Y ahora, ¿qué hacemos con esto?
Un espectáculo argentino vehemente, sutil y sorpresivo, sobre la violencia social soterrada y el poder de las circunstancias


1982, OBERTURA SOLEMNE
Autor y director: Lisandro Fiks. Intérpretes: Christian Álvarez, Romina Fernandes, Juan Luppi y L. Fiks. Madrid. Teatro del Barrio, 25 de enero. 1, 8, 15 y 22 de febrero.
Que alguien invoque, por favor, al ángel de la escucha. Martín, músico, quiere hacerse oír: está componiendo una sinfonía conmemorativa del 30 aniversario de la Guerra de las Malvinas, inspirada en la Obertura 1812 (con la que Tchaicovsky homenajeó la resistencia rusa ante la Gran Armada napoleónica), pero no consigue pasar del primer movimiento. La llegada de Federico, su cuñado, con un taxista excombatiente, parece un golpe de suerte: seguramente podrá contarle algo que lo estimule.
En 1982, obertura solemne, comedia dramática escrita y dirigida por el actor y músico argentino Lisandro Fiks, el intento de orquestar una melodía para, honrando a los caídos, reconciliarse con el pasado, deriva en el desconcierto más absoluto y en una explosión de violencia doméstica inusitada. En la primera parte, no tan afinada, Fisk utiliza un recurso típico de las entradas de payasos (un personaje intenta contarle algo a otro y un tercero lo interrumpe constantemente) para mostrar que en esa familia de izquierdas acomodada hablan todos pero nadie escucha. Tras un solo de violonchelo sorpresivo, interpretado en vivo por el autor, el segundo acto nos lleva a un crescendo dramático vehemente, en cuyo curso Martin interroga a su invitado, de extrema derecha, que lo descoloca y lo turba más a cada respuesta.
Choque descomunal entre clases sociales e ideologías, 1982 muestra que quienes están más arriba poco entienden de lo que sucede un poco más abajo, que nadie es lo que dice ser y que las circunstancias nos pueden llevar a cometer actos inimaginables. Las interpretaciones de Juan Luppi, Romina Fernades y Fisk son dúctiles pero enérgicas, y la de Christian Álvarez, extremada en su extrañeza, verdad y peligro. Un espectáculo perturbador, como revela la pregunta que una espectadora formuló al final a su acompañante: “Y ahora, ¿qué hacemos con esto?”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Archivado En
Últimas noticias
Análisis de ajedrez | Joya rápida de David Antón en Catar
¿Repetir o pasar de curso? Algunos daños colaterales
Detenido en Chiapas Yoel Alter, integrante de la secta Lev Tahor, por presunta trata de menores para matrimonios forzados
Ayuso aprueba un gasto extra de 106 millones de euros para el “reequilibrio” económico de tres hospitales de Quirón en 2025
Lo más visto
- Maisa Hens, cantante: “Gracias al anuncio de El Almendro no tuve que volver a hacer un ‘casting”
- De celebrar el Gordo a temer no cobrarlo: la comisión de fiestas de Villamanín se dejó en casa un talonario vendido antes del sorteo
- Los socialistas valencianos reclaman a Feijóo que entregue a la jueza de la dana la conversación íntegra con Mazón
- “Un jardín con casa, no una casa con jardín”: así es la premiada vivienda de 146 metros cuadrados que se camufla con la vegetación
- Víctor Bermúdez, profesor de Filosofía: “Hemos perdido el control del proceso educativo, lo que damos en clase es en gran medida un simulacro”




























































