‘Una mujer fantástica’ logra el Oscar para Chile
Sebastián Lelio recoge la estatuilla a mejor película de habla extranjera
Había ganado el Fénix, el Goya, incluso el día anterior el premio del cine indie, el Independent Spirit. Nadie parecía poder derrotar a la chilena Una mujer fantástica, de Sebastián Lelio, en la categoría de película de habla extranjera. Desde su estreno en la Berlinale de 2017, donde ganó el premio a mejor guion, la película, que muestra el drama de una mujer transexual cuya pareja muere de repente y ve sacudido su mundo por la primera esposa y los hijos del fallecido, ha ido ganando premio tras premio.
En el escenario, Lelio estuvo rápido en el agradecimiento, junto a sus actores, Daniela Vega y Francisco Reyes, y los productores, los hermanos Juan de Dios y Pablo Larraín. Es el segundo oscar que ha ganado Chile, tras el cortometraje Historia de un oso en 2016. Es un filme con aromas a Almodóvar: “Tomo la comparación como un halago, aunque mi referente siempre fue Belle de Jour, de Buñuel", contaba en San Sebastián el realizador de Gloria. “Probablemente haya un gran nivel canónico proveniente de Almodóvar de estas temáticas. Siendo muy honesto -y te lo dice alguien que hace poco volvió a ver Todo sobre mi madre bañado en lágrimas- en el panteón de las películas que me inspiraron Una mujer fantástica no estaban las de don Pedro. Pero los espectadores encuentran siempre pistas, huellas, de las que los directores a priori no éramos conscientes. Aunque con el protagonismo de una mujer transexual, mas guiños asumidos al melodrama, cruzada por el thriller, en una película que es también una reflexión sobre el cine... entiendo la referencia almodovariana. Yo pensaba más en Jeanne Moreau en Ascensor para el cadalso". O Vértigo. "Gracias, yo no me atrevía a decirlo".
Moreau ha sido una clara influencia en el personaje que encarna Daniela Vega. Por su elegancia al moverse, desde luego. "Y también porque es un tipo de heroína con un aliento anterior correspondiente a las heroínas de los años cincuenta, más asentadas en el enigma que en... lo genarowlandsdiano, otro registro que yo amo mucho pero que aquí no funcionaba, por los juegos de imágenes proyectadas y paralelas. El enigma es el recipiente perfecto para nuestras propias fantasías, deseos, temores...".
La película no nació del personaje de Daniela Vega, sino de otro concepto: "¿Qué pasa si la persona que tú amas se muere en esos brazos, y esos brazos resultan ser el peor sitio para que tu pareja muera porque por alguna otra razón tú eres la indeseada? Esa pregunta fue el motor, y en la escritura dimos vueltas hasta que llegamos a la mujer transexual". Un hallazgo que añade sorpresa y poesía a un concepto antes visto en el cine. "Es un caballo de Troya: el revestimiento de lo clásico pero con un corazón hipermoderno, y en esos elementos surge una cuestión estética y ética que hace de la película lo que es". Hay más juegos: "Sí, como poner de protagonista a alguien a quien la sociedad le dice que no merece una película y filmarlo como si fuera Jeanne Moreau, como un acto de amor". ¿Es Daniela Vega el gran regalo? "Al decidir la transexualidad de la protagonista, yo, que vivía en Berlín, investigué en Chile cómo sería su día a día. Dos personas distintas nos dijeron de Daniela, literalmente, que era fantástica. Tras la primera charla, yo salí transformado. Me voló la cabeza. Supe que no haría el filme sin una actriz transexual, y que Daniela sería nuestra asesora. Nos hicimos amigos por Skype. Poco a poco su presencia fue calando el guion. A mitad de la escritura sentí el segundo clac: Daniela era Marina. Ella además trajo una pregunta: ¿qué es una mujer?".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.