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¿Qué se expondrá en el museo?

Alfredo Pérez de Armiñán, presidente de Patrimonio, asegura que el nuevo museo tendrá cáracter meramente "didáctico"

El Museo de las Colecciones Reales abrirá en 2017 con un carácter eminentemente histórico y didáctico sobre la unidad territorial de España y sus gustos culturales durante el reinado de los Austrias y de los Borbones. Será un escaparate de 700 obras (pinturas, armas, tapices, carrozas, documentos,...) elegidas de entre las 154.000 que Patrimonio Nacional tiene distribuidas en sus 19 palacios. La función histórica se verá reforzada con un importante programa de exposiciones temporales en colaboración con otros museos y, de manera especial, con el Prado.

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Primer vistazo al Museo de las Colecciones Reales

Alfredo Pérez de Armiñán, presidente de Patrimonio desde octubre de 2015, tiene definidas cuales serán las líneas maestras del espacio. Así, el lienzo La túnica de José, de Velázquez, que nunca se ha expuesto en Madrid y que se puede contemplar en El Escorial, formará parte de la muestra temporal De Caravaggio a Bernini, que se inaugurará el 7 de junio. El cuadro volverá a las salas capitulares del Escorial una vez finalizada la exposición.

En el concepto museístico de Pérez de Armiñan, la clave es la historia: “Este museo no tiene un contenido eminentemente artístico, sino histórico. Eso le da personalidad respecto a los otros museos españoles porque tiene que mostrar y explicar la historia de España desde el punto de vista institucional a través de la continuidad de la Monarquía. Al igual que hace el museo de Versalles en Francia”.

Recalca el presidente que la primera función del museo será la de interpretar la unidad nacional y del legado histórico de la Monarquía. “Son piezas representativas de los reinados que a su vez están asociadas a un determinado sitio y en otros no lo está, pero representan con claridad el reinado al que se refiere”.

La pintura no será importante en número pero sí estará representada. Habrá obras seleccionadas procedentes del palacio que habitualmente no cuelgan en espacios oficiales. Aunque se resiste a hablar de piezas icónicas —“aquí la única pieza icónica es el Palacio Real”—, Pérez de Armiñán cita tres obras maestras de primer orden: Salomé con la cabeza del Bautista, de Caravaggio; Políptico de Isabel La Católica, de Juan de Flandes, y Caballo blanco, de Velázquez. Las tres están en el palacio y pasarán al museo, aunque no de manera permanente porque la colección será un pórtico del Palacio Real, un escaparate cuyos objetos irán variando con el tiempo.

Dada la intención didáctica, el apoyo audiovisual resultará básico. El escenario será una rampa de 400 metros que se encuentra a la entrada del edificio y desde allí el espectador quedará informado de todos los hechos esenciales conectados con los palacios.

Un equipo de expertos trabaja actualmente en el proyecto. “Cuando el público entre en el Salón del Trono verá el fresco de Tiépolo donde se narra el triunfo de la monarquía española con todas las provincias de la época representadas, hay que explicar previamente cómo y porqué se formó esa unidad territorial. Eso es algo que antes estudiábamos, pero que hoy no se explica en ningún sitio de una manera integral, sino con visiones parciales”.

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