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El estudiante gamberro que dejó su grafiti en la fachada de la Universidad de Salamanca en 1853

La restauración de la popular portada de la rana permite identificar al alumno de Arquitectura que dejó en ella su firma durante una visita

Manuel Morales
Grafiti con la inscripción 'Espedicion' que dejó Nicomedes de Mendívil. Abajo, la firma del grafitero en el sillar encontrado.
Grafiti con la inscripción 'Espedicion' que dejó Nicomedes de Mendívil. Abajo, la firma del grafitero en el sillar encontrado.JULIÁN ROJAS / FUNDACIÓN SANTA MARÍA LA REAL
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In English: Busted: student who vandalized Salamanca University facade in 1853

Se llamaba Nicomedes de Mendívil, había nacido en Amurrio (Álava) en 1828 y era alumno del tercer curso de la Escuela de Arquitectura de Madrid en 1853. De visita a Salamanca, en mayo de ese año, con unos compañeros y su profesor Francisco Jareño —autor del palacio de las Cortes— pudieron contemplar a un palmo de nariz, gracias a un andamio montado para la ocasión, la exuberante decoración de la Fachada Rica de las Escuelas Mayores de la Universidad salmantina, sí, la de la popularísima rana que busca hoy todo turista. Nicomedes, como han hecho los viajeros desde que el ser humano salió de la cueva, quiso dejar huella de su presencia en un lugar tan especial, y lo hizo con dos grafitis sobre la piedra: en el escudo imperial grabó ESPEDICION de 1853, y, más gamberro, porque lo hizo sobre el escudo de un querubín, escribió de nuevo la palabra ESPEDICION y otros signos no identificados. Ambas inscripciones eran conocidas por los expertos, pero no su autor.

Ahora, 166 años después, se ha sabido por fin quién fue este grafitero decimonónico gracias a las labores de restauración de la fachada, desarrolladas por un equipo de unas 50 personas, coordinado por la Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico con la colaboración de la Junta de Castilla y León, la universidad salmantina y la empresa Enusa. Eduardo Azofra, profesor de Historia del Arte de esta institución de enseñanza superior, ha explicado por teléfono a EL PAÍS que durante la intervención, que ha durado cuatro meses, "al ir a desmontar la cubierta de la sala de incunables, encima de esta se encontró un sillar con la inscripción N. MENDIVIL 1853". Entonces, se consultó el estudio que sobre aquella "expedición" realizó el profesor de la Universidad de Salamanca Antonio Casaseca en 2015, que había rastreado en el archivo de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid. Allí está documentada la visita, cuyo objetivo era que los alumnos levantasen dibujos de edificios históricos de una ciudad que asistía al derribo de valiosos inmuebles. Y también estaban los nombres de los viajeros. Uno fue el travieso Nicomedes de Mendívil, que falleció en Madrid en 1869. "Otro, el famoso fotógrafo galés Clifford, que estaba al servicio de la reina Isabel II", añade Azofra, y tomó entonces "las imágenes más antiguas que se conocen de Salamanca".

Tras la restauración, añade la nota de la Fundación, esta semana comenzará la retirada de los andamios de la Fachada Rica para mostrar la cara renovada de una de las portadas más importantes del arte español, de estilo plateresco, nombre con el que se llamó al primer Renacimiento en España. Esta fachada del siglo XV está repleta de misterios, como la fecha exacta de construcción, "no antes de 1512 y probablemente se finalizó en 1529", según Azofra. Tampoco se sabe qué rey o noble impulsó esta maravilla, ni el arquitecto que la levantó, aunque la profesora Alicia M. Canto la ha atribuido a Juan de Talavera; ni los escultores que la recubrieron con tan ricos y variados motivos.

Grafiti que dejó Nicomedes de Mendívil, en 1853, en el escudo imperial de la portada de la Universidad de Salamanca.
Grafiti que dejó Nicomedes de Mendívil, en 1853, en el escudo imperial de la portada de la Universidad de Salamanca.UNIVERSIDAD DE SALAMANCA

Lo que sí se ha descubierto ahora, además del grafitero, es media docena de monteas gracias a la investigadora Alexandra M. Gutiérrez. ¿Qué es una montea? "Una plantilla que el arquitecto trazaba, a veces en un sillar, incluso sobre una fina capa de yeso, para servir de guía en la obra a los maestros canteros", según Gutiérrez. "Normalmente, las monteas señalaban cómo había que levantar elementos arquitectónicos, por ejemplo, arcos y bóvedas". Gutiérrez agrega que "estas  huellas escondidas en las piedras de los monumentos son habituales, como se ha visto en la catedral de Sevilla o en la de Santiago de Compostela".

Por último, también al desmontar la cubierta para colocar una nueva, se ha hallado un alquerque grabado sobre la piedra. Un alquerque es un dibujo "que servía de tablero de un antiquísimo y popular juego de mesa", señala Zoa Escudero, arqueóloga de la Fundación Santa María la Real. Ese divertimiento, a caballo entre las tres en raya y las damas de hoy, se remonta al Antiguo Egipto, y sus reglas "fueron recogidas por vez primera en el Libro de axedrez, dados e tablas del rey castellano Alfonso X El Sabio", explica Escudero. Como era un juego que se practicaba en el suelo o en escalones, la lógica apunta que el sillar hallado se reutilizó para la fachada. Y analizada esta pieza se ha comprobado que es un "alquerque de 12", asegura Escudero. Llamado así porque cada participante tenía 12 fichas, uno jugaba con negras y el otro con blancas. Por el lugar donde se ha localizado el sillar, Escudero intuye que, probablemente, lo usaron los estudiantes de la universidad. Este alquerque se suma a otro similar, localizado en el muro lateral norte, "con trazos poco esmerados", según la investigadora, y que probablemente usaron los propios canteros para entretenerse antes de reutilizarlo.

La intervención en la Fachada Rica de la USAL ha supuesto una inversión de 590.000 euros. Entre otras tareas, se han instalado unos sensores ambientales y estructurales para vigilar el estado del monumento.

Inscripción grabada sobre la piedra para jugar al alquerque.
Inscripción grabada sobre la piedra para jugar al alquerque.FUNDACIÓN SANTA MARÍA LA REAL

Vida corta y estancias en Roma

Nicomedes de Mendívil y Quadra nació en Amurrio (Álava) en 1828 y murió en Madrid en 1869. La Academia de Bellas Artes de San Fernando recoge, en un catálogo de autores obra de Pedro Navascués, su presencia en la "expedición artística a Salamanca" que dirigió el arquitecto Francisco Jareño en 1853. Finalizada la carrera, ganó una oposición de pensionado en Roma, ciudad en la que pasó dos periodos de su corta vida. En su obra destaca "el proyecto de restauración de la colegiata de San Pedro de Soria, en 1864". En 1868, "se le encargó "el monumento funerario" del militar y político Leopoldo O'Donnell, que se montó "en la iglesia de las Salesas de Madrid".

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Sobre la firma

Manuel Morales
Periodista de la sección de Cultura, está especializado en información sobre fotografía, historia y lengua española. Antes trabajó en la cadena SER, Efe y el gabinete de prensa del CSIC. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y máster de Periodismo de EL PAÍS, en el que fue profesor entre 2007 y 2014.

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