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Del Kurdistán a Bilbao por amor al arte

Dos jovenes artistas de Irak desarrollan sus proyectos en la ciudad vasca y otros dos españoles trabajarán en Solimania

Retrato realizado por la artista kurda Niga Salam en enero de 2018.
Retrato realizado por la artista kurda Niga Salam en enero de 2018.

"Todo el mundo me ve como una víctima de la guerra pero la guerra fue un juego político. Yo, en mis obras, quiero hablar de otras cosas", confiesa Azar Othman, un artista kurdo iraquí de 31 años que basa su trabajo en la creación de arte visual a través de las nuevas tecnologías. Él y la fotógrafa Niga Salam, ambos de Solimania, han sido los artistas seleccionados para que durante seis semanas vivieran en Bilbao y desarrollaran su obra lejos de la situación de conflicto de su país que, en el caso del Kurdistán iraquí, no es tanto de guerra, sino de posconflicto tras la "liberación de Saddam Hussein", como la llama Othman. "Es un país con graves problemas políticos y económicos y sobre el que tenemos muchos prejuicios. Es necesario que estos jóvenes se alejen de la censura, de la propaganda, se den a conocer y tengan opción a moverse internacionalmente para establecer relaciones entre otros autores", explica la artista Ixone Sádaba, cofundadora de Moving Artist, organización que desarrolla el proyecto.

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Niga Salam tiene solo 20 años, pero lleva cuatro recorriendo las calles en busca de historias de acoso hacia las mujeres y sobre el colectivo LGBT. "Es cierto que hay un 30% de las mujeres que ya trabajan, son como occidentales, salen y entran libremente... pero el resto sigue viviendo como lo hacía mi madre y mis abuelas y la gente no lo ve", cuenta la fotógrafa, que utiliza su trabajo para visibilizar esta problemática que aún perdura en la sociedad kurda. "El acoso, los abusos y las violaciones están a la orden del día, además de los matrimonios entre hombres adultos con menores", explica. Trabajar con la homosexualidad es aún más complicado porque está prohibida y las represalias pueden ser muy peligrosas, tanto para ella, como para los protagonistas de las imágenes: "Las parejas tienen que vivir escondidas y para que esto cambie hay que hablar de ello, ponerlo en la opinión pública, que vean lo que pasa, que vean que la homosexualidad existe y comiencen a reconocer sus derechos". Sabe que su trabajo conlleva un peligro importante, sus padres están constantemente en un sinvivir pensando que su hija no volverá a casa, pero a ella le merece la pena el riesgo: "No tengo miedo a las consecuencias. Por ser feministas, se nos tacha de putas. Alguien tiene que cambiar eso".

Los artistas kurdos Azar Othman y Niga Salam en Madrid.
Los artistas kurdos Azar Othman y Niga Salam en Madrid.Jaime Villanueva

Para su compañero en este intercambio, que además trabaja como comisario de arte en una galería en Solimania, la motivación es otra: buscar la explicación que ha llevado al artista a crear una determinada obra y entender a través del arte los problemas de la gente real, dependiendo de sus vivencias y situación. Por ello, al llegar a Bilbao quiso realizar un experimento que ya había realizado en su ciudad a finales de año. "¿Qué estás esperando?", preguntaba, mientras les hacía poner por escrito la respuesta. "Es sorprendente porque aquí todo el mundo me decía cosas como 'que llegue el fin de semana' o 'que deje de llover'. Todo tenía que ver con disfrutar de la vida, con la diversión. Sin embargo, en Kurdistán, la gente solo me hablaba de esperanza. Esperanza para que le paguen el salario, para que sus hijos no tengan que pasar por lo mismo que ellos, o esperanza para conseguir la independencia de Irak", recuerda Othman.

A una semana de volver a su país, Salam y Otham, junto a Moving Artists, han presentado este lunes el proyecto en la Casa Árabe tras comprobar la viabilidad de este primer intercambio. Ahora es el momento de elegir a los dos artistas españoles que vivirán mes y medio en territorio kurdo iraquí. "Queremos mostrarles que aparte de todos los problemas que hay en nuestro país, las nuevas generaciones queremos pasar página, seguir adelante y dejar atrás la guerra. Hay una cultura muy rica de la que se puede aprender", explica Salam, que además afirma que se ha dado cuenta de que "los problemas que sufren las mujeres en España son los mismos que en Kurdistán, aunque en diferentes niveles".

Performance de Azar Othman en la que pedía a la gente que respondiera por escrito a la pregunta "¿Qué estás esperando?".
Performance de Azar Othman en la que pedía a la gente que respondiera por escrito a la pregunta "¿Qué estás esperando?".

En el mes de abril se abrirá el plazo para que todo el que quiera pueda presentar su dossier de trabajos y, los dos artistas seleccionados, viajaran en septiembre hasta Solimania. El próximo año, el país elegido para el intercambio será Afganistán, algo que para Ixone Sádaba e Ignacio Rodríguez, los fundadores de la organización, es un verdadero reto porque "los talibanes han destruido todo el arte contemporáneo y los jóvenes se han quedado sin referencias": "Si no hay práctica, no hay crítica. Tenemos que ayudar a quienes preservarán el patrimonio cultural afgano".

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