La gran juerga
Las películas Marvel no adaptan obsesivamente las historias que las inspiran, sino más bien se diría que las sueñan
Los daños colaterales de toda acción superheroica, encarnados en sucesivos balances de indeseadas bajas civiles, han sido un tema recurrente en las historietas del género desde que este entró en una fase autorreflexiva –a veces irreverente, a veces respetuosa con el canon- a partir de la década de los 80 del pasado siglo. En 2006, la Marvel levantó uno de sus acontecimientos editoriales totalizadores a partir de esa idea con la serie limitada Civil War, con guion de Mark Millar y dibujo de Steve McNiven: siete comic books de protagonismo colectivo, cuyo relato iba a afectar a todas las series en curso. La serie planteaba el dilema político de seguir perpetuando la figura del justiciero por cuenta propia o reglamentar al sector en una suerte de funcionariado bajo estricto control gubernamental. El resultado fue una espectacular superproducción dibujada, trufada de incesantes guiños para iniciados, en la que el guionista Millar jugaba con toda una mitología heredada, como un niño hooligan con un surtido repertorio de muñecos articulados, de los que, al final, acababa rompiendo pocos (Millar, por si alguien lo dudaba, no es Alan Moore).
CAPITÁN AMÉRICA: CIVIL WAR
Dirección: Anthony y Joe Russo.
Intérpretes: Chris Evans, Robert Downey, jr., Scarlett Johansson, Tom Holland, Chadwick Boseman.
Género: ciencia-ficción. Estados Unidos, 2016.
Duración: 147 minutos.
Las películas Marvel mantienen una singular relación con las historietas en las que se inspiran: no las adaptan obsesivamente, sino que más bien se diría que las sueñan, reflejando los momentos clave de esa mitología, pero de otra manera. A menudo parecen soñadas por ejecutivos. En otros casos, por aficionados a los que se ha concedido acceso al tren eléctrico más caro del mundo. Nunca soñadas por locos, visionarios o poetas, lo que no es del todo malo si el resultado son revisiones tan bien musculadas como este Capitán América: Civil War, donde los hermanos Anthony y Joe Russo y los guionistas Christopher Markus y Stephen McFeely se empeñan en recordar únicamente que Civil War era esa serie donde Iron Man y el Capitán América se enfrentaban propiciando un cisma superheroico.
Capitán América: Civil War mezcla esa fractura en el Universo Marvel con sendas prolongaciones narrativas de Capitán América: el soldado de invierno (2014) y Los Vengadores: la era de Ultrón (2015), sustituyendo el subtexto político por lo emocional. Un ocurrente y falso flash-back de Tony Stark, la introducción y reformulación de Spiderman y la brillante escena del combate en el aeropuerto son los picos sorpresivos de esta película, cuyo dilatado metraje no pesa, mientras los detalles de caracterización refuerzan los lazos de complicidad con los aficionados.
Babelia
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