El Centro Pérez Siquier, primer museo dedicado a un fotógrafo español
El espacio, que se inaugura en mayo en Olula del Río (Almería), acoge el legado de uno de los artífices del renovador grupo Afal
Carlos Pérez Siquier (Almería, 1930), uno de los autores que sacudió la fotografía española a finales de los años cincuenta del pasado siglo desde la revista Afal, ha logrado ser profeta en su tierra. En unos días abrirá en la localidad almeriense de Olula del Río, de 6.000 habitantes, el Centro Pérez Siquier, el primer museo en España dedicado a la obra de un fotógrafo nacional, levantado por la Fundación de Arte Ibáñez Cosentino. "Como provinciano que soy, he procurado prodigarme en mi carrera fuera de Almería, por si tenía algún día un reconocimiento poder llegar a mi tierra con ello, como ahora ocurre", ha declarado a EL PAÍS Pérez Siquier, ponente mañana, lunes, en la V edición de los encuentros Formentera Fotográfica. Una cita, del 28 de abril al 1 de mayo, que reúne a figuras de la fotografía española y aficionados en clases magistrales y talleres al aire libre.
"Con este museo, me he quitado la preocupación de saber adónde irá mi obra y que no se disperse", confiesa el autor de 86 años, inquieto estos días ante la inminente inauguración de un centro dedicado a su trayectoria, que mereció el premio Nacional de Fotografía en 2003. Coqueto confeso y socarrón —"tengo el triste privilegio por mi edad de que me ceden el asiento"—, Pérez Siquier mostrará este lunes en Formentera Fotográfica, que se celebra en la localidad de Sant Francesc, una selección de su obra, de la que dialogará con la historiadora de la fotografía y comisaria de exposiciones Laura Terré.
"El centro se ha levantado en un año, con un presupuesto de medio millón de euros, sin ninguna ayuda pública. Además de las fotos de Pérez Siquier, están sus negativos y diapositivas, documentos, carteles, catálogos, libros, una vitrina con sus cámaras, y se está digitalizando todo para que esté a disposición de los estudiosos y expertos", ha declarado por teléfono el director del centro, Andrés García Ibáñez, que no se atreve a cuantificar lo que albergará este nuevo espacio. "Pérez Siquier ha sido siempre muy reservado a la hora de mostrar su trabajo, ha mirado con lupa todo lo que publicaba, y sigue teniendo material inédito muy bueno".
Pérez Siquier fue un niño que se fascinó por la fotografía en el pequeño taller que tenía su padre en la buhardilla de la casa familiar. En 1950 finaliza los estudios de fotografía en la Escuela de Arte de Almería y a mediados de esa década compagina su trabajo en el Banco de Santander de la ciudad andaluza con la serie fotográfica que le da a conocer, la que documenta, en blanco y negro, a los habitantes del deprimido barrio almeriense de La Chanca. Estas imágenes, en formato grande, cuelgan en una de las cinco salas del centro, que tiene una superficie de 550 metros cuadrados.
Fue en aquel páramo cultural español de los cincuenta, cuando Pérez Siquier, junto a José María Artero, se atrevieron a lanzar una publicación de fotografía, Afal, que logró aglutinar a los jóvenes que estaban revolucionando con su visión realista de la sociedad la decadente fotografía española, lastrada por el salonismo y las imágenes relamidas. Al dúo almeriense se unieron Oriol Maspons, Gonzalo Juanes, Ramón Masats, Xavier Miserachs, Gabriel Cualladó y Alberto Schommer, entre otros. Afal desapareció siete años más tarde, en 1963, pero de su influencia y valor da cuenta una sala en el Museo Reina Sofía, inaugurada en mayo de 2016, con los documentos legados por Pérez Siquier.
En los restantes espacios del museo podrá verse la evolución de este autor, que llegó al color con una nueva mirada, más estética, de La Chanca, en 1962. De los setenta es la serie La playa, una visión con fina ironía y pop del turismo que había empezado a dejarse ver en las playas del litoral andaluz. En un patio del museo a cielo abierto se recogen las imágenes más abstractas de Pérez Siquier, las que muestran las figuras creadas por desconchones en paredes, por ejemplo.
Los reconocimientos a su recorrido artístico han sido recientes. En 2005, una gran antológica organizada por el Ministerio de Cultura exhibió sus fotos en la Fundación Telefónica de Madrid, y en 2013, recibió del festival PHotoEspaña el premio Bartolomé Ros a su trayectoria. Ahora se une un museo con su nombre y su obra, y en su tierra.
Babelia
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