Razón de inmortalidad de Miguel Gila
El cómico, que fue un cronista de la sinrazón de la época, murió hace 15 años
Hay algunas razones para que Miguel Gila, que murió hace 15 años, sea inmortal. Fue un cronista de la sinrazón de la época. Después de aquella guerra que a él lo dejó al rojo vivo, vino la otra, la gran guerra mundial, y esa sensación dramática de estar en medio de la metralla de las barbaries, la propia y la de todo el mundo, le produjo a él la perplejidad de los mudos. Hasta que rompió a hablar y eligió la ironía, la metáfora, para explicar, como los existencialistas, lo que le pasó a la condición humana de sus contemporáneos.
Sus monólogos con teléfono no fueron tan solo surrealistas, como los chistes de Bagaría con Mihura, o los exabruptos de Tono o de Azcona en La Codorniz, o como las películas de Berlanga, Azcona, García Sánchez y Cuerda, en épocas sucesivas de la historia oscura de España. Fueron testimonios de aquella perplejidad que se le quedó a todos ellos en la lengua y en la voz y en la mirada cuando la guerra fue el triunfo de los bárbaros.
Aquella oscuridad podía ser contada por gente como esa, y ahí estuvo en primer lugar Miguel Gila, que fue un damnificado de aquel tiempo. ¿Por qué sobrevive ahora? Porque este tiempo es heredero de aquella sinrazón, porque la guerra sigue siendo un símbolo que se adentra en los huesos de la historia actual, y porque aquel monólogo sucesivo del mejor humorista de su tiempo era tan solo el grito, el aullido más bien, de un lobo triste que se ponía casco o boina porque a los seres lúcidos la vida los obliga a cubrirse la cabeza por si caen otra vez chuzos de punta. Por eso es inmortal, porque no ha pasado a la historia, Gila está con la historia.
Babelia
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