El hijo de Woody Allen y sus acusaciones de abusos empañan la apertura de Cannes

Cuanto más feliz estaba Woody Allen, llegó su hijo Ronan Farrow y volvió a sacar las antiguas acusaciones de abusos sexuales por parte del cineasta denunciadas por su hermana Dylan, y la presentación de Café Society, la película con la que arranca hoy la 69 edición del Festival de Cannes ya no fue igual.

En el ejemplar previo al festival, The Hollywood Reporter llevaba en portada a Allen, con una larga entrevista en la que no había ninguna pregunta sobre aquellas antiguas acusaciones, que quedaron archivadas por la justicia ante la falta de pruebas. Hoy miércoles, el primer número que la revista edita en el festival, aparece una larga carta de Ronan Farrow, periodista de investigación —ahora trabaja en la cadena NBC— que se pone como ejemplo de no hacer las preguntas correctas cuando realizó una entrevista al autor de la biografía de Bill Cosby, en la que tampoco había ninguna referencia a los numerosos escándalos sexuales que han acabado con la carrera del cómico. Y de ahí Farrow llega al caso de su hermana Dylan, que denunció que Allen abusó de ella de cuando tenía 7 años. Los Farrow, según Ronan, sufrieron la brutal presión de los publicistas de Allen. Ellos y todo aquel periodista que en Estados Unidos quiso investigar la acusación.

Ronan Farrow ataca a todos: al festival de Cannes por festejar a un “icono” en su inauguración, al estudio Amazon por invertir dinero en un director que acarrea ese pasado, y acaba su carta con este párrafo: “Eso no es solo equivocado: es peligroso. Envía un mensaje a las víctimas y a los agresores: vamos a mirar hacia otro lado”.

Y efectivamente, no ha habido preguntas sobre ello en la rueda de prensa de Café Society este mediodía en Cannes. Allen, que cumplió en diciembre 80 años, ha estado divertido, con frases como “Siempre me he considerado un romántico, algo que probablemente no comparten las mujeres de mi vida” o “Tengo 80 años y no me lo creo. Sigo igual de joven, mentalmente alerta, ágil, activo… Es asombroso, aunque algún día me levantaré babeando”. Sobre el uso de cámaras digitales, por primera vez en su vida y con el maestro de la dirección fotográfica cinematográfica Vittorio Storaro, aseguró: “Es lo mismo”. Y también comentó su presencia en la Sección Oficial fuera de competición (de las 12 veces que ha estrenado sus filmes en el certamen, tres han sido en este formato fuera del escrutinio de un jurado): “No creo en los concursos por razones artísticas. Pero me gusta venir a Cannes por su atmósfera y porque todo el mundo está aquí por las películas”.

Toda la avalancha pro y antiAllen ha barrido también con la rueda de prensa del jurado, presidido por George Miller, el director de Mad Max: furia en la carretera, que ya sabe lo que es formar parte de este jurado y que espera “pasión y grandes debates” sobre cine. Junto a él, los actores Donald Sutherland, Valerio Golino, Kirsten Dunst, Vanessa Paradis y Mads Mikkelsen, los directores Arnaud Desplechin y László Nemes, y la productora Katayoon Shahabi.

Y la ola de los presuntos abusos sexuales de Allen también acabó con el otro debate del día: la presencia de Amazon Studios, que estrena en Cannes cinco películas, y qué cinco: las de Allen, Nicolas Winding Refn (The Neon Demon), Park Chan-wook (The Handmaiden) y las dos de Jim Jarmusch (Paterson y el documental Gimme Danger). Thierry Frémaux, el responsable del festival, asegura que en Amazon Studios son “muy cinéfilos”, dando a entender que los otros poderosos recién llegados al negocio, Netflix, no lo son. El motivo: Amazon sí promete a los creadores un estreno en salas antes de lanzar sus filmes en la web. También es cierto que el servicio Amazon Prime Video no está disponible aún por todo el mundo y todavía no ha llegado a países como Francia o España.