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Tres años de duelo y decenas de cartas

Sharon E. Smith publica la correspondencia que escribió a su marido muerto, el pintor José Hernández, a modo de terapia

Carmen Morán Breña
Sharon Smith y José Hernández, en la UIMP de Santander, en un homenaje a Borges en 2011.
Sharon Smith y José Hernández, en la UIMP de Santander, en un homenaje a Borges en 2011.ARCHIVO FAMILIAR

Muchas noches, en el silencio de la casa, que nunca fue tan grande, Sharon E. Smith se ponía frente al ordenador para escribir en el muro de Facebook de su marido cartas de amor, de recuerdo y del día a día. El muro le devolvía el silencio de un hombre ya muerto con el que compartió su vida, el pintor José Hernández (Tánger, 1944-Málaga, 2013). Tres años se alargó esta terapia epistolar que ahora está impresa y cribada en un libro titulado Lo que dejaste (Eda), donde Smith volcó sus lágrimas, los pesares de una pérdida ya prevista, el terrible reencuentro con la casa del sur, con los armarios llenos de ropa ya sin dueño, las salidas con los amigos y los nietos que crecían. Al marido le fue contando cómo era la nueva vida sin él. “Nunca pensé publicarlo, solo necesitaba soltar todo aquello y me interesaba recordar lo que pasó en aquellos tiempos”, dice ahora con aliento recobrado Sharon E. Smith (Nueva York, 1944).

Aquellos relatos cortos y espontáneos, las “conversaciones unilaterales” con el pintor le han devuelto a la vida. “No lo hice con fines literarios, pero al editor le gustó y ha resultado este libro que solo da la impresión de lo que es”. ¿Y qué es? "Lo que dejaste", dice Smith agarrándose al título del libro. Y así, una noche tras otra, un día oscuro al que seguía otro más claro, Smith fue elaborando un duelo en el que no solo deja constancia del ahogo espiritual por el que hay que transitar, sino que presenta un friso humano compuesto de amigos, familiares, quehaceres culturales, memorias pictóricas, recuerdos de Madrid, vientos del sur.

La casa de Villanueva del Rosario (Málaga), pueblo del que el pintor era hijo predilecto, ahora está a la venta. “De algo tengo que vivir”, dice sin lamentos Smith. “Pero no puedo llevar la obra de José al molino de Málaga porque allí hay humedad, está cerca del río, y además los compradores no van a bajar hasta el pueblo”, explica.

José Hernández fue un pintor afamado, miembro de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, que recibió decenas de premios. Ilustró algunos cuentos de Borges y obras de Joyce y Rimbaud. Fue también escenógrafo y figurinista en numerosas obras de teatro. En una de las cartas, su viuda le habla de la fuente que tienen en el patio del molino, la que él diseñó para una de esas obras de teatro, que aún funciona y que está rodeada de geranios, algunos de los cuales han sobrevivido durante la ausencia prolongada en la casa.

Smith ha publicado con anterioridad tres libros de relatos, Desde el otro lado (Libros del lago, 2001), Dicho sea de paso (2005) y Luna Walker (2009), ambos en el Ateneo de Málaga. Ha sido traductora e incansable viajera al lado del pintor. Se conocieron cuando ella llegó a España a los 20 años. Aún no había acabado la carrera de Literatura Española en Nueva York, pero quiso acompañar a su padre para hacerle tareas de secretariado. “Él era fotógrafo de arte, hacía unos libros preciosos, y entonces trabajaba en un volumen titulado España a través de su arte”. Acabado aquel trabajo se celebró una fiesta para despedir a los neoyorquinos, que marchaban al día siguiente. En aquella fiesta conoció al pintor. "¿Por qué te vas? Quédate", le dijo. Y ella se quedó, para siempre.

Estuvo casada con el pintor casi 50 años y hablando con él mediante el Facebook tres después de su muerte, desde 2013 a 2016. Fue el periodo de duelo, una palabra que todo el mundo le dice y que ella rechaza porque le resulta “religiosa”. Prefiere terapia, la que le proporcionaron esas cartas de amor y de vuelta a la vida sabiendo que, como dice al marido muerto, no podrá ya tener su mermelada de naranja amarga favorita y siendo cada día más consciente de que “la muerte solo pertenece a los vivos”.

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.

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