciegas”. Por eso habla con “precaución”, rehuyendo halagos y comentarios sobre premios. “Prefiero trabajar”. Por cierto, ¿cuántos años tiene? "Digamos que no soy millennial'.
Así llega Quién te cantará, un regalo envenenado de Vermut: una fan que enseñará a su objeto de idolatría, una estrella de la canción ahora amnésica, a ser de nuevo artista legendaria. “A mí esa complejidad me pone. Lucho siempre por no acomodarme y cuantas más cosas tenga que aprender para hacer mi trabajo, más disfruto”, confiesa Llorach. “Cuando Carlos me dio el guion ambos nos centramos en mis puntos de contacto con el personaje: su pasión por el baile, por ejemplo. Y después de dos semanas de investigación me percaté de lo poco que se parecía a mí. Violeta vive paralizada por el miedo, por la frustración que emana de la relación con su hija, por no haber perseguido su sueño de cantar; y yo, en cambio, en un momento dado de mi vida, me lancé”.
Porque Llorach había estudiado Turismo y Psicología, y estaba trabajando en la empresa de su padre, especializada en maquinaria industrial. Hasta que... “A los 30 años un día me ofrecieron protagonizar un corto". Descubrió que era “profundamente infeliz”, que necesitaba actuar. "Hubo personas de mi familia que se enfadaron, y aún lo siguen un poco. Bueno, ahora ya va viendo la luz [sonríe]. Sí, me refiero a mi padre, que pensaba que yo heredaría el negocio. Era una trampa de vida, yo vivía con buen sueldo, te podías acomodar. Pero aquello iba en contra de lo que soy”.
En Quién te cantará hay vampirismo, juegos de espejos, pensamientos acerca de la creación artística, reflexiones sobre replicantes al estilo Blade Runner... “Violeta vive a través de su idolatrada Lila; sin embargo, ni siquiera la cantante es original. Carlos lo ha subrayado haciéndola entonar Procuro olvidarte, un tema harto conocido. ¿Sabes? No hay nadie original, todos somos réplicas. Vamos con ansias de ser distintos, y al final, inconscientemente, hacemos cosas compuestas de acciones y obras de otros. En realidad, Violeta sí posee algo especial: está viva”. Y con la fuerza con que lo dice, Llorach deja claro que pertenece a esa categoría: las vivas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.