La sátira de Goya, bajo la lupa en Argentina
Una muestra exhibe más de un centenar de grabados del genio español
La España a caballo entre el XVIII y el XIX, interpretada con sátira y amargura por Francisco de Goya (1746-1828), aparece retratada en la muestra de grabados que se inaugura este sábado en Argentina. Son 131 piezas, prestadas por tres museos, que reflejan la mirada crítica del genio español hacia el clero, los militares, los abusos de poder y los desastres de la guerra, entre otros. Expuestas hasta septiembre en el Museo de la Universidad Tres de Febrero, las obras viajan por primera vez a la periferia de Buenos Aires, como lo hicieron también en 2010 unos 60 dibujos de otro gran pintor español, Pablo Picasso.
Al ingresar a la primera de las tres salas, los visitantes reciben una lupa. Con ella, se ralentiza el paso y asoman pequeños detalles, como los gestos faciales de toreros y espectadores de las corridas pintadas en las series Tauromaquia y Los toros de Burdeos. Bajo una luz tenue, por motivos de conservación, pueden apreciarse también estampas de la serie negra Desastres de la guerra, otras pertenecientes a los Disparates -que permacieron inéditos hasta su muerte- y a sus admirados Caprichos, en los que ridiculiza a clérigos, profesores y comportamientos como la avaricia, el egoísmo o la superficialidad.
La mayoría de sus grabados no fueron bien recibidos por la sociedad de la época. Los coleccionistas de arte de principios de fines del siglo XVIII buscaban unas representaciones de la belleza que no aparecen por ningún lado en estas obras, muy alejadas de los retratos que pintó para la corte española. Incluso le valieron la animadversión de sectores poderosos, en especial la Inquisición, lo que le llevó a sacar algunas series de circulación.
El reconocimiento fue posterior, pero "hoy en día Goya mantiene una gran vigencia", según el comisario de la exposición, Ángel Navarro, experto en dibujo antiguo del Museo Nacional de Bellas Artes. A su juicio, la influencia del artista español puede rastrearse en algunas obras de pintores argentinos como Luis Felipe Noé o Carlos Alonso. Como ejemplo, el cierre de la exposición está a cargo del artista plástico local Juan Carlos Romero con su obra Goya y la República 1936-1939, en la que pone en diálogo fragmentos de cuadros del pintor español con fotografías de la Guerra Civil.
Una de las piezas destacadas de la muestra es una prueba de estado de Tauromaquia A, expuesta junto a la estampa final. Entre una y otra se aprecia cómo Goya modificó la luz, ensombreciendo la escena. "Aquí tenemos la posibilidad de que la gente vea las dos cosas vis a vis y esto es algo realmente extraordinario, porque hay pocas pruebas de estado, generalmente se tiraban", subraya el comisario.
También ocupa un lugar especial el pequeño aguafuerte Si es delincuente que muera presto. El espacio diminuto en el que está recluido el preso, los grilletes en los pies y su postura encorvada exacerban el sufrimiento que se percibe en su rostro. Integrante de la serie Los prisioneros, realizada entre 1810 y 1815, la pieza "es una crítica a los procedimientos judiciales de la época y a la tortura".
Goya, el sueño de un genio incluye obras procedentes del Museo Lázaro Galdiano de Madrid, el del Museo Castagnino de Rosario y el del Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, así como piezas procedentes de algunas colecciones privadas. Fruto del diálogo entablado con el museo español, Navarro anticipó que el año que viene serán los cuadros del argentino Antonio Berni los que crucen el Atlántico.
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