‘Minuto final’ quiere ser la película del futuro
El ecuatoriano Luis Avilés experimenta una nueva técnica de grabación para una persecución policial totalmente filmada con drones
Esta vez lo importante no es la historia sino cómo contarla. Solo con drones. El director ecuatoriano Luis Avilés quería generar impacto con su primer largometraje y apostó por prescindir de las cámaras en Minuto final. “Quizás el cine del futuro no necesitará operadores de cámara...”, se aventura a decir. Su propuesta es un thriller que se estrenará en el segundo semestre de este año, sin fecha definida, y tiene altas expectativas. Cuando el proyecto aún era un embrión, lanzó una campaña de crowfunding y, aparte de fondos, consiguió amplia cobertura mediática por su forma de filmar. Incluso en medios internacionales.
La película está ahora está en fase de postproducción, con 60.000 dólares invertidos y un buen porcentaje de los fondos -propios y de la empresa privada- destinados al marketing. “Las cadenas de cine garantizan un mínimo de dos a tres semanas en cartelera pero el resto de depende de ti”, revela. Por eso, ha reservado una parte del capital para convencer al espectador ecuatoriano, atraído generalmente por el cine hollywoodiense de superhéroes, a ver un thriller nacional.
A base de tomas-secuencias, que duran entre dos y tres minutos cada una, la cámara de los drones inicia una persecución por las calles de Guayaquil, Durán y Milagro, escenarios típicos de la región costera de Ecuador, para llevar a un policía hacia un criminal. El agente Leonardo, uniformado ejemplar y comprometido con el cuerpo, se encuentra con un homicidio en mitad de la carretera que le trae recuerdos del pasado y, ante la falta de refuerzos, decide iniciar la persecución por su cuenta mientras la ciudad celebrar sus fiestas patronales con desfiles multitudinarios.
Las panorámicas aéreas, coloridas pero sin grandes dispendios económicos, descienden hasta planos cerrados sobre los protagonistas. “Antes necesitabas un helicóptero. Aquí no hay cortes. El dron hace la toma aérea y va bajando hasta el personaje. Es otra forma de narrar la historia”, comenta el director, que solo ha visto escenas similares en videoclips y cortometrajes de deportes extremos.
“Es un estilo similar al de Birdman (Alejandro González Iñárritu, 2014), que era un gran plano secuencia, pero aquí solo se usan drones”, explica el guionista y director. En este tipo de producciones, opina, luce más el trabajo de actores de teatro porque están acostumbrados a escenas largas. Como mucho, recuenta Avilés, eran capaces de filmar una o dos por día.
El rodaje duró apenas 16 días, pero Minuto final se engendró hace tres años cuando Avilés terminó de escribir el guion. El texto, asegura, se acopló a la técnica de grabación: “Tenía que ser una historia con tomas en exteriores, en la calle y en una ciudad donde hubiera mucha gente”. Una persecución policial era lo que mejor cuadraba y el thriller, uno de sus géneros favoritos. Solo necesitaba la trama. Ahora, solo le falta llevarlo a la gran pantalla.
Babelia
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