Espaliú se cruza con Romero de Torres y Bourgeois

"No es una influencia directa, de elementos comunes en sus obras, de elementos constructivos,... la influencia es de espíritu, de sentimientos, de creencias,... Lo que late en ellos es una visión bastante extraña y dolida de la existencia, una cierta actitud ante la vida, de cómo ven el mundo, de cómo ven las relaciones...". Las palabras de José Miguel G. Cortés, director del Institut Valencià d’Art Modern (IVAM), resumen la conexión entre Pepe Espaliú (Córdoba, 1955-1993) y su paisano Julio Romero de Torres y la francesa Louise Bourgeois. Hasta el próximo 3 de septiembre, el Centro de Creación Contemporáneo de Andalucía (C3A) en Córdoba acoge una retrospectiva sobre el polifacético artista, que une 75 de sus obras con una docena de piezas de creadores españoles e internacionales que, como el autor de La chiquita piconera, influyeron en su trayectoria,

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La muestra Círculo íntimo: el mundo de Pepe Espaliú repasa la intensa y compleja actividad de un artista que, permanente, cuestionó la identidad. "Al igual que Bourgeois, Espaliú trataba el tema de la dualidad, de la personalidad, de la identidad humana, que no es una identidad clara, concisa sino que es algo mucho más poroso, dual, ambiguo, extraño... A ambos les preocupaba el conocerse a sí mismos, preguntarse quién eres, tenían esa visión muy dual de la existencia", explica G. Cortés, también comisario de la muestra. Además de diferentes dibujos de Bourgeois, la muestra también acoge su obra La cárcel así como Musa gitana y María Iruretagoyena, de Romero de Torres, y piezas de Joan Brossa, Marcel Duchamp, Cristino de Vera, Gina Pane o Robert Mapplethorpe. 

Con el círculo como base —"un elemento unido a conceptos como la muerte y la vida entendidos, no como dos aspectos antagónicos, sino como conceptos de un todo que conforma la existencia", señala el comisario—, la exposición también refleja ese "sólido compromiso político y vital de Espaliú con su época y tiempo". "Combinaba perfectamente lo que es una visión poética con un compromiso político e ideológico de primer orden. Y aúna los dos aspectos, que a veces parecen contradictorios, antagónicos, los aúna muy bien haciendo posible una obra potente, efectiva, sutil, inteligente,... Lo que no podemos esperar de él son grandes discursos definitivos, cerrados, concluyentes, la obra de Espaliú es una obra que sugiere y eso, creo, que le da ese carácter que trasciende las épocas", apunta G. Cortés, también comisario de la muestra. "Su discurso tiene completa vigencia 24 años después de su muerte", añade. 

Y sin olvidar su lucha contra el estigma del sida en obras como Carrying, y tras reconocer públicamente su homosexualidad y que padecía esa enfermedad. "Esa obra trasciende completamente del mundo del arte a la vida misma. Hay que tener en cuenta lo que significaba en aquella época estar enfermo de sida, miles de personas en España marginadas, olvidadas por el tema del sida y Pepe asumió públicamente que la sufría, pero también que tenía derecho a vivir, que quería vivir y necesitaba vivir", señala el comisario. "Espaliú no se calló. Habló. Desde su valentía y desde su compromiso. Lo hizo para reivindicar los derechos de los homosexuales y para dar visibilidad a una enfermedad como el sida”, ha asegurado la consejera andaluza de Cultura, Rosa Aguilar.