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Juan Manuel Bonet pide más dinero y autonomía para el Instituto Cervantes

En su toma de posesión, el nuevo director señala la necesidad de avanzar en Iberoamérica

Jesús Ruiz Mantilla
Juan Manuel Bonet, Alfonso Dastis, Íñigo Méndez de Vigo y Víctor García de la Concha.
Juan Manuel Bonet, Alfonso Dastis, Íñigo Méndez de Vigo y Víctor García de la Concha. Carlos Rosillo (EL PAÍS)

Para que no quepa ninguna duda de lo que ya ha planteado en los despachos, en su toma de posesión como nuevo director del Instituto Cervantes (IC), Juan Manuel Bonet ha pedido públicamente esta mañana dos cosas: mayor independencia y más presupuesto. “Más dinero para superar las estrecheces con las que trabajamos y que obliga a milagros cotidianos, y más autonomía, con el apoyo del Gobierno y del conjunto del Estado”.

Son las prioridades para empezar a afrontar lo que Bonet calificó de “plan de choque cultural” en esta nueva etapa. No será de ruptura con su predecesor, Víctor García de la Concha, que lo nombró responsable del centro en París hace cinco años: “Pese a ser experto en las vanguardias, la ruptura por la ruptura no está en mi talante. Pero tampoco el inmovilismo”, advirtió.

Y algo debe moverse, aunque los corrimientos de tierra ya han empezado a manifestarse dentro del Estado, para conseguir una ley de autonomía que facilite al Cervantes su gestión. García de la Concha lo ha exigido con firmeza en su última etapa. Bonet asegura que, salvo algunas formalidades, ya lo conocen quienes deben tomar ese tipo de decisiones.

Con la doble cabeza que gobierna la institución —Asuntos Exteriores, que pone mayoritariamente el dinero y Educación y Cultura, que más o menos encaminan la estrategia—, ambos ministros dieron pistas sobre el estado de la cuestión. Íñigo Méndez de Vigo (Cultura) tranquilizó respecto a la ley propia y Alfonso Dastis (Exteriores) le aseguró que aumentaría el presupuesto.

Pese a ser experto en las vanguardias, la ruptura por la ruptura no está en mi talante. Pero tampoco el inmovilismo”, dijo Bonet

El encargado de Exteriores reconoció que la mitad del presupuesto del Instituto —unos 115 millones de euros—, corresponden a ingresos propios. Así que se comprometió a “trabajar para aumentar la aportación del Estado y potenciar el Cervantes”, sin entrar otros asuntos.

La independencia o mayor autonomía cuenta con mucha más oposición en el ámbito diplomático, por eso, en cuanto a este punto, Dastis se mostró discreto. Pero no sólo una parte del Gobierno —liderada por Educación y Cultura— está a favor de otorgarla definitivamente. También se está fraguando un pacto de Estado, con el PSOE y Ciudadanos como cómplices y exigentes en la materia, para que se produzca.

Méndez de Vigo lo dio por hecho también. Desde su llegada al ministerio se ha mostrado abiertamente partidario, como lo han sido desde la época de César Antonio Molina, varios responsables de Cultura. “El Cervantes debe ser un asunto de Estado y juntos participar en su futuro”, afirmó el responsable de Educación, Cultura y Deporte, hoy también portavoz del Gobierno.

La petición resultó clamorosa. Cuando Bonet lo apuntó en su discurso fue aplaudido por los presentes que llenaban el vestíbulo de entrada del gran edificio en la calle de Alcalá (Madrid) donde tiene su sede el Instituto. García de la Concha lo recalcó como despedida y se mostró convencido de que el nuevo responsable dará un paso determinante en su gestión para lograrlo. Ambos coinciden también en la necesidad de iberoamericanizar la institución y fortalecer alianzas con el resto de países hispanohablantes, como se ha hecho con el Instituto Caro Cuervo (Colombia), la Universidad Autónoma de México (UNAM) o con el Inca Garcilaso de Perú.

Pero Bonet quiere empezar por que se visualice más esa estrategia comenzada hace cinco años por García de la Concha: “¿Por qué no abrir centros ya en Ciudad de México o Buenos Aires?”, se preguntó, “hay que aumentar todas las sinergias posibles”. Cómo las realidades son cambiantes —y un experto en las vanguardias como él, lo sabe bien—, quizás deba hacer algún tipo de esfuerzo extra en Estados Unidos. La oscura era Trump obliga a replantearse y reforzar la presencia allí, probablemente. “Más Iberoamérica y más cultura”, insistió como ejes. “Con relación a Trump, nada mexicano nos es ajeno. Hemos ido de la mano con ellos en Estados Unidos y vamos a seguir yendo”.

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Sobre la firma

Jesús Ruiz Mantilla
Entró en EL PAÍS en 1992. Ha pasado por la Edición Internacional, El Espectador, Cultura y El País Semanal. Publica periódicamente entrevistas, reportajes, perfiles y análisis en las dos últimas secciones y en otras como Babelia, Televisión, Gente y Madrid. En su carrera literaria ha publicado ocho novelas, aparte de ensayos, teatro y poesía.

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