El coloso hallado en El Cairo no es del faraón Ramsés II sino de Psamético I
Aunque al principio se creía que pertenecían al célebre gobernante, han resultado ser de quien reinó del 664 al 610 a.C.
Los restos de un coloso descubierto hace un par de semanas en Matariya, un barrio popular de El Cairo, corresponden probablemente al faraón Psamético I, de la dinastía 26, que gobernó Egipto entre los años 664 y 610 a.C., según informó la noche del jueves Jaled Al Anani, el ministro de Antigüedades del país árabe. En un primer momento, las autoridades egipcias especularon con la posibilidad de que se tratara de una estatua del Ramsés II, uno de los faraones más poderosos y venerados del Antiguo Egipto, ya que los restos arqueológicos se hallaron cerca de su templo.
En caso de confirmarse que el coloso, de más de ocho metros de altura, es una representación del faraón Psamético I, esta sería la mayor estatua de la Baja Época del Antiguo Egipto encontrada hasta la fecha. La posibilidad de que el hallazgo arqueológico fuera de Ramsés II generó una gran expectación en Egipto, que está intentando a través de los descubrimientos arqueológicos de recuperar su sector turístico, golpeado duramente por la falta de estabilidad política de los últimos años. “Cuándo extrajeron la cabeza, empezamos a encontrar algunas características que eran de otros periodos”, declaró en una conferencia de prensa al-Anani.
De acuerdo con el ministro de Antigüedades, más allá del estilo utilizado para esculpir el mastodonte, del que se han recuperado la cabeza y una parte del torso, la evidencia más importante que señala al faraón Psamético I es la inscripción del nombre de “Nebaa”. “El único faraón al que se dio este nombre es Psamético I. Es un faraón de la dinastía 26”, aseveró. Por su parte, Dietrich Raue, jefe de la misión arqueológica alemana que participaba en los trabajos que propicieron el hallazgo, destacó que el coloso está tallado en cuarcitade Al-Gabel al-Ahmar, un yacimiento situado al Este de El Cairo. Además, en el mismo lugar se encontró también una estatua del monarca Seti II de menor tamaño.
Los restos arqueológicos resposaban a entre dos y tres metros bajos el nivel del mar en terreno con solares y edificios a medio construir, adyacente a un barrio densamente poblado. El hecho de que hubiera bastante agua en el subsuelo dificultó la extracción de las piezas. Aunque la zona corresponde actualmente al suburbio de Matariya, que fue escenario de duros enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y simpatizantes del derrocado presidente Mohamed Morsi en 2013, en el Antiguo Egipto formaba parte de Heliópolis, ciudad dedicada al culto del dios solar Ra, y una de las principales urbes del imperio.
Los restos del coloso fueron trasladados la mañana del jueves al Museo Egipcio, donde se procederá a una tarea de restauración y de estudio detallado para confirmar la tesis de la identidad del faraón. Una vez concluidas estas labores, será expuesto de forma permanente en el Museo Egipcio, el recinto situado en el centro de la capital, adjunto a la célebre plaza Tahrir, y que reúne la mayor colección de piezas del Antiguo Egipto del mundo. Sin embargo, el destino final de la estatua será el Gran Museo Egipcio, que todavía está en fase de construcción. Situado al Este de El Cairo, muy cerca de las pirámides de Giza, su inauguración está prevista para mediados del año próximo.
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