Días de Mecano y rosas
El País reúne en una colección la discografía y videografía de la banda que marcó una época
Hace 35 años se publicó el primer sencillo de Mecano, Hoy no me puedo levantar (14 de mayo de 1981). Hace 30 apareció el primer elepé de la segunda etapa triunfal, internacional, del trío madrileño, Entre el cielo y el suelo (el 17 de junio de 1986). Y hace 25 años se editó el último álbum de Mecano, Aidalai (el 14 de junio de 1991). Estas tres fechas marcan el origen, la apoteosis y el principio del final de una carrera artística inigualable en la música española. Ana Torroja y los hermanos Cano, José María y Nacho, lograron lo que ningún otro grupo español ha superado hasta la fecha en ventas de discos, conciertos y giras multitudinarias, popularidad y repercusión social, tanto en España como fuera.
El decenio de Mecano. Los ochenta. Ana, José María y Nacho irrumpieron por la puerta de atrás de la creciente Movida madrileña, que las jóvenes radios de frecuencia modulada, Radio Juventud, luego Radio 3, Onda 2 de Radio España y Radio Popular de Madrid, impulsaron a través de gurús irrepetibles como Juan de Pablos, Gonzalo Garrido, Rafael Abitbol, Jesús Ordovás o Julio Ruiz. Fueron el propio Abitbol en Radio 3 y Julián Ruiz, Luis Merino y el programa El Flexo en la Cadena 40 quienes apostaron en las ondas por canciones como Hoy no me puedo levantar, Quiero vivir en la ciudad, Me colé en una fiesta o Perdido en mi habitación.
Junto a ellos, José Manuel Costa en este periódico fue quien captó con mayor agudeza y convicción la fuerza y los talentos extraordinarios del trío. Mecano es música pop en estado puro nacido y crecido a la vera del tecno pop emergente, de la nueva tecnología, de los teclados sintetizadores - Nacho llamó Fairlight a su estudio -, de las percusiones programadas, de la revolución digital e informática en el proceso de grabación. Pasó en Alemania con Kraftwerk, en Francia con Jean Michel Jarre o Louis Chedid, en el Reino Unido con New Musik, Ultravox o Depeche Mode, en Australia con Flash And The Pan, etc. A nuestros oídos españoles esas voces en armonía con Ana como voz, como timbre de identidad, podían recordarnos a la mejor Karina o a Vainica Doble. Letras certeras, acentuadas en su sitio, en sus notas, que los hermanos Cano escriben con naturalidad y muchísimo tesón.
Mecano por entregas
El domingo 2, en el quiosco, la primera entrega de la colección Mecano. La serie se abre con 'Entre el cielo y el suelo'. Cada número se puede comprar junto con EL PAÍS por 6,95 euros. La colección se compone de ocho libro-discos y un libro-dvd.
Nacho Cano, apenas 18 años en 1981, se reveló un visionario, un genio capaz de componer y grabar éxitos a un ritmo frenético con una facilidad o una sencillez aparente que asombró al mundo musical. Hans Zimmer, ganador del Oscar a la mejor banda sonora por Gladiator, tuvo la sensación de haber encontrado en él a su alma gemela con un sentido parejo del riesgo y de la aventura. “Mecano es uno de los grupos más musicales y atrevidos con los que he tenido el placer de colaborar”, asevera el compositor alemán. Nacho Cano dio con la fórmula del éxito y el reconocimiento en los tres primeros discos de Mecano. La compañía CBS lo mimó celosamente e ignoró y menospreció a su hermano mayor, José María, quien padeció indiferencia y desplantes continuos pese a que en el tercer disco, Ya viene el sol, demostró sobradamente su ingenio, sentido del humor particular y talento original en composiciones como Aire o Hawaii-Bombay. El descenso de ventas hizo pensar a los ejecutivos del sello que a Mecano se le había pasado el arroz.
José María Cámara, que había formado parte del equipo directivo de CBS, firmó a Mecano para Ariola e inició la segunda etapa del grupo, una trilogía de álbumes donde José María Cano pudo desquitarse a gusto, aunque aún hubo de ser muy paciente e insistente. Entre el cielo y el suelo fue el primer disco grabado en España que superó la cifra de un millón de copias vendidas. Como dijo Joaquín Luqui que tanto les avaló: “Del suelo aparente al cielo real. El despegue definitivo”. Y tanto.
La fórmula de grabar por separado resultó gracias a la paciencia y el poderío de Ana. Nacho grababa por su cuenta, José, por la suya. Cada cual, su equipo. Ana cantaba mejor cada disco - también en francés, inglés o italiano - y con mayor variedad de registros que los hermanos le exigían en sesiones arduas e interminables de grabación. Cuando después del primer single, Ay qué pesado, compuesto por Nacho, no terminaba de rematar, llegó Me cuesta tanto olvidarte, que José Antonio Abellán radió sin tino, se convirtió en el tema que cambió para siempre el signo y el sino de Mecano. Hijo de la Luna, Cruz de navajas, Mujer contra mujer - una pieza magistral, valiente y por delante de su tiempo -, No hay marcha en Nueva York, Una rosa es una rosa, se sucedieron canciones históricas de José removiendo el ánimo de varias generaciones. Y Nacho no se quedó atrás: Un año más, La fuerza del destino o El 7 de septiembre, expresaban junto a otros temas los dos lados de su personalidad entre el desvarío y el misticismo redentor.
Durante diez años de 1981 a 1991, Mecano tradujeron fielmente el impulso de cambio y emancipación y liberación de los jóvenes y de la sociedad misma. El mayor ejercicio del derecho de libertad de expresión en los días de la transición española se usó en la música popular. Y Mecano, por muy pop que fuera su estilo, por muy lejano que pareciera del “punk”, del “heavy” o de los géneros rockeros en principio más rompedores, más rebeldes o inconformistas, reflejaron directa y notablemente el sentir de la generación de jóvenes más cuantiosa de nuestra Historia.
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