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Dos siglos de humor en Argentina

Una exposición en Madrid recorre la historia de los viñetistas, desde la revista ‘Caras y Caretas’ a Fontanarrosa

El humor es una forma de vida en Argentina. Ni siquiera desapareció durante los largos periodos de dictadura que el país sufrió en el siglo XX. Es un ingrediente de la vida diaria, un vehículo para sobrellevar lo más amargo del país y los medios de comunicación lo incorporaron desde el principio a sus páginas, programas y espacios. Una exposición en la Casa América de Madrid muestra la evolución de las viñetas humorísticas argentinas desde finales del siglo XIX hasta el presente. 

“Tenemos el tango para llorar y el humor gráfico para sufrir”. Son las palabras de Darío Adanti (Buenos Aires, 1971), ilustrador argentino y uno de los fundadores de la revista satírica española Mongolia. El viñetista apunta que “ni siquiera las dictaduras se atrevieron a atacarlo” y dirige sus pasos hacia una viñeta de Guillermo Divito que muestra a un grupo de cuatro mujeres de formas voluptuosas y vestidas de manera atractiva. “Sorprende que alguien dibujara esto en los 60, como una reivindicación de la mujer durante la dictadura”, asegura. 

El dibujante defiende la utilidad del humor gráfico durante los tiempos convulsos del siglo XX. “Todo lo que uno no podía decir en la calle, lo veías cada vez que comprabas el periódico. Al ver aquellos chistes, te dabas cuenta de que allí fuera había gente como tú”, dice Adanti. En la muestra se contempla la evolución que las creaciones han tenido desde sus inicios, en los que fue clave la revista Caras y Caretas

El cambio se refleja más en el tipo de humor que en los propios dibujos, a pesar de las nuevas tecnologías. “En los años 30 y 40 era un humor mucho más naif a nuestros ojos”, explica Pablo Fieldman, comisario de la exposición. “En Argentina es un valor para el país, es una trinchera que hemos defendido”, añade. La muestra arranca con el siglo XIX, cuando comienzan a aparecer importantes dibujantes como Henry Stein y sus dibujos de El Mosquito. “Se inicia a raíz de la llegada de migrantes a Argentina. Ese crisol de las personas que llegan junto a los artistas europeos que dejan atrás su continente es clave en el cosmopolitismo de las viñetas del XIX”, explica Adanti. 

Globalización anticipada

El viñetista defiende que la evolución del humor gráfico se produce en paralelo en Argentina y Europa por la presencia de una importante migración europea en el país. “Fue como una globalización antes de la propia globalización”, afirma. En unas viñetas de Patoruzú, uno de los personajes argentinos de cómics más importantes, se aprecian las correcciones con típex que su creador, Dante Quinterno, vertió a finales de los años veinte, dando a la imagen un toque de naturalidad, de autenticidad. La tecnología actual evita este tipo de detalles. “Pero el humor es el mismo”, dice Adanti.

Una zona de la exposición en la Casa de América en Madrid.
Una zona de la exposición en la Casa de América en Madrid.Julián Rojas

El objetivo de la exposición es “brindar elementos al visitante para que conozca la amplitud del humor argentino, más allá de Quino y Mafalda”, apunta el comisario Fieldman. Fernando Sendra, creador del personaje Matías, uno de los más conocidos en Argentina, ha sido el encargado de elaborar los carteles de bienvenida y despedida de la muestra. Fieldman se detiene ante uno de ellos, que muestra al pequeño Matías con un ratón de ordenador en una mano y en la otra una escuadra, un lapicero, un tintero y una goma de borrar. “El humor en Argentina avanza con la sociedad. No importa si con lápiz o computadora, lo relevante es que siga transmitiendo”, añade.

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