Insultos, agresiones, marginación: el infierno del acoso escolar
El documental 'El silencio roto', de Piluca Baquero, se proyecta en la Seminci de Valladolid
Con delicadeza y sensibilidad, pero sin evitar ninguno de los espinosos problemas que plantea, el documental El silencio roto, de Piluca Baquero, aborda el acoso escolar a través de los testimonios de varios niños y niñas y de los padres (sobre todo de las madres, que dan más la cara) de las víctimas de estos abusos, también conocidos por su nombre en inglés, bullying. La película se proyecta este domingo (a las 19.30; el lunes,a las 17.15) en el festival de la Seminci de Valladolid dentro de su sección Doc España.
Productora de películas como Ojala, Val del Omar, Las huellas borradas o Lo que sé de Lola, Piluca Baquero se estrena con este trabajo en la dirección con la colaboración fundamental del artista Javier de Juan, que ha llevado la trama a la pantalla mediante la animación. Los dibujos de las víctimas, con las voces reales de los menores superpuestas, se intercalan con los testimonios de padres y madres y de expertos sobre un problema muchas veces menospreciado y que, sin embargo, puede acarrear fatídicas consecuencias, como los casos de suicidios entre los menores.
La propia sinopsis del documental revela la casuística del asunto: "María tiene seis años, acaba de llegar a un nuevo colegio, pero algunos de sus compañeros han decidido amargarle la llegada. Le han puesto un mote y no la dejan en paz. Victoria tiene 14 años, pasó demasiado tiempo sufriendo todo tipo de vejaciones en su centro escolar, el resultado fue que padeció durante años un cuadro de estrés postraumático. Mario tiene ocho años, en el cole le llamaban gordo, tres niños de su clase le pegaban a diario. Perdió por completo su autoestima y comenzó a tartamudear. Emma tiene diez años, el protocolo de acoso escolar la convirtió en la niña señalada de su escuela, se quedó sin amigos".
La directora emprendió la película a partir de una experiencia personal. "Yo había oído hablar del acoso escolar, pero no tenía ni idea de lo que realmente era; mi única hija lo sufrió en su escuela, comprendí entonces que las familias que pasaban por esto, estaban solas, nadie te explicaba muy bien qué hacer, en el colegio tampoco sabían cómo afrontarlo y los padres del resto de compañeros no acertaban a reaccionar", explica Piluca Baquero. "Fue entonces, cuando sentí la necesidad de explicar el drama por el que pasan estos niños y sus familias, para sensibilizar a la sociedad, para que nuestros políticos se dieran cuenta de que el acoso escolar es una lacra y que hay que actuar. Los niños de hoy son los adultos del mañana, una sociedad sin violencia, sin agresividad, sin taras, es una sociedad mejor. Me parecía muy importante mantener el anonimato de los niños que intervienen en la película, por eso recurrí a los dibujos animados, manteniendo sus voces reales. La colaboración con Javier de Juan fue fundamental”, añade.
Babelia
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