Festival Iberoamericano de teatro: irreverente, callejero y militante
Durante dos semanas Bogotá se convierte en la capital mundial de la dramaturgia
Hace 15 años a una actriz y dramaturga argentina se le ocurrió convertir su casa de acogida, Bogotá, en el escenario teatral más importante del mundo durante dos semanas. El Festival Iberoamericano de Teatro, el legado de Fanny Mikey, fallecida en 2008, celebra este cumpleaños en el mes en el que Colombia, previsiblemente, acabará la guerra con las FARC. “Somos irreverentes y con este carácter tocaremos grandes temas de la humanidad como la diversidad, la violencia contra la mujer y por supuesto la paz porque también somos militantes”, asegura Anamarta de Pizarro, eterna ayudante y colaboradora de la fundadora, su sustituta al frente de la cita cultural más importante de Colombia.
Del 11 al 27 de marzo, 100 directores, 3.650 actores de 32 países interpretarán 164 obras en 855 funciones, sobre 63 escenarios. Después de que la Fura dels Baus se estrene en Colombia con Afrodita y el juicio de Paris, el director alemán Peter Stein entregará su versión de Boris Godunov de Mussorgski, con una puesta en escena que recoge la tradición del Siglo de Oro ruso sin caer en el folclore. “Cumplimos con uno de los sueños de Fanny”, asegura De Pizarro. De Rusia también regresa Slava Polunin -“el mejor payaso del mundo”, dicen desde la organización- con Slava’s snoshow.
México, el país invitado en esta edición, desembarca con una delegación que contribuirá al carácter popular de la cita con el Ballet folclórico de la Universidad de Guadalajara, y con otras siete piezas de sala. El círculo de cal, dirigida por Luis Tavira, de la Compañía Nacional de Teatro, promete cuatro horas de espectáculo con 20 actores que interpretan 69 personajes, un vertiginoso movimiento entre bambalinas, y música y efectos sonoros en directo.
El esloveno Tomaz Pandur con una relectura de Fausto;:el artista multidisciplinar belga Jan Fabre con la obra Attends, attends, attends; el compositor argentino Gustavo Santaolalla con Arrabal, o Darío Grandinetti en Novecento son algunos de los nombres que más destacan en la programación. Ana Belén volverá a interpretar Medea, Ara Malikian presentará su particular fiesta de violines clásicos con espíritu rockero y Antonio Canales, otro de los representantes españoles, interpreta el espectáculo flamenco Una moneda de dos caras. El toque exótico lo ponen las piezas de las Islas Feroe, en Escandinavia. “Un país donde viven 10 personas de las que seis son actores”, apunta la directora. Colombia se hace hueco en la programación con 90 compañías para acabar con esa rémora de que el público solo acude al festival por los nombres extranjeros.
La fiesta saldrá de las salas y ocupará 108 calles. El festival, por orden de su creadora y por mandato de su sucesora, acerca el teatro al público no solo en espacios al aire libre, también con entradas entre 30.000 pesos (ocho euros) y 125.000 (35 euros) las más caras.
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