“La buena comedia es un salto al vacío”
Alfonso Sánchez y Alberto López prosiguen con su indagación de los tópicos andaluces en 'El mundo es suyo'
"A nosotros se nos cruzó Internet, no lo buscamos, y nos benefició enormemente". Alberto López (Sevilla, 1976) mira a su compadre Alfonso Sánchez (Sevilla, 1978) y dice: "Él se había pelado el culo currando en series de televisión". A su vez, Sánchez señala a su compañero y remata: "Y él en infinitas giras teatrales".
En 2009 la pareja de cómicos estrena Una trilogía sevillana en Internet y arrasa. En cada uno de los cortos encarnan a sendos personajes de distintas faunas sevillanas. Los más quinquis, El Culebra y El Cabesa, ya saltaron al largo en El mundo es nuestro (2012), que financiaron con micromecenazgo, y que dirigió Sánchez. "Nos hicimos más populares, pero seguimos trabajando en lo que podíamos". Ahí están sus personajes secundarios en la saga Ocho apellidos, en Grupo 7, en series... Con los compadres -dos amigos sevillanos con aspiraciones de ser millonarios y más pijos de boquilla que de dinero- llegan a los escenarios. "Allí nos vio el productor Gervasio Iglesias, y descubrió a un montón de gente partiéndose con Rafi y Fali". Así nace El mundo es suyo -que se estrena hoy-, las desvergonzadas aventuras de estos dos vividores, un recorrido por la Sevilla de capillitas, de yonquis de altos vuelos, de Macarenas de tamaño natural, de cigalas como brazos de bebés y cervezas heladas. Y todo ello lleva a una pregunta: ¿dónde está el límite del humor? "El límite es el talento. Cuando Berlanga pasaba la censura con sus películas es que lo hacía muy bien", reflexiona Sánchez. "Y era una época más oscura y peligrosa que la actual. Lo que ha cambiado es la inmediatez, y no puedes regirte por legiones de tuits de gente que puede que no tenga ni capacidad cultural ni intelectual. Si tienes un talento desbordante, nadie te pondrá límites. Pienso en el riesgo de Ricky Gervais, y que sin su comicidad lo normal es que te echen de un sitio". López afina: "También hay que entender que si tuiteas una cosa debes de estar preparado para que te respondan. La libertad de expresión vale para ambos lados". Y Sánchez remacha: "La buen comedia es un salto al vacío".
Ambos se declaran herederos de los Monty Python en sus ganas de explorar. "Fíjate en cómo ellos iban hasta los límites y empujaban un poco más las fronteras, se aventuraban en el factor sorpresa y en la evolución. Ahora, corres el riesgo de que te corneen como el dicho taurino que dice: 'Si no sabes torear, ¿para qué te metes, Manolete?". Y ellos sí saben: "Bueno, sabemos aventurarnos". Y como compañeros de viaje, actores amigos y personajes auténticos de la cultura y de la sociedad sevillana. "Tienen verdad, porque en Sevilla todo se vive al límite". Ellos han disfrutado de la parte más barroca, de rodar persecuciones por la judería "por donde debía de ir a lo suyo la Santa Hermandad hace siglos".
El mundo es suyo nace de la absoluta libertad. "Tanto, que incluso empezamos un guion que descartamos. Por suerte, Warner y Atresmedia Cine entraron después y ya tuvieron que atenerse a lo que había". Y ese empujón les sirvió para olvidar los sinsabores de El mundo es nuestro, en la que Sánchez perdió todo. "Me arruiné, pero gracias a lo que pasó después con la peli no morí con el intento. Sin embargo, no lográbamos sacar la segunda adelante y nos metimos al teatro".
¿Se ha quedado alguna historia sevillana sin entrar en la película por puro increíble? "Si la contamos con el artificio y la filigrana con la que elaboramos las cosas, echándole tiempo y artesanía", asegura López, "todo funciona, y algunas de ellas están rodando por nuestras cabezas para futuros proyectos". ¿Habrá El mundo es vuestro para los perroflautas de la Alameda, la pareja que falta por llegar al cine de Una trilogía sevillana? "Dependerá del público. Así de claro".
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.