Seres sentimentales
El neurocientífico Antonio Damasio detalla en un ensayo cómo aparece la mente y cómo se generan las emociones en el cerebro
"Tengo nuevos hechos e interpretaciones para compartir”. Antonio Damasio, uno de los neurocientíficos más conocidos del mundo, tiene nuevo libro porque sabe cosas nuevas y quiere contarlas. Y, como siempre, las cuenta de maravilla. Este libro es la historia de la vida a la luz de las emociones, es decir, pone el foco donde no suele estar y, además, lo lleva atrás del todo, al origen de la vida. De las células primigenias y su deseo de perdurar a la actual condición humana, Damasio nos dice cómo somos y por qué. Un relato sobre la sustancia de los sentimientos humanos y sus consecuencias, porque “son los sentimientos los que crean la medicina, bien por la empatía o por la compasión”.
La homeostasis, el equilibrio al que tiende cualquier cuerpo biológico en un medio determinado, ha condicionado “de manera inconsciente” tanto el desarrollo de las bacterias como de todo lo demás en biología, lo que incluye, en el caso de los humanos, los sentimientos. La homeostasis, para Damasio, es “la base del valor que hay detrás de la selección natural”, así que, en nuestro caso, “los sentimientos, como agentes auxiliares de la homeostasis, son los catalizadores de las respuestas que originaron las culturas humanas”. Como asegura el neurocientífico portugués, premio Príncipe de Asturias en 2005, somos seres culturales porque “la actividad cultural comenzó profundamente unida a los sentimientos y esa unión ha permanecido intacta”. Antes, en el origen de la vida, la homeostasis también fue protagonista. Entre las dos explicaciones dominantes sobre el origen de la vida, primero el metabolismo o primero el replicador, una discusión que “sorprendentemente ocurre rara vez”, Damasio opta claramente por la primera, que habría sido posible gracias al “imperativo homeostático”.
La mente cultural humana, que apareció hace unos 50.000 años, una brizna de tiempo comparada con los 3.800 millones de años que las células llevan aquí, apareció también, en cierta medida, gracias al mismo imperativo homeostático, que fue “uno de los factores de la presión selectiva”. Y en ello se implica el cuerpo entero porque “el sistema nervioso no produce la mente por sí solo, necesita al resto del cuerpo para hacerlo”. En el ensayo el autor detalla cómo aparece la mente y qué papel juegan las imágenes y las historias en su formación y cómo las emociones se generan en nuestro cerebro y, junto a la homeostasis, son el motor de todo. “Del código de Hammurabi a cualquier Constitución tiene detrás el principio homeostático, incrementar el bienestar tratando de evitar el sufrimiento”.
Y puesto que el sentimiento es tan importante, ahí va uno personal. El ADN es algo ya tan cercano, y tan lexicalizado, que no traducir la sigla es como tropezar con piedras ortotipográficas. Entorpece una traducción que, en general, está bien.
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Autor: Antonio Damasio (traducción de Joandomènec Ros).
Editorial: Destino (2018).
Formato: tapa dura y versión Kindle (416 páginas).
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