“Uso la tecnología para hacer videojuegos más humanos”

Matar ha sido, por décadas, el verbo que mueve al videojuego. Matar tortugas cabezonas en Super Mario, matar cadáveres revividos en Resident Evil, matar terroristas en Call of Duty...

Para Hajime Tabata, director de la gran superproducción del año, Final Fantasy XV, hay muchos otros verbos que explorar. Comer, por ejemplo. Amar, también. Sentir más que ninguno. "Creo que los juegos reflejarán cada vez más experiencias mucho más variadas. De hecho, no considero imposible un Final Fantasy en el que no haya que usar jamás la violencia", afirma este creador desde la Gamescom de Colonia, la mayor feria del arte interactivo por la que se pasearán hasta el domingo más de medio millón de personas.

Tabata tiene claro su meta con Final Fantasy XV, el próximo capítulo de una saga que supera en recaudación lo logrado por las ocho películas de Harry Potter o las siete de Star Wars (más de 9.000 millones de euros a lo largo de tres décadas). En apariencia, es un blockbuster interactivo de enorme presupuesto para el gran público. Pero en la práctica es un juego que quiere hablar sobre dos grandes temas: "La amistad entre jóvenes y la relación entre un padre y un hijo. Uso la tecnología para hacer los videojuegos más humanos".

La tecnología juega en Final Fantasy XV un papel esencial. Permite, por ejemplo, que los personajes que acompañan al protagonista no dejen de hablar entre sí mientras el usuario juega. Reaccionan a lo que ocurre ante ellos y aportan su punto de vista con una espontaneidad cuasi humana. "La tecnología que lo permite es muy compleja, pero solo la desarrollamos por lo que aporta a la experiencia". Una partida a la demo —fragmento incompleto del juego— demuestra que las palabras de su creador no son humo. Mientras sube la pendiente de una ladera, el grupo parlotea sobre sus cosas, como lo haría cualquier cuadrilla de chavales que comparten viaje de carretera. Se sienten vivos, llenos de entusiasmo y de energía.

El creador insiste una y otra vez en que la fuente de inspiración principal han sido las experiencias humanas de su enorme equipo. “Hablábamos de las experiencias que hemos tenido con nuestros amigos, comiendo o con nuestros padres. Obviamente también nos inspiramos en películas, cómics y novelas, pero de manera secundaria”, aclara.

De qué experiencias concretas quería hablar Tabata es una pregunta que le cuesta concretar. “Hay tantas... pero creo que sobre todo quería reflejar lo distinta que es entre sí la gente. La personalidad e idiosincrasia de cada cultura y de cada individuo”, asevera. Es evidente durante la entrevista que Tabata tiene el vicio de observar a las personas. Muchas preguntas las repite al periodista, para saber qué opina él de lo que acaba de plantearle, sea esto su comida favorita (ramen) o si los videojuegos se están haciendo más complejos.

Que en Japón abunden los genios (Hideo Kojima, Shigeru Miyamoto, Hidetaka Miyazaki) capaz de manejar grandes presupuestos y a la vez ser personales es algo que Tabata reconoce. “No somos solo los japoneses, pero estoy de acuerdo que quizás lo somos en mayor número". Y eso cree que es porque "un artista japonés es extremadamente meticuloso. No deja ningún aspecto al azar. Reflexiona sobre todos los ángulos de su obra. Y eso permite que volcar su experiencia humana sea más sencillo”.

Tabata tiene otro sueño en mente con Final Fantasy XV. "Que lo pueda jugar mi madre. Como jugó al Uncharted 4 [el gran juego exclusivo de PlayStation 4 de este 2016]". Para ello, el lanzamiento de la obra será mundial (29 de noviembre) y vendrá acompañado de su propia película y serie de animación. "Quiero que sea El juego de tronos del videojuego, que rompa barreras y todo el mundo, fan de la saga o recién llegado, pueda disfrutarlo igual".