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La flota de Augusto encalla en Cantabria

Un informe arqueológico destapa el posible hallazgo de Portum Blendium en Suances, pero la falta de presupuesto impide investigarlo

Vicente G. Olaya
Excavaciones arqueológicas en Suances (Cantabria)
Excavaciones arqueológicas en Suances (Cantabria)Lino Mantecón / Javier Marcos

El emperador Cayo Julio César Octaviano, Augusto para la historia, estaba más que harto de Corocotta y sus incansables guerreros cántabros. Años y años de guerras lideradas por este caudillo impedían la pacificación de la septentrional provincia romana. Así que ofreció 200.000 sestercios por la cabeza de su enemigo, movilizó al Ejército imperial y envió la Classis Aquitanica (una especie de Sexta Flota de la época) al norte de Hispania. Desembarcaron en Portus Blendium (Cantabria), completaron el cerco a los violentos bárbaros y, con unos 70.000 hombres, acabaron con su resistencia. Pax romana. Hasta ahora.

Más de 2.000 años después, el Ayuntamiento cántabro de Suances decidió construir un aparcamiento —el municipio pasa de 9.000 a 35.000 residentes en verano— en un descampado propiedad del Obispado de Santander. Así comenzaron las labores de cimentación, pero pronto empezaron a hallarse tejas, fragmentos de cerámica y diversos materiales pétreos. Como el Consistorio no había encargado el obligatorio informe arqueológico —en 1967, se descubrieron en el solar monedas romanas—, en agosto terminó todo en el vertedero.

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Pero el portal de defensa del patrimonio Regio Cantabrórum dio la voz de alarma tras ser avisado por varios vecinos: se estaba destruyendo el yacimiento, posiblemente el histórico Portus Blendium.

Denario encontrado en Suances durante las excavaciones de 1967.
Denario encontrado en Suances durante las excavaciones de 1967.
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El Gobierno regional (coalición del Partido Regionalista de Cantabria y el PSOE) se echó las manos a la cabeza, paró las obras y encargó dos informes profesionales. “Escasos eran hasta el día de hoy los indicios arqueológicos de la presencia romana en Suances, pero los resultados obtenidos permiten colegir el hallazgo de una urbe romana”, señala el documento entregado en julio, según ha podido saber EL PAÍS. “Unas estructuras arquitectónicas, con manifestaciones suntuarias, que por su localización geográfica costera deben asociarse a una estación portuaria de Portus Blendium”, añade.

Eva Ranea, directora general cántabra de Cultura, admite la importancia del yacimiento y también la imposibilidad de seguir con las investigaciones por una cuestión presupuestaria. “Lo que hemos hecho es protegerlo con una capa de zahorra para que los coches no lo dañen, además de imponer un peso máximo a los vehículos que aparquen”, afirma. “Quizás en la próxima legislatura podamos acometer el proyecto, pero de momento es imposible. Hay que investigar más para poder determinar con exactitud si es Portus Blendium”, sigue.

Vista aérea del área excavada en Suances.
Vista aérea del área excavada en Suances.

Miguel López Cadavieco, director de Regio Cantabrórum, no comparte esa opinión: “El Gobierno paró las obras porque colgamos un vídeo, que tuvo más de 30.000 visitas, denunciando los destrozos”. López Cadavieco sostiene que se llevaron más de 100 camiones de tierra y escombros a la escombrera, y que los restos fueron tapados con desperdicios para que no quedasen pruebas. “Se han producido daños de más de medio metro de profundidad. Es una cacicada de los años noventa, sobre todo porque se sabía desde 1967, cuando se realizaron las primeras investigaciones, que era un yacimiento romano”, se queja.

El concejal de Cultura de Suances, el socialista José Pereda, niega los daños: “Actuamos conforme a la ley. Todo ha sido protegido con una malla para evitar daños. Nada más aparecer los restos, el Gobierno regional paró las obras”. Pereda, como Ranea, admite que no existe presupuesto para las excavaciones. “Ya sabe cómo están los Ayuntamientos”, lamenta. Tampoco cree que se trate de Portus Blendium, “ya que el yacimiento se encuentra a unos dos kilómetros de la costa y en cuesta”.

