Los toros tuvieron un impacto económico de 4.500 millones en 2017
Los festejos populares aumentan cada año y los reglados tienden a la estabilización
Los 19.882 festejos taurinos celebrados en España en 2017 tuvieron un impacto económico de 4.500 millones de euros, lo que supone un 0.36 por ciento del producto Interior Bruto, y en el caso de la Comunidad de Castilla-León alcanza el 1,5 por ciento.
Estos datos han sido presentados en el II Congreso Internacional de Tauromaquia que se celebra en Murcia por la secretaria técnica de la Asociación Nacional de Organizadores de Espectáculos Taurinos (ANOET), Mar Gutiérrez, quien aclaró que, de la cifra inicial, 18.357 corresponden a festejos populares (el 92,30 por ciento) y el resto -el 7,70 por ciento- a espectáculos reglados.
La representante de los grandes empresarios concedió especial importancia al avance de los festejos populares, que han aumentado considerablemente en los últimos años, al tiempo que se amortigua la caída de las corridas, novilladas y espectáculos de rejoneo y tienden a su estabilización.
Actualmente, la Comunidad Valenciana ocupa el primer lugar por el número de festejos callejeros, con un total de 9.759; le sigue Castilla-León, con 2.345; en tercer lugar, Navarra, con 1.648; le siguen Castilla-La Mancha, con 1.605; Aragón, con 1.215; Extremadura, con 658 y Andalucía, con 655, entre otras.
La mañana del segundo día del congreso taurino también contó con una conferencia del abogado sevillano Joaquín Moeckel, representante legal de la empresa de la Maestranza y de varias figuras del toreo y especialista en cuestiones taurinas, quien habló sobre ‘Polémicas jurídicas actuales de la fiesta’.
Criticó lo que califica como “la excesiva normativización” de la fiesta de los toros, que “choca con la libertad de empresa propugnada por la Unión Europea”. “Por encima de ley, insistió, está el arte”.
Pidió para los toros la misma ‘autorregulación’ de la que disfruta el mundo del fútbol, y aseguró que “la cultura no se puede erradicar legalmente”, en respuesta a quienes pretenden la convocatoria de un referéndum sobre los espectáculos taurinos.
Alentó a los congresistas a mostrar su orgullo de ser aficionados porque “la defensa de la fiesta no hay que justificarla”, y añadió que la mejor protección “pasa por la calidad del espectáculo”.
“El toreo es la cuna de la libertad”, terminó.
La jornada la cerró una mesa redonda sobre la diversidad cultural y el patrimonio que contó con la participación de expertos de México, Colombia y España.
Antes, un reconocido aficionado francés, André Viard, presidente del Observatorio Nacional de las Culturas Taurinas del país vecino, disertó sobre los ‘Ritos taurinos, una cultura consustancial de la epopeya humana’.
“La Tauromaquia es un patrimonio de la Humanidad cuyo origen se sitúa en África oriental, hace 1,8 millones de años, cuando el homo erectus dejó de ser carroñero para convertirse en cazador”, explicó Viard.
“A partir de la ‘revolución’ neolítica que se produjo ocho milenios antes de Cristo”, continuó, “la caza adquirió una dimensión sacrificial en todo el entorno mediterráneo, y dio lugar a muchos juegos taurinos incluidos en el ritual de varias religiones”.
“La tauromaquia volvió a ser una actividad profana después de la caída del imperio romano y de su invasión por los francos y los visigodos. Así, durante trece siglos se desenvolvió en el ámbito cinegético y guerrero, hasta que, a partir de 1720, fecha en la que aparece la muleta, dio progresivamente a luz a la corrida de toros moderna, que surge como la manifestación profana heredada de unos cultos sacrificiales inmemoriales, enriquecida desde la Ilustración por unos valores éticos y estéticos innegables, y portadora de una evidente dimensión artística”, concluyó.
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