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La animación alcanza la mayoría de edad en el mercado Cartoon Movie

El foro para profesionales del sector presenta películas sobre temas como Van Gogh, las dictaduras, la guerra de Angola o la camorra

La guerra de Angola en 1975, la obra pictórica de Van Gogh, las narraciones de terror de Edgar Allan Poe, la infancia de los mayores dictadores del planeta. Estos son algunos de los temas que bien como filmes ya concluidos o como proyectos en producción o en busca de financiación se dieron cita en la 18 edición de Cartoon Movie, el foro de animación que finalizó ayer viernes en Lyon (Francia). Ninguno de ellos, ni Un día más con vida, Loving Vincent, Narraciones Extraordinarias o Little Bastard, respectivamente, son lo que se dirían películas de superhéroes, princesas o animales parlanchines como se espera de los dibujos animados. Pero todos ellos, lo mismo que el resto de los 56 presentados a lo largo de estas dos jornadas de mercado son películas animadas, la última hornada de lo que Europa tiene que ofrecer en animación.

Hasta esos filmes que como Cinderella the Cat invocan en su título el mundo de los cuentos de hadas tienen poco que ver con la típica Cenicienta. “Nuestro filme es una mezcla de El profesional de (Luc) Besson, una de Disney y Gomorrah”, resumió Ivan Cappiello, director de esta producción italiana que lleva la popular historia al campo de la camorra italiana en un Nápoles futurista todo ello contado con dibujos. “Aquí lo que hay es riqueza, narrativa, de técnicas, de propuestas visuales. A unos les chocará y a otros les gustará pero esa es la riqueza artística de Europa”, afirmó Nico Matji a EL PAÍS. El productor español fue uno de los 750 participantes en un foro donde en los pasillos se habló de animación, en las salas se vieron las últimas propuestas y, entremedias se hizo negocio. Porque todos buscaban algo, financiación, socios, artistas, servicios o distribución. Matji fue la excepción. Atrapa la bandera, su último estreno, es una de las historia de éxito de un foro que como asegura el productor “abre puertas”. Dicho en números y según la organización, desde 1999 Cartoon Movie ha ayudado a 257 filmes ha conseguir financiación por un total de 1.800 millones de euros.

Un día más con vida está en ello. La coproducción internacional comenzó su andadura en España narrando con animación e imagen real una de las grandes batallas de la guerra fría que se jugó a espaldas del mundo, en Angola. “Y lo hacemos combinando la mirada poética de Ryszard Kapuściński”, asegura el español Raúl de la Fuente, codirector junto al polaco Damien Nenow de una película basada en el testimonio de uno de los mejores corresponsales de guerra todos los tiempos. “Es una propuesta única e innovadora en la animación adulta”, confiesa De la Fuente. Por ello de difícil financiación, añade Nenow. “Pero necesitamos hacer estos filmes”, concluye de una película que esperan haber completado para la próxima Berlinale. Y desde ahí, a todo el mundo, quizá una carrera similar a la que tuvieron otros filmes también animados y adultos como Persépolis o Vals con Bashir. “Queremos llegar también a una audiencia que no ve películas animadas”, señala el polaco.

Ese es el deseo de más de un tercio de las películas o proyectos presentados este año, el porcentaje más elevado de filmes de animación orientados a un público adulto presentes en este foro anual. Sueñan con llegar a otro público y también a otro continente, llegar a Hollywood, un sueño no tan imposible si se tiene en cuenta la reciente presencia de películas como la brasileña El niño y el mundo, de Alé Abreu, o del filme independiente Anomalisa entre las candidatas al Oscar en esta última edición. “Nadie se despierta un día queriendo hacerse rico en animación, siempre hay otras razones creativas en este campo”, asegura Eric Beckman, representante de GKids. La distribuidora estadounidense se ha convertido en la embajadora del cine independiente animado en Estados Unidos, con 8 candidaturas al Oscar en esta categoría desde 2010, todas ellas premiando a títulos prácticamente desconocidos para el gran público y en su mayoría, europeas. Y por supuesto Cartoon Movie se ha convertido en una de las citas anuales de Beckman en busca de la nueva película que sorprenda a los académicos y al público estadounidense. “Lo que más me gusta es que vamos siendo menos sorpresa y más norma porque aunque sea pequeña, tenemos una audiencia cada vez más hambrienta”, afirma este pez pequeño en Hollywood y grande en Europa. En su opinión la penetración internacional en el monolítico mercado estadounidense es un hecho al menos en lo que se refiere a ese otro tipo de animación más adulta que demuestre a la industria que hay un mundo más allá de los Pixar, los DreamWorks y los Disney. “No digo que estos estudios no hagan buenas películas pero no son la única manera de hacer animación”, insiste.

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