Un óleo icónico sobre la represión franquista llega a España 73 años después de pintarlo Castelao
'La última lección del maestro' nunca salió de Argentina y viaja a Santiago para una exposición sobre el intelectual, escritor y artista y la educación en la II República
Castelao estaba casi ciego para las distancias largas. En pequeño formato escribía y dibujaba sin dificultad, pero detrás de sus gafas redondas era incapaz de abarcar sin distorsiones la visión completa de un gran lienzo. "Desde niño, por la tuberculosis, tuvo una salud bastante débil, y en los ojos padeció coriorretinitis. Casi no veía", explica Miguel Anxo Seixas Seoane, estudioso de la figura del intelectual más señero que tuvo Galicia en el siglo XX y autor de la biografía en tres tomos que verá la luz en otras tantas entregas de la Editorial Galaxia entre enero de 2019 y enero de 2021. Seixas es, además, comisario de la exposición sobre el artista que se inaugurará el viernes en la Cidade da Cultura (Gaiás, Santiago de Compostela), y en la que se verá por primera vez en España un cuadro que es todo un símbolo de la represión franquista: A derradeira leición do mestre (La última lección del maestro), un lienzo vertical de dos metros de altura por 1,36 de ancho que, sin duda, comenta su biógrafo, tuvo que ir pintando "por parcelas", debido a su enfermedad. Alfonso Manuel Daniel Rodríguez Castelao (Rianxo, A Coruña, 1886-Buenos Aires, 1950) pintó el óleo en 1945, en su exilio en la capital de Argentina, y la obra jamás salió del país hasta ahora.
Un hombre yace derrumbado en el suelo, como una gran mancha oscura en escorzo, al pie de dos viejos árboles sin ramas y ante dos niños con camisa blanca que lloran en medio de un paisaje desolado. Recuerda a Los desastres de la guerra de Goya, pero la de Castelao es la Guerra Civil y el muerto que aparece retratado se semeja poderosamente a Alexandre Bóveda, político republicano, nacionalista, amigo y compañero del artista en la puesta en marcha del Estatuto de Autonomía de Galicia aprobado en plebiscito el 28 de junio de 1936.
Bóveda, que murió fusilado con 33 años, el 17 de agosto de 1936, "no era maestro", recuerda el comisario de Castelao Maxistral, la exposición del Gaiás, que también es vicepresidente de la fundación que lleva el nombre del escritor, político y dibujante. Pero en el cuadro de este gran "fabricante de iconos" aparece como un "símbolo" que "habla de los que tienen un comportamiento ejemplar. Hombres que dan su ejemplo hasta el final" y hasta las últimas consecuencias. Ante el tribunal que lo juzgó, Bóveda declaró que adoraba Galicia "más allá" de su "propia muerte": "Si entiende el tribunal que por este amor entrañable debe serme aplicada la pena de muerte, la recibiré como un sacrificio más por ella", dijo.
A derradeira leición [o lección, en gallego normativo] do mestre, con el sentido que "derradeira" tiene de "definitiva", más allá de "última", no es la pintura más meticulosa del artista, pero sí una de las más emblemáticas. Un icono que en su primera versión, de 1937, era un dibujo que formaba parte del álbum Galicia Mártir (1937), una colección de estampas que, junto a las de Atila en Galicia (1937) y Milicianos (1938), realizó Castelao en Valencia, después de trasladarse con otros intelectuales a la ciudad donde se instaló el Gobierno de la República. Tres días antes del 18 de julio había viajado a Madrid para entregar en las Cortes el resultado del Estatuto de Autonomía y cuando quiso volver ya no encontró tren para regresar.
"Aguantó en Madrid hasta noviembre y salvó la vida de milagro", relata el comisario de Castelao Maxistral, donde el óleo es el pilar sobre el que se arma una muestra que homenajea a los maestros de la II República, sus esfuerzos en precario por alfabetizar a los niños y su intento de renovación pedagógica, truncado por la guerra. Entre 92 piezas y documentos, además del cuadro cedido durante los próximos seis meses por el Centro Galicia de Buenos Aires, la exposición también recoge otras 40 ilustraciones que el dibujante y caricaturista dedicó en su vida a la escuela obligatoria, que entonces solo llegaba hasta los nueve años de edad.
