Les Luthiers: la sociedad secreta cumple su objetivo
Millones de personas en todo el mundo hispanohablante están sonriendo ahora
Millones de personas en todo el mundo hispanohablante están sonriendo ahora. El premio Princesa de Asturias para Les Luthiers ha incorporado un momento adicional de felicidad al recuerdo que cada cual tenga de la última carcajada que soltó viéndolos en el escenario.
Además, quizás sirva a todos esos entusiastas para reconocerse una vez más entre sí. Porque los seguidores impenitentes de este grupo argentino de humor han venido formando una sociedad secreta que se manifiesta en la clandestinidad y solamente emerge cuando hay función, algo que ocurre en cada país con intervalos que siempre se antojan kilométricos.
Los miembros de esa sociedad secreta se reconocen cuando aplican un chiste de Les Luthiers a una situación concreta, cuando inventan un juego de palabras inteligente, cuando silban una de sus estrafalarias canciones. Y cuando se ríen de sí mismos, porque eso forma parte de la sana costumbre de quien de verdad siente el humor en toda su capacidad de relativizar la vida.
Y también se reconocerán en un día como hoy. Día de celebrar el reconocimiento de Les Luthiers y de todos sus agentes distribuidos por el mundo hispano.
Este premio le llega al grupo cuando está celebrando sus 50 años sobre las tarimas.
No han faltado en ese tiempo golpes tremendos, como la muerte en 1973 de Gerardo Masana, a los 36 años, miembro fundador y alma creadora del grupo, y en 2015 de Daniel Rabinovich, a los 71, el luthier de los monólogos más delirantes.
Este galardón que llega desde Asturias habría colmado de alegría a Daniel, el inolvidable Neneco para los amigos. Hace más de diez años que la candidatura de estos humoristas ronda por los jurados de Humanidades y de las Artes, y Rabinovich estaba pendiente en cada edición de las noticias del día por si llegaba el premio más ansiado. La alegría que sentirá tanta gente hoy al saber que se ha hecho justicia artística no podrá separarse de la tristeza por la ausencia de su voz y sus risas a la hora de celebrarlo.
La originalidad de este grupo no reside sólo en su estilo de humor, sino también en su presentación escénica, para la que cuentan con instrumentos musicales de su propia creación
Les Luthiers supieron sobreponerse a esa desgracia, sin olvido ni silencio, y continuaron con su tarea de hacer felices a millones de personas. Los restantes cuatro integrantes de siempre (Marcos Mundstock, Jorge Maronna, Carlos López Puccio y Carlos Núñez Cortés) se acompañan ahora de dos nuevos profesionales de la música y del humor: Tato Turano y Martín O'Connor, con quienes han logrado mantener la calidad del espectáculo. Martín y Tato venían ejerciendo como reemplazantes de los titulares cuando alguno de ellos sufría un contratiempo que le impedía actuar. Viajaban en las giras, y entre ambos podían cubrir todos los personajes de un espectáculo.
Les Luthiers son sin duda el grupo humorístico más universal del idioma español. Han actuado en estas cinco décadas por toda España y toda Latinoamérica, y también (con un espectáculo en inglés) en Israel y Estados Unidos.
La originalidad de este grupo no reside sólo en su estilo de humor, sino también en su presentación escénica, para la que cuentan con instrumentos musicales de su propia creación. Entre ellos, se pueden escuchar la mandocleta (híbrido de mandolina y bicicleta), la violata (violín de lata), la manguelódica (melódica con manguera) o el dactilófono (máquina de tocar construida a partir de una máquina de escribir), así como el espectacular bolarmonio (un armonio compuesto por balones). Les Luthiers consiguen sacar a esos inusuales mecanismos un sonido de afinación perfecta.
El grupo se formó a partir del coro universitario de Buenos Aires. A fuerza de hacer bromas musicales para el resto de los compañeros, acabaron montando un espectáculo propio
Todos los componentes tienen una sólida formación musical (directores de coro, instrumentistas de piano o de violín, cantantes, guitarristas...) y una extraordinaria vis cómica.
Eso les ha permitido, por ejemplo, acometer un recital sinfónico y de humor con la orquesta West-Eastern Divan bajo la dirección del maestro Daniel Barenboim en el Teatro Colón, de Buenos Aires. Mezclando instrumentos formales e informales, interpretaron versiones de La historia del soldado, de Stravinsky y de El carnaval de los animales, de Saint Saëns, con textos introductorios y arreglos del propio grupo.
Les Luthiers recibieron en 2007 la Orden de Isabel la Católica, en un acto celebrado en el Teatro Avenida de Buenos Aires y presidido por María Teresa Fernández de la Vega, vicepresidenta del Gobierno español. En 2011 se les otorgó el premio Grammy Latino “a la excelencia musical”. Y en 2012 El Gobierno de España presidido por Mariano Rajoy les concedió la ciudadanía española por sus particulares méritos.
El grupo se formó a partir del coro universitario de Buenos Aires, en sus años de estudiantes. A fuerza de hacer bromas musicales para el resto de los compañeros, acabaron montando un espectáculo propio. Primero con la formación I Musicisti (1965-1966), y luego ya bajo el formato de Les Luthiers (desde 1967) que ha recorrido el último medio siglo.
Desde entonces hasta hoy, este grupo ha logrado algo que muchos les agradeceremos siempre: garantizar la felicidad del público durante dos horas de espectáculo y alentar esa sociedad secreta de gente que también sabe disfrutar de la vida y del humor durante los intervalos entre sus actuaciones.
Álex Grijelmo es periodista y miembro del jurado del premio Princesa de Asturias de las Letras. Presentó la candidatura de Les Luthiers para el premio de Comunicación y Humanidades que les ha sido otorgado este miércoles.
Babelia
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