14 presidentes en 30 años

La Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España ha tenido una trayectoria muy agitada en sus 30 años de historia, con ruidosas salidas y dimisiones en su máximo órgano directivo, la presidencia. No se trata de un cargo remunerado, pero sí con una gran proyección social y mediática, gracias, sobre todo, a los premios más importantes del cine español, los Goya, organizados por la institución. 

El germen de la Academia se remonta al 12 de noviembre de 1985, cuando para afrontar el futuro incierto del cine español, "el productor Alfredo Matas convocó en el restaurante O'Pazo de Madrid a un grupo de conocidas personalidades de la cinematografía", explica la propia Academia en su web. Participaron los directores Luis García Berlanga y Carlos Saura, los directores de producción Marisol Carnicero y Tedy Villalba, los actores José Sacristán y Charo López, los montadores Pablo González del Amo y José Luis Matesanz, el guionista Manuel Matji, el músico José Nieto, el director de fotografía Carlos Suárez y el decorador Ramiro Gómez.

Al año siguiente, se constituyó formalmente la Academia, presidida por el director José María González Sinde, que dirigió la institución entre 1986 y 1988. Su hija, la también directora y guionista Ángeles González-Sinde, la presidió entre 2006-2009, antes de ser nombrada ministra de Cultura por el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero.

Los episodios más llamativos y controvertidos de la historia de la Academia han estado asociados a la celebración de las reivindicativas ceremonias de los Goya, retransmitidas por RTVE, y a las dimisiones por las polémicas internas o por los choques y discrepancias con el Gobierno de turno. En el primer caso, se recuerda la gala de 1998 en la que el entonces presidente de la Academia, José Luis Borau (entre 1994-1998), levantó sus manos pintadas de blanco en contra de ETA y del asesinato de Miguel Ángel Blanco, o la muy comentada gala contra la Guerra de Irak en 2013, bajo la presidencia de Marisa Paredes. 

Entre las dimisiones más sonadas se incluye la del realzador Álex de la Iglesia, que dejó la presidencia en 2011, un día después de la ceremonia de los Goya, por su desacuerdo con la llamada Ley Sinde contra la piratería. González-Sinde era entonces la ministra de Cultura. Muy inesperada fue la salida del exhibidor y productor Enrique González Macho en febrero de 2015, poco después de haber sido reelegido. Al poco, trascendió que estaba siendo investigado, junto con otros profesionales, por el presunto fraude de la taquilla del cine español.