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Mi vida en el lado oscuro

El canario David M. Santana relata su experiencia en tres filmes de ‘Star Wars’ como miembro de las tropas del Imperio

Sergio C. Fanjul
David M. Santana, con un soldado del Imperio.
David M. Santana, con un soldado del Imperio.Á. GARCÍA

El actor David M. Santana (Gran Canaria, 1984) se buscaba la vida en Londres entre traducciones de inglés y trabajos en tiendas de música, cuando, a través de una amiga tinerfeña, supo de un curioso casting. Los productores estaban muy interesados en la forma física de los candidatos y en sus conocimientos de artes marciales. Santana fue seleccionado y entonces se enteró de cuál sería su destino: formaría parte de las tropas de asalto del Imperio Galáctico, los célebres stormtroopers, de la saga Star Wars.Se pasaba así al lado oscuro de la Fuerza.

“Lo primero fueron tres días de entrenamiento militar con un marine”, recuerda ahora Santana. “En las películas clásicas de la serie se veían tropezones y descoordinación en la tropa, y eso había que evitarlo. Además, todos los soldados teníamos que medir en torno a 1,80 metros”. El canario trabajó en tres películas: Episodio VII: El despertar de la Fuerza, Rogue One y Episodio VIII: Los últimos Jedi.

¿Es difícil manejarse con la armadura imperial? “Cosas tan sencillas como bajar escaleras, comer o, sobre todo, ir al baño, se hacen dificilísimas. Es una verdadera odisea”, cuenta. En los rodajes, Santana estuvo a las órdenes del director J. J. Abrams y compartió set con estrellas del calibre de Carrie Fisher, la fallecida actriz que encarnó a la princesa Leia. “Parecía la reina de todo aquello, el centro de atención, el jolgorio, siempre con su perro, que era como un hijo para ella”.

También con Harrison Ford. “Un día, Ford no encontraba el burrito mexicano que tenía para almorzar. Me miró desconcertado, como pidiendo explicaciones. Yo estaba allí con mi armadura y le dije con gestos algo así como: ‘Solo soy un stormtrooper, no sé dónde está tu burrito”, ríe Santana.

Y también Adam Driver, que encarna al malvado Kylo Ren, sucesor de Darth Vader. “Driver es un actor que nunca sale del personaje”, explica Santana. “Cuenta la anécdota que Mark Hamill [Luke Skywalker] le invitó a ir a tomar una cerveza después de un rodaje. Driver se negó: no podía ir a un bar con su archienemigo”.

A pesar de formar parte del ejército de los malos, los stormtroopers, con su característica armadura blanca, gozan de todo el cariño de los fans de la saga y su imagen es icónica del universo de Star Wars. En cualquier tienda de cómics y parafernalia del género se pueden encontrar cascos o muñecos basados en esos personajes. Incluso, se ha hablado de un efecto stormtrooper: se dice cuando los soldados malos de las películas caen como moscas ante los héroes, a pesar de su preparación, su armadura y su superioridad numérica.

“Yo siempre he sido muy fan de Star Wars, tanto que puede asustar. Cuando me llamaron pensé que era una broma”, cuenta. Se reconoce bastante friki y colecciona desde que tiene uso de razón. Tiene 2.500 figuras tanto de Star Wars como de El señor de los anillos, el universo de Marvel o DC Comics, cine de terror y ciencia ficción...“Ahora estoy prácticamente dando la vuelta al mundo asistiendo a eventos conmemorativos de la película. El año pasado, estuve en Tokio con una compañera, la primera mujer stormtrooper. Con tal éxito que parecíamos Angelina Jolie y Brad Pitt, y eso que trabajamos con un casco. También he estado en Holanda, Ecuador, Alemania…”.

Los stormtroopers tienen su propio grupo de WhatsApp. Ahora, Santana ha regresado a España (y dejado el lado oscuro) para seguir su carrera de actor sin encasillarse (de hecho, está rodando una película con el director Víctor Matellano).

“Ya no he participado en la película Han Solo: Una historia de Star Wars, y eso que se rodó en Canarias; ha sido una pena”, lamenta.

¿Y no le importa haber sido de los malos? “En realidad, también hago mis pinitos en la Alianza Rebelde, en algunas secuencias de Rogue One salgo sin casco, con barba, como rebelde”, dice Santana. “Soy un mercenario y me vendo al mejor postor”, bromea.

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Sobre la firma

Sergio C. Fanjul
Sergio C. Fanjul (Oviedo, 1980) es licenciado en Astrofísica y Máster en Periodismo. Tiene varios libros publicados y premios como el Paco Rabal de Periodismo Cultural o el Pablo García Baena de Poesía. Es profesor de escritura, guionista de TV, radiofonista en Poesía o Barbarie y performer poético. Desde 2009 firma columnas y artículos en El País.

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