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Crítica | I Am a Hero
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El dibujante manga contra el zombie

El japonés Shinsuke Sato compone una descacharrante odisea de terror cómico de deslumbrante imaginería secuencial

Fotograma de 'I am a hero'.
Javier Ocaña

I AM A HERO

Dirección: Shinsuke Sato.

Intérpretes: Masami Nagasawa, Miho Suzuki, Kasumi Arimura, Nana Katase.

Género: terror. Japón, 2015.

Duración: 125 minutos.

Que un subgénero tan saturado, y tan sobredimensionado, como el del terror zombie haya legado en los últimos meses dos películas tan atractivas, ambas procedentes de Oriente, como Train to Busan y I am a hero, demuestra que los dogmas de fe respecto del fin de tal o cual vertiente cinematográfica simplemente no existen.

El coreano Yeon Sang-ho lograba detener el continuo, y global, desvarío del muerto viviente con puro lenguaje narrativo, continuas ideas audiovisuales, y un espíritu lúdico que huía de la grandilocuencia para autoafirmarse en el efervescente entretenimiento. Y el japonés Shinsuke Sato lo logra con dos virtudes que en principio poco tienen que ver la una con la otra, los efectos digitales y de maquillaje, y el sentido del humor, con las que se basta para componer una descacharrante odisea de terror cómico de deslumbrante imaginería secuencial. Eso sí, la perfección de Train to Busan y de los dos primeros actos de I am a hero no se prolonga en un demasiado largo tercer acto de sorprendente tedio en comparación con lo anterior, y, lástima, que acaba tomándose en serio con una impostada gravedad, ambientada además en un territorio demasiado transitado por la marca zombie: el centro comercial.

Salvaje, sangrienta y dionisiaca, aunque con un jocoso toque de reivindicación sociolaboral en torno al manga, que un personaje define como el "orgullo nacional" japonés, la película de Sato sabe aglutinar el estallido gore con algunas de las líneas de metalenguaje cómico más delirantes del cine reciente, como esas que expulsa un dibujante mientras machaca la cabeza de su jefe con furia de empleado y bate de béisbol, al grito de "¡Así aprenderás a no acostarte con todas... y a no pedir que estén dibujados los fondos en menos de tres horas!".

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Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.

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