Un boicot fuerza el cierre de una exposición LGTB en Brasil
Tras el alud de protestas en las redes y la acusación de "pedófila" del alcalde de Porto Alegre, Santander Cultural da por concluida la muestra sobre género y diversidad sexual
Una exposición centrada en la historia de la cultura queer brasileña y que se había inaugurado hacía un mes en el Estado de Porto Alegre ha cerrado repentinamente sus puertas, ante los ojos atónitos de muchos de sus visitantes: un movimiento que había cogido fuerza en redes sociales sostenía que algunas obras fomentaban la blasfemia y hacían apología de la zoofilia y la pedofilia. El cierre, sin embargo, ha fomentado un nuevo movimiento que tilda de cobarde y censor el acto el claudicar ante la presión más conservadora.
Los mensajes y vídeos más compartidos por los críticos y movimientos religiosos mostraban el cuadro de un Jesucristo con varios brazos (la obra Cruzando a Jesucristo con la Diosa Shiva, de Fernando Baril) e imágenes de niños con las inscripciones Niña marica travesti de la lambada y Niño marica diosa de las aguas, de la artista Bia Leite. Dos obras de las 270, firmadas por 85 artistas, que componían la muestra Queermuseo. Las quejas estuvieron lideradas principalmente por el Movimiento Brasil Libre (MBL), un grupo conservador nacido en 2014 que ha venido cobrando fuerza con el giro de la sociedad brasileña a la derecha. Coordinados en redes, llegaron a organizar un compló contra el Banco Santander, dueño del espacio cultural donde que alojaba la exposición. El alcalde de Porto Alegre, Nelson Marchezan Jr., también se manifestó en contra de la muestra diciendo que en ella se exponían "imágenes de zoofilia y pedofilia".
En un primer momento, viendo la fuerte repercusión, el Santander emitió un comunicado matizando que algunas imágenes de la muestra podrían provocar un sentimiento contrario al que reflejan. No obstante, habían sido creadas "precisamente para que reflexionemos sobre los retos a los que nos debemos enfrentar en relación con las cuestiones de género, diversidad y violencia, entre otras cosas". Dos días después, anunció el cierre.
En un nuevo comunicado, el Santander Cultural pide perdón a los que se sintieron ofendidos por alguna obra que formaba parte de la muestra. "Hemos escuchado las quejas y entendemos que algunas obras de la exposición Queermuseo faltan al respeto a símbolos, creencias y personas, lo que no está en línea con nuestra visión del mundo. Cuando el arte no es capaz de generar inclusión y reflexión positiva, pierde su principal propósito, que es el de elevar la condición humana". Así las cosas, el banco decidió dar por finalizada la muestra que debía estar abierta hasta el día 8 de octubre.
El anuncio ha conmocionado al país. El comisario de la exposición, Gaudêncio Fidelis, asegura que la noticia le pilló de sorpresa. "He hecho dos bienales del Mercosur y nunca había visto nada parecido. Las quejas han estado muy bien organizadas y se han centrado en algunas obras muy específicas, que no reflejan la verdadera dimensión de la exposición. Estos grupos [de críticos] han demostrado rapidez para manipular el contenido, el cual no es ofensivo", ha declarado al diario brasileño O Globo.
A Antonio Grassi, expresidente de la Fundación Nacional de Artes y actual director ejecutivo del Museo Inhotim, le parece lamentable que se interrumpa una exposición de esta manera. "El arte es el mejor sitio para debatir. Veo preocupante este tipo de movimiento que impulsa esa clase de intransigencia con el debate. Estas ideas de intolerancia son incompatibles con el arte. Es una censura", le explica a EL PAÍS.
El crítico de arte Moacir Dos Anjos, que ya fue comisario de la Bienal de São Paulo, también criticó la decisión. "Rumbo al pasado. Qué comunicado más vergonzoso el del Santander, queriendo justificar, valiéndose de una de hipócrita retórica corporativa, el acto de censura que ha cometido. ¡Viva la diversidad!", escribió en su Facebook.
En las redes sociales, Kim Kataguiri, uno de los líderes del MBL, salió al paso de las críticas y dijo que fue la sociedad brasileña la que se movilizó para repudiar la exposición, y que el banco, con miedo de perder clientes, canceló la muestra. "Es un boicot que ha salido bien, no una censura", escribió. Kataguiri también publicó una foto de la obra Escena de Interior II, de la artista Adriana Varejão, para alegar que se han invertido 800.000 reales provenientes de fondos públicos en una exposición para que los niños vean pedofilia y zoofilia.
La artista afirmó a EL PAÍS que la obra en cuestión es adulta, hecha para adultos. "El cuadro es una recopilación de prácticas sexuales existentes, algunas de ellas históricas (como los shungas, clásicas imágenes eróticas del arte popular japonés) y otras basadas en narrativas literarias o recogidas en viajes por Brasil. El trabajo no pretende juzgar estas prácticas", explicó. Adriana, que tiene piezas en las colecciones de la Tate Modern de Londres, en el Museo Guggenheim de Nueva York y en la Fundación La Caixa en Barcelona, añadió que, como artista, simplemente busca arrojar luz sobre cosas que a menudo existen escondidas.
No es la primera vez que una obra provoca un aluvión de reclamaciones y es censurada. En 2006, el Banco do Brasil retiró del Centro Cultural Banco do Brasil (CCBB) de Río de Janeiro la obra Dibujando en Tercios, de la artista plástica Mácia X, en la que aparecía la foto de dos tercios que dibujaban dos penes y formaban también una cruz.
Babelia
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