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Cuando Lou Reed se entusiasmó con los Ramones

Un documental repasa el papel clave en los años sesenta y setenta de Danny Fields, jefe de prensa de The Doors y amigo de Iggy Pop o Patti Smith

Danny Fields (en el centro), posa en un club de Nueva York junto a los Ramones, de quien sería mánager.
Danny Fields (en el centro), posa en un club de Nueva York junto a los Ramones, de quien sería mánager.DANNY FIELDS ARCHIVE (EL PAÍS)

“Danny era un conectador, como la pieza que lleva el combustible en los coches”, dijo Iggy Pop de Daniel Feinberg (Nueva York, 1939), el hombre polifacético que desde la retaguardia de la música pop de los años sesenta y setenta propició acontecimientos clave para ella. Danny Fields -su nombre profesional- fue el hombre de prensa de The Doors, amigo íntimo de Lou Reed y Linda Eastman, responsable de que Elektra Records contratara a Stooges y MC5, habitual del Max’s Kansas City primero y del CBGB después, club donde descubrió a Ramones, , de quienes acabaría siendo mánager. Y eso no es más que el resumen rápido de una trayectoria y una vida que el realizador Brendan Toller ha dado a conocer a través del documental Danny says. “Han tenido que transcurrir 40 años para que la historia de Danny pueda ser contada”, explica Toller por videoconferencia.”En sus Diarios, Andy Warhol decía que quería hacer una película sobre su vida. Danny es una mina de oro, no solo por todo lo que hizo, también por las historias que vivió y por el modo que tiene de contarlas”.

Rodado durante cinco años y finalmente estrenado en marzo en el festival tejano SXSW, Danny says aprovecha el rico archivo de Fields, donde se acumulan documentos de todo tipo, sobre todo centenares de fotografías y cintas de casete con entrevistas y conversaciones. Algunas de ellas pertenecen a su faceta como periodista, otras son grabaciones de charlas con amigos. En un determinado momento del documental podemos oír conversaciones telefónicas en las que Iggy Pop le cuenta sus avances con la metadona o mantiene una breve conversación acerca de nada en concreto con Nico.

Una de esas cintas se convierte en uno de los momentos álgidos del documental. En ella escuchamos la reacción de un eufórico Lou Reed momentos después de que Fields le hiciera escuchar por primera vez a los Ramones. La grabación data de noviembre de 1975, cuando el grupo solo era conocido en el underground neoyorquino. “Dimos con esa grabación por casualidad, la escuchamos y empezamos a partirnos de risa. Es fantástico oír hablar a Lou con tanto entusiasmo de algo que venía de la calle. La grabación completa es muy divertida, en esa época Lou empezaba a descubrir su vena cómica a lo Lenny Bruce. Se queja porque cuando va al CBGB la gente le aborda y tiene que mostrarse odioso. Cuenta una anécdota muy buena acerca de cómo Television fingieron ser gays para intentar que los llevara como teloneros en una gira”.

Tras abandonar su carrera de abogado en Harvard, Fields compartió piso con la superstar Edie Sedgwick y terminó siendo él también un habitual de la Factory de Warhol, lugar del cual dice que no aprendió nada porque lo único que se hacía allí era estar. Ha hecho tantas cosas que no es fácil etiquetarlo bajo una actividad concreta. Tuvo un programa de radio, pero su primer trabajo notable fue como fotógrafo para la revista musical 16 Magazine. Eso le llevó a entablar amistad en 1966 con una colega llamada Linda Eastman, cuya biografía, A portrait, escribió en 2000 tras su muerte. Cuando Linda cambió su apellido por el de McCartney, y le presentó a Danny a su marido, el ex Beatle no podía creer a quién tenía delante.

Fields con su amiga Nico, la cantante de la Velvet Underground.
Fields con su amiga Nico, la cantante de la Velvet Underground.Danny Fields Archive

Fue Fields quien en 1966 destacó en la portada de la revista Datebook un declaración de John Lennon, realizada para otro medio, diciendo que no estaba seguro si el rock & roll desbancaría en popularidad al cristianismo porque los Beatles ya eran más famosos que Jesucristo. El escándalo desencadenado culminó con amenazas de fundamentalistas religiosos y del Ku Klux Klan antes de un concierto del grupo en Alabama. Aquella gira norteamericana sería la última realizada por el cuarteto. McCartney nunca le guardó rencor a Fields por aquello.

“Para mí Danny es un artista –apunta Toller- y su campo artístico es la gente, conectarla y propiciar que ocurran cosas. Ayudó a Patti Smith a crear la primera versión de su grupo cuando le presentó al pianista Richard Sohl, que entonces era su novio. Posibilitó que Jim Morrison se convirtiera en un intérprete salvaje con el que tu hermano mayor pudiera sentirse identificado. Cuando leyó una reseña de Lenny Kaye alabando el primer disco de Stooges, le ayudó para que escribiera en otras revistas. Puso en contacto a Jonathan Richman y John Cale para que éste produjera a Modern Lovers…” Y muchas más cosas que tampoco caben en la película, como cuando fue contratado para presentar ante los medios estadounidenses a Cream, grupo en cuyo lanzamiento trabajaba Brian Epstein, adorado en Inglaterra, pero que apenas significaba algo al otro lado del Atlántico. Fields organizó un desayuno con los medios en el Max’s Kansas City y consiguió atraer su atención anunciando que estaría presente en ella el mánager de los Beatles, lo cual, por supuesto, no sucedió. Lo que sí logró fue que Epstein conociera a Lou Reed y que dieran un paseo en limusina para hablar de una posible gira de Velvet Underground por Inglaterra. La muerte poco después del mánager truncó de cuajo aquella posibilidad.

Con tantas historias sacrificadas en la sala de montaje, no es extraño que el realizador sueñe con poder utilizar todo el material –más de 60 personajes fueron entrevistados- en una serie, porque los 100 minutos de Danny Says se quedan cortos para explicar las mil y una peripecias de Field, que fue expulsado de un canal por cable neoyorquino por darle un uso obsceno a una bombilla durante su aparición en uno de los programas de la emisora; que fue despedido por un ejecutivo de Elektra Records harto de que Fields hablara mal de su hija; y que fue detestado por Jim Morrison hasta el final de sus días, a pesar de que gracias a él, el cantante inició su romance con Nico.

“Para Danny la definición del éxito no es ganar dinero, es el compromiso con aquello en lo que cree”, dice de él en el documental el ejecutivo discográfico Danny Goldberg. Su misión era acercar al público aquellas vetas de talento que florecían en el underground. “Si le preguntas a él –comenta Toller- te dirá que su mejor tarea fue cuando ejerció como chico para todo de Johnny y Edgar Winter. Nunca ha buscado el reconocimiento, por eso ha sido un milagro que quisiera colaborar en este documental. Al principio dijo que algo así solo podría ver la luz cuando estuviese muerto, pero luego pensó que era mejor hacerlo ya, antes de que no quedase nadie de aquella época con quien hablar. Ahora está feliz y agradecido”. Actualmente, Fields se encuentra editando un libro gráfico sobre Ramones (cuando fue requerido para participar en este artículo, alegó que “le daba mucha vergüenza seguir haciendo entrevistas”), una selección de fotografías suyas del grupo al que ayudó a lanzar y que hoy es uno de los más importantes de la historia del rock. “Danny says”, la canción que en 1980 le escribieron éstos como homenaje también es ahora el título del recuento de su prodigiosa vida.

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