Carlos Aladro, nuevo director del Festival de Otoño a Primavera en Madrid

Ariel Goldenberg lo ha asentado tras una poderosa gestión de 15 años como una de las extensas citas por las que circula el mejor teatro que se hace hoy por el mundo. Pero ha llegado la hora del relevo en el Festival de Otoño a Primavera de Madrid. El futuro queda en manos de Carlos Aladro, actual director adjunto del Teatro de la Abadía, que ha sido seleccionado por un jurado de expertos para asumir el puesto del argentino. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, lo anunciará mañana tras el consejo de Gobierno.

La sustitución de Goldenberg había sido anunciada por Jaime de los Santos, director de promoción cultural del Gobierno autónomo. “Ha sido una decisión tomada de acuerdo con él. No nos especificó que quisiera continuar y nosotros creíamos que había llegado la hora de poner el Festival en manos de alguien nuevo”. Su contrato no ha sido renovado y se convocó un concurso internacional para llevar a cabo su sustitución.

Tras las deliberaciones, el pasado viernes, un jurado compuesto por el dramaturgo Juan Mayorga; el director artístico del teatro Real, Joan Matabosch; la coreógrafa y responsable de Madrid en Danza, Aída Gómez; la actriz Susi Sánchez, el poeta Luis Alberto de Cuenca y la también actriz y directora de escena, Carlota Ferrer, decidieron nombrar a Aladro para el puesto. “Aunque no hemos influido en absoluto en las decisiones del jurado, es, creemos, el sustituto ideal”, añade De los Santos.

El nuevo responsable, licenciado en Interpretación y Dirección de Escena por la RESAD, ha sido miembro del equipo de dirección artística del Teatro de La Abadía desde el año 2001. Allí ha trabajado codo con codo junto a José Luis Gómez. También ha sido cabeza artística del Corral de Comedias de Alcalá de Henares desde 2009. La programación y gestión de este centro depende de La Abadía tras su reapertura en 2005.

La etapa de Goldenberg ha resultado crucial, según admiten los responsables de la Comunidad de Madrid. El espectáculo Battlefield, de Peter Brook, cerró la pasada semana un ciclo de 15 años imponente. El argentino ha asentado el festival y configurado un modelo transversal, con acontecimientos teatrales de primer nivel a lo largo del curso, bien acogidos por el público.

Desde que pasara de una notable concentración de espectáculos en dos meses a la presente configuración, con puestas en escena que se suceden entre octubre y junio, resulta más fácil de programar. Pese a las limitaciones de un presupuesto que actualmente se encuentra en torno al millón de euros, el esfuerzo por atraer grandes nombres no ha disminuido. “Las compañías estelares pueden acudir de forma más flexible que si se les exige hacerlo sólo en un periodo más acotado”, afirma el responsable de promoción cultural de la Comunidad.