Esperanza Guisán, pasión por la filosofía
La catedrática de la Universidad de Santiago de Compostela fue especialista en el pensamiento utilitarista
El pasado 27 de noviembre fallecía Esperanza Guisán (A Coruña, 1940) en Santiago de Compostela, donde vivía. La conocí hace muchos años, cuando tanto ella como yo concursamos en nuestra primera oposición para entrar en la carrera universitaria. Entonces empezó una amistad que no ha dejado de fortalecerse a lo largo de los años. Catedrática de Filosofía Moral y Política en la Universidad de Santiago de Compostela, Esperanza Guisán fue desde siempre una filósofa auténticamente vocacional. He encontrado pocas personas, a lo largo de mi vida profesional, tan entusiastas y entregadas como ella al cultivo de la filosofía. Era inasequible al desaliento, como profesora, como estudiosa y como ensayista. Nunca le faltaron proyectos e ideas para dar a conocer y ensanchar el ámbito de influencia del pensamiento filosófico. No han sido pocos los exalumnos suyos con los que me he ido encontrando que conservaban grabada la pasión por los estudios filosóficos que siempre supo transmitir en sus clases.
En el campo de la ética, al que mayormente se dedicó y del que fue una excelente divulgadora, le atrajo sobre todo el pensamiento utilitarista, que equiparaba la justicia a la felicidad. Nadie se dedicó en España con mayor tesón a recorrer la senda trazada por John S. Mill, a quien convirtió en su filósofo de cabecera. Tradujo y prologó varios de los textos de dicho filósofo y, a la luz de sus teorías, escribió sus libros más destacados, como Razón y pasión en ética. Los dilemas de la ética contemporánea, Introducción a la ética y Manifiesto hedonista. Además de las publicaciones, a Esperanza Guisán le debemos la introducción y la difusión de la filosofía utilitarista en España, en torno a la cual tejió una red de actividades y de relaciones que no se extingue con ella porque supo contagiar el mismo fervor a sus discípulos.
Creó la revista Telos, destinada a los estudios utilitaristas y que es hoy una de las publicaciones españolas más destacables, en el campo de la filosofía, a nivel nacional e internacional. Asimismo fue fundadora de la Sociedad Iberoamericana de Estudios Utilitaristas.
El estudio de la ética en el mundo contemporáneo llevó a Esperanza Guisán a tratar la relación entre la ética y otros fenómenos cercanos a ella, como la religión y la democracia. De ambos intereses dan cuenta sus libros Ética sin religión y Más allá de la democracia. Defensora impenitente del laicismo en la educación, luchó activamente contra los sucesivos intentos gubernamentales por mantener la religión en el currículum escolar, y a favor, en cambio, de la introducción de la asignatura de Educación para la Ciudadanía como uno de los instrumentos para “potenciar una ética con libertad, con gratificaciones máximas y con entusiasmo”, como escribió ella misma en uno de los libros mencionados.
Le tocó vivir una época en que la presencia de la mujer en la universidad era aún minoritaria. Fue una de las primeras mujeres que se abrieron paso en el campo de la enseñanza universitaria y que consiguió la cátedra, en unos tiempos en los que era más difícil y menos habitual que ahora compaginar la dedicación profesional y la vida familiar. En los últimos años la salud no le acompañó. No tuvo la suerte de poder disfrutar del supuesto “júbilo” que nominalmente acompaña a quienes se retiran del trabajo rutinario. Se resistía a perder el entusiasmo que siempre había sentido por la lectura de los filósofos y por encarar nuevos proyectos a partir de ellos, pero una metástasis invasiva pudo más que ella. Nos queda el recuerdo de una mujer apasionada, generosa y luchadora. Hasta siempre, querida Esperanza.
Victoria Camps es profesora emérita de la UAB.
VICTORIA CAMPS
Babelia
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