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La fatiga visual y el precio alto reducen y estancan el libro electrónico

Caen en el ámbito anglosajón las historias de ficción frente a la subida del papel y en el resto del mundo decae el entusiasmo

Jesús Ruiz Mantilla
Un lector en el madrileño parque del Retiro.
Un lector en el madrileño parque del Retiro.Samuel Sánchez

La tierra digital prometida en el negocio del libro no es tanta. Va notando síntomas de sequía. Cae en el mundo anglosajón –un 17% en ficción este año respecto del pasado- y sigue sin prosperar en otros mercados como el editorial en español donde apenas llega al 3%. Los expertos apuntan varias causas: la fatiga visual que producen los dispositivos es una. La otra, el injustificable precio elevado de los productos en venta.

El invento de Gutenberg sigue su curso. Parece que invencible. Más si lo comparamos a otros soportes culturales que no han podido resistir los embates de la nueva lógica implantada por las tecnologías en la música y el cine. Cuanto más tiempo pasa, algunos argumentos refuerzan su peso y su preponderancia. La salud es uno. La impaciencia empresarial puede ser otro.

Los dispositivos electrónicos causan fatiga visual. Ese es uno de los enemigos a batir ahora. Y el que apuntan para el preocupante desplome del sector en el Reino Unido, como publicaba esta semana The Guardian. Según Stephen Lotinga, responsable de la asociación de editores británicos, “los libros en papel ofrecen la oportunidad de salirse de las horas que pasamos a la semana frente a pantallas y dispositivos”, declaraba al diario londinense.

Existe un incremento en publicaciones académicas y técnicas del 7%, pero se hunde la ficción. Javier Celaya, editor de dosdoce.com, gurú digital para varias firmas españolas, cree más importante que esto el precio. “Uno de los factores clave es la intencionada política de subida de precios de los ebooks por parte de las editoriales. Hoy en día, sorprendentemente, es más caro en el Reino Unido comprar la versión digital de varios títulos que su versión en papel. El precio de los libros digitales se ha incrementado en un 7% en 2016, mientras que el de los libros en papel en general –sin especificar el mayor repunte en ficción- tan solo ha subido un 3%”.

Nueva campaña de fomento de la lectura

En soporte digital o en papel, el caso es que lean más los españoles. Así que Fernando Benzo, secretario de Estado de Cultura, presentó este miércoles un nuevo plan de fomento de la lectura escoltado por Antonio Ávila, representante de la Federación de Gremios de Editores de España y Pancho Pons, de los libreros agrupados en Cegal. Se trata de un plan abierto, "al que se irán incorporando propuestas en el camino", afirmó Benzo y que cuenta con un presupuesto inicial de 7,2 millones de euros. "Entre los objetivos nos hemos marcado seis: la promoción de hábitos lectores en eventos literarios, el impulso en el ámbito educativo, el fortalecimiento del sector del libro, el fomento y el cuidado con la propiedad intelectual y la mejora de instrumentos de análisis con estudios constantes sobre el estado de la lectura en España". No menos importantes son las ventajas fiscales y la atracción de patrocinios y mecenazgo. La campaña va a entrar en un plan de acontecimiento excepcional de interés público al que se pueden aplicar menos impuestos.

Celaya asegura que en un mundo del libro con cada vez menos lectores en papel, todo parece indicar que el sector editorial está aplicando intencionadamente una política de precios altos, dice, “para desincentivar la venta de contenidos digitales”. No lo aprueba: “Es una estrategia suicida, ya que tarde o temprano hasta los más ávidos lectores migrarán a otros formatos (ebooks, audiolibros, etc.). En la década pasada la prensa escrita y las revistas, al detectar una continua pérdida de lectores y ventas, intentaron también desesperadamente mantener los mismos márgenes financieros incrementando los precios de sus productos. Los resultados fueron nefastos para ambas industrias. El mundo del libro está cometiendo los mismos errores”.

Pero el factor salud ha colocado un nubarrón en las perspectivas del mercado digital. Si la revista Nature publicaba en 2015 un artículo que hablaba de una epidemia de miopía entre los jóvenes y adolescentes del sudeste asiático –en torno al 90% en China y al 95,6% en ciudades como Seúl- debido al abuso de pantallas, las consecuencias van apareciendo por Occidente y dejando sus señales.

Ramón Torres, oftalmólogo de la clínica Baviera, observa una preocupante –que no alarmante- tendencia con diversos problemas oculares. “Hay que diferenciar. El abuso de pantallas puede producir vista cansada, miopía y fatiga visual. La primera, que solía manifestarse entorno a los 45 años se está adelantando. La segunda, también y la tercera se da porque al parpadear menos frente a la pantalla de los dispositivos, el lagrimeo no actúa como debiera. Si debemos parpadear en torno a 15 veces por minuto esa frecuencia se reduce a entre 7/10 frente a una pantalla”.

Paola Sauvageot, de la clínica Barraquer en Barcelona, añade a los síntomas de fatiga visual el modo de vida: “Tiene que ver con la luz y el aire libre, la tendencia de las sociedades a espacios cerrados acortan el campo de visión y acomodan la función de la vista a más cerca con lo que también aumenta la miopía. No al nivel de lo que ocurre en el sudeste asiático, pero sí observamos esa ola en Europa”.

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Sobre la firma

Jesús Ruiz Mantilla
Entró en EL PAÍS en 1992. Ha pasado por la Edición Internacional, El Espectador, Cultura y El País Semanal. Publica periódicamente entrevistas, reportajes, perfiles y análisis en las dos últimas secciones y en otras como Babelia, Televisión, Gente y Madrid. En su carrera literaria ha publicado ocho novelas, aparte de ensayos, teatro y poesía.

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