Darín y Cámara ganan la Concha de Plata a mejor actor
El premio, 'ex aequo’ , es por su interpretación en 'Truman', de Cesc Gay
Dice Javier Cámara que ya está en “primero de Darín”. El jurado del Festival de San Sebastián ha decidido ascenderle y licenciarle con honores. Con la Concha de Plata al mejor actor compartida por ambos por sus trabajos en ‘Truman’ -la película de Cesc Gay que les ha unido en la pantalla y en la vida-, Cámara (Albelda de Iregua, 1967) y Ricardo Darín (Buenos Aires, 1957) han llegado a un gran primer puerto de un viaje que continuará el 30 de octubre con el estreno comercial de un filme llamado a ser el plato fuerte de los Goya.
Desde la organización del festival aseguran que no pasará mucho tiempo sin que el bonaerense reciba el premio Donostia, “porque es uno de los actores vivos más importantes”. Si en su país natal ya era popular gracias a la televisión y a trabajos en series en los noventa como ‘Mi cuñado’, el resto del planeta empezó a fijarse en él en 1998 con ‘El faro del sur’, de Eduardo Mignogna, y posteriormente explotó: ‘El mismo amor, la misma lluvia’, ‘Nueve reinas’, ‘La fuga’, y su consagración: ‘El hijo de la novia’. Desde entonces no ha bajado nunca el listón, ha mantenido una excelencia que tiene fascinados a críticos y público: es el actor en castellano que más arrastra a los espectadores españoles a las salas.Javier Cámara también arrancó en televisión. Y también logró la fama con una serie cómica, ‘¡Ay, señor, señor!’, a mediados de los noventa. Como numerosos intérpretes españoles precedentes, poca gente cayó en la cuenta de la calidad del riojano hasta que empezó a combinar junto a sus papeles cómicos diversas apariciones en dramas como ‘Los lobos de Washington’, ‘Hable con ella’ –un protagonista con Pedro Almodóvar te lanza por todo el mundo- y, sobre todo, ‘Malas temporadas’. Su realizador, Manuel Martín Cuenca, asegura que por más que exprimía a su actor, nunca encontró su final: “He conocido a muy pocos a su altura”. Hace dos años ya llamó a las puertas de los premios en el Zinemaldia con ‘Vivir es fácil con los ojos cerrados’.
Aunque ambos participaron en el anterior trabajo de Cesc Gay, ‘Una pistola en cada mano’, a ser una película de episodios nunca llegaron a conocerse. Ahora no paran de lanzarse flores. Darín explica sobre su compañero: “Uno toma sus reparos. No nos conocíamos, y en una película nunca sabes cómo va a salir la mezcla. Luego tienes suerte y te encuentras a un tipo como este, que solo da, que eleva tu energía, se preocupa por la gente y te potencia”. Cámara, de Darín: “Empecé a tomar notas en aquel rodaje. Porque estaba disfrutando tanto que no quería olvidarme de ciertas cosas. En los rodajes suele haber un exceso de energía que no va a ningún lado. Ricardo sabe medir esa energía: porque siempre vas a tener cuatro días de malos –incluso más-, y entonces necesitas esa fuerza, ciertos silencios. El trabajo de un actor no es solo saberse el texto y esperar sentado a que le llamen, sino también crear buen ambiente. Y Ricardo me enseñó cuándo hay que callar”. Lo que Cesc Gay ha unido, el jurado de San Sebastián no lo ha separado.
Babelia
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