Nintendo se pasa a las películas
El presidente de la compañía de Súper Mario asegura que quieren crear filmes animados basados en sus personajes
En 2011, el actor Bob Hoskins repasó su carrera en una entrevista con The Guardian. Habló de su vida, sus amores, su nominación al Oscar y unos cuantos asuntos más. En un momento de la charla, el periodista formuló las siguientes tres preguntas:
-¿Cuál fue el peor trabajo de su carrera?
-¿Cuál ha sido su mayor decepción?
-¿Si pudiera modificar su pasado, qué cambiaría?
En los tres casos, el intérprete contestó lo mismo: Super Mario Bros. En la tercera respuesta, en concreto, dijo: “No volvería a hacerlo”.
Difícil no comprender al fallecido actor. La adaptación al cine en 1993 de uno de los videojuegos más célebres del planeta fue un fracaso estrepitoso. “Desconcertará a los niños, aburrirá a los adolescentes y deprimirá a los adultos”, reza una de las reseñas en la web Rotten Tomatoes, donde el filme logra una raquítica puntuación del 15%. Y en taquilla no le fue mejor: costó unos 42 millones de euros, y recaudó tan poco que acabó con pérdidas millonarias. Así que aquella película supuso el principio y final de la aventura cinematográfica de Súper Mario. Hasta hoy, quizás.
Tatsumi Kimishima, presidente de Nintendo, ha asegurado al periódico japonés The Asahi Shimbun que la compañía tiene pensado expandir su negocio audiovisual también hacia el mundo de las películas, ya sea para la pequeña o la gran pantalla. En la charla, recogida hoy por varios medios especializados en videojuegos, el responsable de la compañía ofrece detalles con cuentagotas: no aclara cuándo lanzarán su primer producto, aunque sí especifica que no será en los próximos meses pero tampoco se hará esperar cinco años. Kimishima evita también mencionar qué personajes serán adaptados al cine, pero sí defiende que se tratará de películas de animación, y que la propia Nintendo quiere estar implicada al máximo en la producción, en lugar de encargarla a otras productoras. De paso, cita precisamente Super Mario Bros. como ejemplo de por qué ya no quieren filmes con actores de carne y hueso.
Lo cierto es que a lo largo de tantas décadas Nintendo ha acumulado decenas de creaciones tan célebres como carismáticas que podrían fácilmente protagonizar una película. Los universos de Súper Mario, Zelda y Donkey Kong, por citar solo los ejemplos más conocidos, están repletos de historias y personajes para desarrollar. Y el mismísimo Shigeru Miyamoto, genio del videojuego, creador de los tres mundos citados y Príncipe de Asturias de la Comunicación y Humanidades en 2012, ya mostró a la compañía la senda correcta cuando lanzó en 2014 tres cortometrajes de animación basados en otro videojuego exitoso de Nintendo: Pikmin. Desde entonces había habido rumores, de una posible serie de Netflix sobre Zelda a un filme animado de Sony sobre Súper Mario, pero nunca una confirmación oficial.
El anuncio de la compañía japonesa llega además en un año clave, tanto para la propia Nintendo como para la relación entre cine y videojuego. La compañía busca diversificar su negocio, tras los pésimos resultados cosechados por su última consola, la Wii U, derrotada por los productos de las rivales Sony y Microsoft, y hundida por varios errores, que la revista Forbes resumió en 2014 en un artículo titulado ¿Por qué la Wii U ha sido un fracaso?. Así que Nintendo ya está intentando entrar en el mundo de los móviles y ha llegado a un acuerdo con NBC Universal para el desarrollo de parques temáticos, como recuerda la agencia Reuters. La producción de contenido audiovisual podría ser por tanto otro vehículo para rescatar a la compañía aprovechando el tirón de sus personajes.
Por otro lado, 2016 es el primer año de la historia en el que se estrenan hasta cuatro adaptaciones cinematográficas del mundo de los videojuegos. Tras Ratchet and Clank, y Angry Birds, que debutó el pasado viernes, llegará el turno de dos esperadísimas superproducciones: Warcraft: el origen, el 3 de junio, y Assassin’s Creed, el 21 de diciembre. Y ya están confirmados los futuros estrenos de Uncharted y la nueva película de Tomb Raider.
La renovada alianza entre séptimo y décimo (según sus defensores) arte buscará mejorar, eso sí, los resultados decepcionantes cosechados hasta ahora. El filme más taquillero, Lara Croft: Tomb Raider, recaudó en 2001 unos 115 millones de euros en EE UU, según la web especializada Box Office Mojo. Es decir, en la lista de todos los tiempos de su país apenas ocupa el puesto 390. Aun así, queda años luz por delante de Super Mario Bros.: con sus 17,6 millones, luce el discutible honor de ser el 3.065º filme más taquillero de la historia de Estados Unidos. Y, además, el peor de la carrera de Bob Hoskins.
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