La pensión de los cuentos fantásticos
Karlos Kum debuta en la novela con 'Huéspedes', en la que narra las extrañas vidas de unos inquilinos
Todos los miércoles, doña Consuelo reúne al abigarrado grupo de personas que viven en su pensión para contarles un cuento al que prestan toda su atención, porque saben que ella no les va a defraudar. Ese es el hilo conductor de la primera novela del madrileño Karlos Kum (1966), Huéspedes, publicada por la pequeña editorial Huerga y Fierro. Tras un libro de cuentos, de hace tres años, y otras vidas anteriores en las que fue estudiante de Físicas, batería en un grupo y comiquero, Kum se ha decantado ahora por la novela, con un relato en el que se suceden cuentos que, a su vez, se abren a otros cuentos.
"La historia de Huéspedes empieza con un hombre, Amaro Puerta Cerrada, que, huyendo de su vida gris, llega a una pensión en la que se encuentra con personajes casi caricaturescos a los que les pasan muchas cosas", explica el autor.
Ese gusto por los cuentos lo cultiva Kum desde que, durante los dos años que pasó en México, les escribía a sus amigos sus vivencias como si se tratara de relatos. Quizás también por ese tiempo que pasó en América su lenguaje está aderezado de giros latinoamericanos: "No es algo intencionado, me sale sin querer", dice sentado en un café del centro de Madrid.
Con Huéspedes, la única pretensión de Kum ha sido "la de contar historias". "Tenía escritos muchos cuentos que me gustaban, y al final decidí meterlos todos en una novela a través del personaje de doña Consuelo". Más allá de ese aspecto formal, Kum habla en su libro "de las elecciones que continuamente hacemos en la vida, nos equivoquemos o no con ellas". Las vidas de los extraños seres de Huéspedes están en la pensión de doña Consuelo, de la que no salen. Se trata de un lugar en cuyos pasillos uno puede cruzarse con hombres sin rostro, como salidos de un cuadro de Magritte, o en cuyas habitaciones ocurren hechos sorprendentes cada vez que uno abre sus puertas. "La pensión, para algunos lectores, es un sitio acogedor, amable, y otros me han dicho que un lugar asfixiante”, interpretaciones opuestas que satisfacen a Kum.
Al pasar las páginas vamos conociendo poco a poco por qué esos personajes tienen comportamientos y características tan extraños, como Efraín el Albino, persistente refranero; el pasado como preso torturado de Luis el Zurdo; el alzhéimer de doña Angustias… son un grupo de raros que se encuentran a gusto entre ellos.
A ratos divertida, a ratos tierna e incluso triste, Huéspedes es una novela "amable, fácil de leer y que te puede hacer reflexionar sobre temas cotidianos e importantes de la vida", añade Kum, que, dedicado a su trabajo de dar clases de yoga y masajes, piensa ya en los nuevos seres que poblarán su próxima novela.
Babelia
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