Previsión, preparación y precisión

El robo de un Stradivarius en el teatro Kursaal de San Sebastián pone en marcha la acción de Atraco en familia, tercer largometraje de un Pascal Bourdiaux que parece estar resolviendo la ejecución de esta comedia picaresca con la expeditiva resolución de un matemático enfrentado a una ecuación de mediana complejidad. También se podría decir que Bourdiaux mimetiza el lema -Previsión, preparación y precisión- que esgrime su personaje principal, el maestro del robo y el disfraz encarnado por Jean Reno con sus casi dos metros de flexibilidad entre la contundencia del héroe de acción y la ligereza del actor de comedias.

En efecto, todo parece meticulosamente previsto y preparado en guion en esta historia de atracador que se reencuentra con dos hijas de caracteres antitéticos -la joven prodigio de la informática y la sensual carterista de altos vuelos- para efectuar un último golpe, con un viejo socio como objetivo de venganza y dos comparsas masculinos como potenciales intereses románticos de las chicas. Dado que Atraco en familia no ambiciona originalidad, se agradece su modesto sentido de la precisión: con un montaje que pisa ocasionalmente el acelerador en la mesa de mezclas, la película luce en su espíritu un gratificante aire demodé que permite asociarla a viejas comedias de acción francesas en las que Pierre Richard o Louis De Funès portaban su respectivo e inflamable material hilarante. Este crítico, mientras la veía, también tuvo (casi) la misma sensación agradable que proporciona la lectura de un buen álbum de ligerísima historieta francobelga.