Dinamarca se vende
El Spot Festival promociona a dos centenares de bandas emergentes nórdicas en Aarhus y reúne a más de 8.000 asistentes
Aarhus, la segunda ciudad de Dinamarca, se convierte una vez al año en el epicentro de las bandas emergentes del norte de Europa. El Spot Festival ha reunido este fin de semana a más de 200 bandas dispuestas a enseñar que tienen algo diferente que aportar. Este certamen ha llegado a su 22ª edición gracias al fuerte apoyo público a la música en Dinamarca, dónde el Gobierno destina por ley unos 50 millones de euros al año a la promoción y apoyo de sus artistas patrios.
La abrumadora oferta musical llevaba al público de una sala a otra de los dos auditorios y las salas anexas más pequeñas en los que se celebraba el festival, en el que los asistentes no van a disfrutar de sus artistas favoritos sino a descubrir a los desconocidos, en la mayoría de los casos. Aarhus es una ciudad universitaria y joven, vivero idóneo para reunir a más de 8.000 asistentes en tamaña muestra de artistas.
En la primera jornada, la apabullante electrónica del finlandés Hisser animó las primeras horas de la tarde y el soul relajado de Kentaur ablandaba a la audiencia en sus asientos. Hasan Sha hacía bailar al público más juvenil con sus ritmos pop. La finlandesa The Hearing se disculpaba por el cansancio de haber viajado en el mismo día que actuaba y sorprendió con su potencia vocal y The Entrepreneurs cerraron con un luminoso espectáculo las actuaciones en el escenario principal.
El sábado Lowly, autores de un pop ambiental y risueño, se llevaron gran parte de la atención. Jugaban en casa porque son una banda nacida hace dos años precisamente en Aarhus. Antes de ellos Kakkmaddafakka habían entretenido a lo grande al personal y la potente mezcla de soul y electrónica de Emilie Ramirez sorprendió. El indie rock de Go go Berlin apabulló a un público que ya los conoce muy bien, después de que llegarán a lo más alto de las listas danesas con su último álbum.
Dinamarca cuenta desde 1976 con una ley de la música que dictamina que es una obligación del Gobierno, sea del color que sea, apoyar a la industria nacional. Gracias a ella, los artistas tienen acceso a una gran cantidad de subvenciones y ayudas para formarse, organizar conciertos y salir de gira. Gracias en parte a esa normativa, nació el Spot Festival, como reconoce su director Gunar K. Madsen. "Hace mucho tiempo conseguimos que el dinero para la música no dependiera de los gustos del ministro de turno". Madsen asegura que todos los grandes artistas nórdicos pasaron en sus inicios por esta cita y recuerda, por ejemplo, casos como el de Lukas Graham, que acaba de llegar al número uno en las listas de todo el mundo con 7 years: "Con el trabajo de tanto tiempo hemos logrado que las bandas sientan que necesitan estar aquí, que es un camino para el éxito".
El festival funciona también como un impresionante lugar de encuentro entre promotores, agentes y profesionales de la industria musical en general. Conscientes de esta circunstancia, los artistas se esmeran en presentar su mejor cara en la media hora que duran habitualmente los conciertos, Del Spot Festival se dice que es una especie de escaparate al que acuden 1.550 profesionales de la industria, de los cuales más de 325 son extranjeros, según las cifras aportadas por la organización. En este maremagnum de promotores se encuentra Daniela Rossi, que cada año ficha en este festival artistas para que actúen en España y Latinoamérica.
Además se celebran medio centenar de seminarios diurnos sobre todo tipo de temas relacionados con la música: desde los últimos estudios científicos sobre la influencia de esta en el cerebro hasta la importancia de las mujeres en un sector aún dominado por hombres. Todo un hito anual para la ciudad en el que el propio alcalde ejerce como anfitrión en una recepción que se ofrece el primer día a todos los visitantes. Jim Q. Holm, manager de artistas afincado en Copenhague acude cada año a esta cita. "Es una ventana excelente para un grupo. Yo llevo viniendo muchos años y he traido a muchas bandas. A veces no pasa nada y a veces la gente adecuada viene a tu concierto y triunfan, pero cada año es más difícil porque el programa es muy apretado", asegura.
Las reuniones para cerrar giras y contratar artistas suceden muchas veces de un modo tan informal como sentados en un puf o en una fiesta diurna organizada por esta u otra discográfica. En uno de esos encuentros, en el que se ofrece ensalada césar y macarrones en las barras de un bar, se encuentra Thomas Bredahl, de Heartbeat Music, que ha venido con cuatro de sus grupos a esta edición: "Es un lugar perfecto para enseñar qué hace tu banda, hay gente de la industria de todos los países y además un público genial que quiere experimentar con la música. Todo el que viene aquí está interesando en artistas nuevos".
Todo esto hace pensar que el año que viene Aarhus va a echar el resto en su festival porque ha sido designada capital europea de la cultura de 2017.
Babelia
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