Casa teatral busca ciudadano
Israel Elejalde inaugurará con 'Idiota' , de Jordi Casanovas, el nuevo espacio El Pavón Teatro Kamikaze
La expectación era máxima. Las callejuelas del centro de Madrid, en medio del mítico Rastro, se llenaron de rostros conocidos. Con nervios y mucha emoción se vivió ayer el nacimiento de un nuevo espacio teatral diferente y vivo que nace con el objetivo de ser un referente en el mundo del teatro y de convertirse en la casa del encuentro con el público. La compañía Kamikaze Producciones, una gran familia de cómicos que ha revolucionado con su espíritu creativo y valiente el panorama de la dramaturgia en España, toma al asalto el teatro Pavón, sede los últimos años de la Compañía Nacional de Teatro Clásico hasta su reciente traslado a La Comedia. Los nuevos inquilinos del Pavón, con una sala de cerca de 600 localidades, además de espacios más íntimos y otros más grandes, lúdicos y festivos, tienen el objetivo de convertirse en los anfitriones de los amantes del teatro y de las artes escénicas. Israel Elejalde, Miguel del Arco, Aitor Tejada y Jordi Buxó serán las caras de un proyecto que busca el sueño de un lugar estable para una compañía teatral estable.
“Uno no se levanta todas las mañanas con la sensación de cumplir un sueño. Hoy es uno de esos días. Es una tremenda aventura”. Con estas palabras saludó el director Miguel del Arco a todos los invitados a la fiesta de bienvenida de este espacio de “diálogo y encuentro”con el espectador. “Nuestra relación con el público pretende ir más allá del propio espectáculo”, añadió Elejalde, el actor que será el encargado de inaugurar el teatro, el próximo 8 de septiembre, con la dirección de Idiota, un texto de Jordi Casanovas con Gonzalo de Castro y Elisabet Gelabert. “Queremos aunar lo mejor del teatro público y del privado”, ha añadido el productor Jordi Buxó, mientras su colega Aitor Tejada, alma importante del grupo Kamikaze, se refería al espíritu que ha guiado los pasos de esta compañía desde que, en el verano de 2009, dieran el campanazo con La función por hacer, una obra basada en Seis personajes en busca de un autor, de Luigi Pirandello, que supuso el inicio de un viaje colectivo que no ha terminado. Fue el germen de una compañía estable de teatro, algo inimaginable en estos tiempos inestables, que salta ahora al Pavón.
Nuevas formas de contribuir a la causa
La página web del nuevo espacio www.teatrokamikaze.com jugará un papel fundamental en el desarrollo de esta aventura. Mes a mes se irán colgando los montajes y producciones, además de los proyectos con fechas ya concretas y los diferentes eventos que se irán organizando. Desde hoy se pueden comprar las entradas de los montajes ya previstos para los primeros meses de la próxima temporada.
Una de las principales novedades es la creación de una oferta especial para su público más fiel. Bajo la denominación Ser kamikaze, el teatro ofrece la posibilidad de una relación más especial con el centro. Una de las modalidades prevé que, tras una contribución de 120 euros anuales, los socios disfruten de ventajas, descuentos en la compra de entradas (de un 20%), además de la posiblidad de participar en talleres o asistir a ensayos.
Han pasado siete años y aquella aventura se ha abierto un camino plagado de éxitos. En este sentido, el nuevo teatro albergará las representaciones del repertorio de todas aquellas producciones de Kamikaze que mucha gente se ha quedado sin poder ver —además de La función por hacer, La clausura del amor, Juicio a una zorra, Misántropo o Hamlet, entre otras— además de presentar nuevas producciones —Idiota, de Israel Elejalde, y otra todavía sin decidir que dirigirá Miguel del Arco el próximo otoño—. El Pavón Teatro Kamikaze abrirá sus puertas también a dramaturgos como Pablo Messiez, Alberto Conejero, José Padilla o Alfredo Sanzol, — y ofrecerá montajes de fuera de Madrid, además de Europa y Sudamérica. A toda esta aventura teatral se une el estreno cinematográfico de la película Las furias, que dirige el propio Miguel del Arco y que se estrenará el 28 de octubre.
El público es el objetivo número uno de este proyecto dramatúrgico. “Queremos ser la casa de todos, los anfitriones de artistas y ciudadanos”, ha señalado Tejada. Para ello, han elaborado un plan que busca fidelizar al espectador con múltiples actividades, lúcidas y artísticas, como talleres, asistencia a ensayos o lecturas dramatúrgicas, además de las clásicas funciones y espectáculos de música y danza. Los distintos espacios del Pavón, —el ambigú, el bar, las dos enormes terrazas o El gallinero, un pequeño lugar para actos más íntimos— servirán para todas estas propuestas de los kamikaze, muy abiertas también a los colegas del oficio.
Sin ninguna ayuda institucional pero con la pesada losa del 21% del IVA cultural, los responsables del Pavón aspiran a que el teatro comercial sea aquel que consiga concitar el interés del público, pero que nunca sea excusa para rebajar los riesgos artísticos o definir sus líneas creativas. La filosofía de la programación jugará con cierta flexibilidad y movilidad, con cambios mensuales dependiendo de la aceptación del público. “Nos debemos al público y a la taquilla”, ha advertido Elejalde.
Los dos estrenos que ofrecerá en otoño El Pavón Teatro Kamikaze se irán incrementando con nuevas producciones en próximas temporadas. “Aspiramos a un teatro vivo, abierto, emocional e interactivo, y sostenible económicamente”.
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