Fragmento de Terra Sigilatta Gaelica hallado en Suances,
Fragmento de Terra Sigilatta Gaelica hallado en Suances,

Sin embargo, el documento arqueológico sostiene que la iglesia de Santa María de las Lindes, adyacente a la parcela examinada, se levantaba sobre “una antigua ría, hoy colmatada, que se localiza al pie de ladera de la iglesia parroquial”.

El informe fue realizado por los expertos Javier Marcos y Lino Mantecón solo sobre 19 metros cuadrados de los más de 2.000 de la parcela. Además, se realizó un estudio con georradar a cargo de la empresa Geomatics, que descubrió “muros construidos con argamasa y lienzos soterrados, con anchura de 94 centímetros”, lo que permitiría hablar de construcciones de “prestigio” como grandes edificios públicos.

Los fragmentos de estuco localizados son de colores rojo, ocre, blanco, azul, verde, marrón y negro. De ellos, 22 cuentan con franjas o cenefas en blanco. “Este tipo de ornatos de revestimientos murarios se vincula en exclusividad con viviendas de la aristocracia romana y con edificios de función pública. (...) La escasa superficie que se ha intervenido [los citados 19 metros cuadrados] ha ofrecido, sin embargo, una elevada riqueza artística, que podría superar a los descubrimientos realizados en otras poblaciones romanas de la comunidad autónoma de Cantabria, como Retortillo, Castro Urdiales y Camesa-Rebolledo”, relata el informe.

“Este conjunto de indicios nos inclina a deducir que nos encontramos ante un asentamiento de una población de cronología romana (Alto Imperio) como parece indicar la moneda de Augusto y algunos materiales recuperados de terra sigilatta [cerámica usada para la vajilla de las clases más pudientes]”, inciden los especialistas. Y aseguran: “Son vestigios de una población romana de entidad”.

Plinio el Viejo señala que en época de Augusto hubo una serie de núcleos urbanos en Cantabria en torno a una ciudad principal, Iulióbriga, y otras menores como Portus Blendium, unida a Legio VII Gemina (León) por una calzada.

Pero no hay presupuesto público para contrastarlo científicamente. Quizás los 200.000 sestercios que ofreció Augusto por el rebelde Corocotta pudieran ser una solución. El historiador y filólogo alemán Adolf Schulten dejó escrito a mediados del siglo pasado que el líder cantabroastur, al conocer la existencia de la recompensa, se presentó ante el propio emperador, quien, por su valentía, se la dio y lo dejó marchar. Ahora vendría bien ese dinero.

Corocotta, el recuerdo de unas pocas líneas

Si Viriato fue el símbolo de la resistencia de Lusitania, Numancia de los celtíberos o Sagunto de los íberos, Corocotta lo fue de las tribus asturcántabras. Sin embargo, de él solo se conservan unas escasas líneas escritas por Dión Casio, un historiador romano nacido más de un siglo después de la muerte del líder hispano.

En concreto, se cuenta que Augusto estaba muy irritado por culpa del tal Corocotta, que era un “ladrón hispano”, por lo que prometió una recompensa de 200.000 sestercios a quien lo apresase, “pero como él mismo se presentó [ante el César], no le hizo daño alguno y le regaló el dinero”.

El historiador e hispanista Adolf Schulten (1870-1960) lo convirtió en un icono de la resistencia. No obstante, su tesis ha sido respondida por otros expertos que creen que Corocotta no era más que un asalta caminos norteafricano.

Sea cual sea la realidad, lo que sí es histórico es que las guerras asturcántabras se extendieron entre el 29 y el 19 antes de Cristo. Los romanos vencieron, lo que supuso la conquista definitiva de Hispania. Las bajas fueron brutales, y la mayor parte de la población en edad de luchar murió o fue apresada, unas 80.000 personas.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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