De aquel dibujo original que ocho años después se transformó en un cuadro de gran formato, el número seis de Galicia mártir, se hicieron miles de reproducciones en revistas y álbumes, y en 1939 la República lo convirtió en sello de 90 céntimos, de color azul. El propio Castelao emprendió entre 1937 y 1938 un largo viaje que lo llevó a Moscú, Nueva York, La Habana, Montevideo y finalmente, Buenos Aires. En todas partes se dedicaba a describir al público los horrores de la guerra a través de los dibujos originales que portaba en sus carpetas y que ahora se conservan en el Museo de Pontevedra. Cuando marchaba, en las grandes capitales seguían vendiéndose los álbumes impresos para recabar "ayuda para los republicanos españoles" y llegó a haber incluso versiones en chino y japonés. El día de su muerte, el 7 de enero de 1950, la Dirección General de Prensa del Gobierno de Franco envió a los medios la consigna de obviar en la necrológica cualquier "mención" a "los álbumes de dibujos de la guerra civil".
Con la vista cada vez más empañada, en 1945 Castelao decidió pintar el óleo para celebrar en el Centro Ourensano de Buenos Aires una conmemoración que él mismo instauró en su exilio en Argentina, el Día dos Mártires Galegos. La fecha no podía ser otra que el 17 de agosto. El día en que Alexandre Bóveda, candidato del Frente Popular por la provincia de Ourense, había sido asesinado por "traición".
Las omisiones de Feijóo hacen sangrar las heridas de la dictadura
Con el desembalaje, este mediodía, ante las autoridades, se ha destapado también la caja de los truenos. El discurso con flagrantes omisiones que tenía preparado para la ocasión Alberto Núñez Feijóo, presidente popular de la Xunta, ha hecho sangrar las heridas de la guerra y la dictadura en unos cuantos presentes, algunos de ellos descendientes directos de víctimas del franquismo.
El cuadro había llegado un día antes, custodiado por fuertes medidas de seguridad, a la Cidade da Cultura, y al acto de hoy asistían los portavoces de todos los grupos del Parlamento gallego. Con el lienzo ya colgado, el presidente ha dicho que el mensaje que transmitía A derradeira leición do mestre era "la defensa de la educación frente al fanatismo" porque "una educación en libertad es el medio para la promoción de los valores democráticos". A esto ha añadido que la obra recordaba "lo que jamás debe volver a pasar", y también ha hablado del autor, y de su lucha contra la "injusticia", pero no ha especificado en ningún momento que el lienzo fuese "una crítica contra la represión y los ajusticiamentos", tal y como luego le ha reprochado la oposición.
La primera en apartarse de la foto oficial ha sido la diputada de En Marea Ánxeles Cuña Bóveda, nieta de Alexandre Bóveda, que según informa Europa Press ha comentado discretamente a un asesor de su grupo que no quería salir en esa imagen. Minutos después, el líder de la formación, Luís Villares, fue directo hacia las cámaras para cargar contra las polémicas lagunas del discurso inaugurador de Feijóo. "Lo primero es recordar que el maestro que aparece en esta obra fue asesinado, palabra que no fue mentada por Feijóo; y evoca a Alexandre Bóveda. Este cuadro debe recordarnos que tenemos una cuenta pendiente con todos los gallegos asesinados, paseados, humillados, con las violadas...", ha enumerado. El presidente "se ha olvidado de decir algunas cosas", le ha afeado al jefe del PP gallego. "Es necesario que maestros que aún están enterrados en las cunetas puedan ser exhumados y recibir una sepultura digna; es necesario anular todos los juicios sumarísimos que fueron una verdadera farsa como el del propio Alexandre Bóveda; y es preciso que la memoria sea completada con la devolución del expolio de la Guerra Civil, singularizada en Galicia con la devolución de Meirás", ha proclamado Villares.
"Yo estoy aquí porque soy gallega, por Castelao y porque creo que es importante que su obra no venga solo de visita, sino que esa visita sea permanente", ha comentado luego a la prensa Ana Pontón, portavoz nacional del Bloque Nacionalista Galego. Pontón ha asegurado que, durante el acto, ella misma le ha reprochado a Feijóo su afán por "ocultar y manipular" el significado del cuadro.
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