La piedra rodante de Indiana Jones existió en China
Los arqueólogos hallan en una tumba de la dinastía Liao bloques esféricos que, además de contribuir al drenaje, servían de sistema antirrobos
Un grupo de arqueólogos chinos se ha topado con un sorprendente hallazgo durante una excavación en el noreste del país. Una tumba de unos mil años de antigüedad, datada de la dinastía Liao, estaba rodeada de varias zanjas con piedras rodantes en su interior que tenían por objetivo evitar que la estancia se inundara, pero también prevenir que fuera saqueada. Al estilo de la mítica secuencia inicial de En busca del arca perdida, en la que Indiana Jones intenta llevarse una estatuilla de oro en un templo en la profunda Amazonia (Sudamérica) y acaba huyendo con una piedra gigante a su espalda.
Los investigadores no han podido identificar aún la propiedad de la tumba, pero se cree que en ella estaría enterrado un importante aristócrata por la forma de la sala y los objetos encontrados. Este particular sistema de drenaje y antirrobo formado por piedras es extremadamente raro en las construcciones de la dinastía Liao, que gobernó parte del norte de China, sur de Mongolia y el extremo oriental de Rusia entre los años 907 y 1125. La excavación se está llevando a cabo desde junio del año pasado cerca de la localidad de Xinli, situada en la provincia nororiental de Liaoning.
Si Weiwei, uno de los arqueólogos del proyecto, explicó a la agencia oficial Xinhua que las primeras investigaciones apuntan a que la sala podría haber sido concebida como un panteón familiar. En el sitio se encontró un fresco que fue repintado hasta tres veces en el que se pueden apreciar vehículos, caballos, camellos y personas. Poco rastro queda actualmente de la dinastía Liao, también conocida como el Imperio de los kitán, porque su lenguaje escrito se ha perdido y han sobrevivido muy pocas reliquias. Sí se conoce que era un pueblo organizado en varias tribus nómadas, con un importante poder militar y relativamente avanzado en términos políticos, sociales y artísticos (especialmente la música y la poesía) con respecto a los han -entonces bajo el paraguas de la dinastía Song-.
Las últimas semanas, sin embargo, han sido fructíferas en cuanto a nuevos hallazgos arqueológicos de este periodo de la historia de China con aún varios interrogantes. En enero se descubrió otro grupo de tumbas con más de 500 objetos en su interior, entre ellos porcelanas, máscaras o ataúdes. Días después se anunció, en la región de Mongolia Interior, el hallazgo y excavación de uno de los palacios de la familia imperial de los kitán, unas ruinas en una zona montañosa que cubren una superficie de 240 metros cuadrados en las que se han encontrado en buen estado azulejos, cerámica gris y clavos de cobre. El edificio servía, según los investigadores, de residencia de la élite de la dinastía durante los meses de abril y junio, cuando querían huir del calor.
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